Un excursionista se pierde a 5.000 metros sobre el nivel del mar y aparece un perro callejero: "Decidí seguirlo"
La aparición de este perro le salvó por completo.
Imagínense viajar hasta Perú, con el objetivo de subir a uno de los puntos más altos del país, Punta Unión, en la localidad de Huaraz, a 4.750 metros de altura sobre el nivel del mar, y que un perro callejero se convierta en el mejor guía del mundo.
Esto le ocurrió a un ciudadano inglés, conocido en redes sociales como 'El Güero Inglés', y cuya admiración por el idioma español y todo lo referente a lo hispano le atrae por encima de cualquier cosa.
Una de sus últimas aventuras, que documentó en redes, fue su ascenso a la citada Punta Unión, cuya cima le traerá a la cabeza siempre un recuerdo inolvidable. Y es que, durante el periplo, la nieve, el frío y la niebla fueron sus principales compañeras, pero faltaba una última sorpresa: un perro callejero.
Todo ocurrió el segundo día de caminata, cuando las condiciones meteorológicas no eran favorables y el 'Güero Inglés' dejó atrás a sus acompañantes, quedando totalmente solo y perdido en dirección a su objetivo. Y fue en ese momento cuando se encontró con un perro que sin saberlo, se iba a convertir en su salvador.
Según relató el propio joven, el can se le acercó con una actitud amigable, algo que le llamó poderosamente la atención, no solo por la predisposición del perro, sino por la simple presencia del animal en un punto tan alto, y que además se encontraba solo.
Pero pronto, el inglés se dio cuenta de que aquel perro podría ser su única salvación, ya que parecía muy tranquilo y conocedor del terreno en el que se encontraba. Fue en ese momento cuando decidió dejar su destino en manos (o patas) del perro. Y fue la mejor decisión que pudo tomar.
El can andaba rápido y audaz por el camino, como si se sintiera como en casa, hasta el punto de que, tras un largo rato, fue el perro quien llevó al 'Güero Inglés' a un cartel en el que se podía leer 'Punta Unión'.
Un viaje que recordará siempre
Apenas unos kilómetros más adelante ambos llegaron a la ansiada cima y esperaron pacientemente a que llegaran el resto de compañeros que lo hicieron al poco rato. Desde ese momento en adelante el perro continuó inseparable al grupo de excursionistas, hasta el punto de permanecer como perro guardián durante las noches al lado de las tiendas de campaña de todos los miembros del grupo.
Al final del día se encontraron a otro perro, que también se quedo con ellos, y los dos, junto al resto de personas recorrieron al día siguiente 22 kilómetros con total tranquilidad y seguridad en un viaje que se hubiera torcido de forma considerable de no ser por estos dos perros.
Finalmente y una vez bajaron al pueblo más cercano, el inglés se enteró de que su relación con el perro no era nada nuevo, ya que, según le comentó un vecino local, es una práctica que hace de forma habitual con todos los excursionistas de la zona.