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Este es el animal que más hiberna del mundo

Este es el animal que más hiberna del mundo

Durante la hibernación, la temperatura corporal de la ardilla de tierra ártica puede caer hasta -2.9°C, un fenómeno único entre los mamíferos.

Dos ardillas bebés en un árbol en una imagen de archivo.Getty Images

La hibernación es un fenómeno fascinante que permite a ciertos animales sobrevivir en condiciones extremas de frío y escasez de alimentos. Este proceso implica una reducción significativa de la actividad metabólica, permitiendo a los animales conservar energía durante los meses más duros del invierno. Entre los muchos animales que hibernan, la ardilla de tierra ártica se destaca como la campeona indiscutible de la hibernación, con un período de letargo que puede extenderse hasta nueve meses.

La ardilla de tierra ártica, conocida científicamente como Urocitellus parryii, habita en las regiones más frías del hemisferio norte, incluyendo Alaska, Canadá y Siberia. Este pequeño roedor ha desarrollado una serie de adaptaciones sorprendentes que le permiten sobrevivir en un entorno donde las temperaturas pueden descender por debajo de los -30°C.

Durante la hibernación, la temperatura corporal de la ardilla de tierra ártica puede caer hasta -2.9°C, un fenómeno único entre los mamíferos. Este descenso extremo en la temperatura corporal es posible gracias a la producción de proteínas especiales que evitan la formación de cristales de hielo en los tejidos. Además, su ritmo cardíaco y respiratorio se reducen drásticamente, permitiendo un ahorro máximo de energía.

El proceso de hibernación de la ardilla de tierra ártica comienza a finales del verano, cuando estos animales empiezan a acumular reservas de grasa. Este período de preparación es crucial, ya que las reservas de grasa serán la principal fuente de energía durante los largos meses de inactividad. Una vez que las temperaturas comienzan a descender, las ardillas se retiran a sus madrigueras subterráneas, donde permanecerán en un estado de letargo profundo hasta la primavera.

A lo largo de la hibernación, las ardillas de tierra ártica se despiertan periódicamente, aproximadamente cada tres semanas, para temblar y generar calor corporal. Este proceso, conocido como termogénesis, es esencial para evitar daños en los tejidos y mantener la funcionalidad del organismo. Sin embargo, estos despertares son breves y las ardillas rápidamente vuelven a su estado de hibernación.

La capacidad de la ardilla de tierra ártica para hibernar durante tanto tiempo ha sido objeto de numerosos estudios científicos. Los investigadores están particularmente interesados en entender los mecanismos biológicos que permiten a estos animales reducir su temperatura corporal a niveles tan bajos sin sufrir daños. Este conocimiento podría tener aplicaciones importantes en medicina, especialmente en el campo de la criopreservación y la cirugía de emergencia.

Además de la ardilla de tierra ártica, otros animales también tienen períodos de hibernación prolongados, aunque ninguno alcanza los nueve meses. Por ejemplo, el lémur enano de cola gorda, que se encuentra en Madagascar, hiberna durante aproximadamente siete meses. Este primate almacena grasa en su cola, que utiliza como fuente de energía durante la hibernación. Otro ejemplo es el oso pardo, que hiberna entre cinco y siete meses, dependiendo de las condiciones climáticas y la disponibilidad de alimentos.

La hibernación no es exclusiva de los mamíferos. Algunos reptiles, como las serpientes de liga, también hibernan durante varios meses. Estos animales de sangre fría entran en un estado de brumación, similar a la hibernación, donde su actividad metabólica se reduce significativamente. Las serpientes de liga suelen hibernar en grupos, compartiendo el calor corporal para sobrevivir al invierno.

En cuanto a los trámites y procedimientos relacionados con el estudio de la hibernación, los científicos deben seguir una serie de pasos rigurosos. Primero, es necesario obtener permisos de investigación de las autoridades locales y nacionales, especialmente cuando se trabaja con especies protegidas. Luego, se deben diseñar experimentos que minimicen el impacto en los animales y garanticen su bienestar. Esto incluye la creación de entornos controlados que simulen las condiciones naturales de hibernación.

Los datos recopilados durante estos estudios son analizados meticulosamente para entender los patrones de hibernación y los factores que los afectan. Los investigadores utilizan una variedad de técnicas, desde la observación directa hasta el uso de tecnología avanzada como sensores de temperatura y monitores de actividad. Estos estudios no solo amplían nuestro conocimiento sobre la biología de la hibernación, sino que también pueden proporcionar información valiosa para la conservación de especies en peligro.