El CSIC activa todas las alarmas por colapso del Mar Menor

El CSIC activa todas las alarmas por colapso del Mar Menor

Las olas de calor marinas son solo "la punta del iceberg de la degradación oceánica".

Cymodocea nodosawww.seaphotoart.com

No hay recuperación del fondo marino del Mar Menor. El pasado 13 de agosto, el consejero de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor, Juan María Vázquez, presentó públicamente los resultados de "un exhaustivo estudio del fondo marino" del Mar Menor, según el cual la laguna había experimentado "una ampliación de la cubierta vegetal hasta el 92% de su superficie".

Científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que coordinan una iniciativa para potenciar la investigación marina frente a retos como el calentamiento, han advertido sin embargo que "el seguimiento de las praderas marinas que el organismo realiza desde 2014 corrobora la ausencia de síntomas de recuperación del hábitat durante los últimos cinco años". Igualmente, también explican que las olas de calor marinas son solo "la punta del iceberg de la degradación oceánica".

Y no sólo es que no haya "síntoma alguno de recuperación" de las praderas de 'Cymodocea nodosa', sino que esta planta, conocida como seba, ha protagonizado un retroceso, dentro de una «situación que ha permanecido prácticamente invariable» en el último lustro. "615 hectáreas de la pradera de 'Caulerpa prolifera' han desaparecido por completo bajo la masa de agua turbia que forma la denominada 'mancha blanca", señala en ese estudio recogido por La Verdad el CSIC.

Esta situación hace que la laguna se sitúe en un momento muy vulnerable ante los efectos del calentamiento progresivo relacionados con el cambio climático. "Por tanto, el riesgo de que se reproduzcan los eventos disruptivos que llevaron al colapso del ecosistema en 2016 sigue siendo muy elevado si no se reducen los aportes de nutrientes a la laguna", añaden.

Los investigadores Emma Huertas y Pablo Abaunza coordinan la red de equipos de investigación en ciencias marinas del CSIC, la plataforma temática interdisciplinar denominada 'Oceans', cuyo objetivo es generar conocimiento para lograr la salud de los océanos.

La plataforma, concebida como un instrumento de investigación e innovación, promueve la colaboración interdisciplinar y está abierta a empresas e instituciones.

Emma Huertas, del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN), explora el papel regulador de los océanos en el clima, ha informado este martes el CSIC.

Su investigación se adentra en la capacidad de estos para absorber gases atmosféricos y calor, y estudia las consecuencias de esta absorción en la mitigación del cambio climático.

Pablo Abaunza, del Instituto Español de Oceanografía (IEO), investiga por su parte el estado de las poblaciones de especies de interés pesquero.

Sus estudios abarcan los factores que influyen en las dinámicas poblacionales, y además examina la actividad pesquera y su impacto sobre los hábitats marinos y genera conocimiento para lograr una pesca más sostenible.

Estado 'desigual'

Según el CSIC, el estado actual de las aguas marinas españolas es "desigual" y existen regiones relativamente bien conservadas en función de la figura de protección ambiental de la que gocen y otras zonas "muy impactadas", cuyo ejemplo paradigmático es el Mar Menor.

Desde los años 2000, se han destinado ingentes recursos públicos para financiar proyectos de investigación y, además, se han implementado normativas europeas destinadas a evaluar y preservar el buen estado ambiental de los mares.

Este esfuerzo institucional se ha visto apoyado por la labor de la comunidad científica, y únicamente a través de la interacción entre entidades financiadoras y científicos puede abordarse este ejercicio de diagnóstico y preservación de la salud de los ecosistemas marinos españoles.

Los principales desafíos que enfrentan los océanos se recogen en un libro blanco del CSIC que incluye la aportación de casi 300 investigadores.

Amenazas evidentes

Entre las amenazas más evidentes están el calentamiento y 'acidificación' de las aguas marinas, la 'eutrofización' y el descenso de los niveles de oxígeno, la proliferación de especies invasoras, la contaminación en regiones costeras, la sobreexplotación pesquera y la plastificación del océano.

También se enfrentan a la modificación en los patrones de circulación de las corrientes, a la disminución en la capacidad para secuestrar CO2 atmosférico y a la aparición de grandes regiones 'hipóxicas' con potencialidad de convertirse en desiertos profundos oceánicos.

Se dan además "fenómenos extremos", con las olas de calor marinas como los eventos más obvios para la sociedad.

Los habitantes del litoral son conscientes de la pérdida de biodiversidad en los hábitats intermareales y zonas someras, unos ejemplos de la degradación de la salud de los océanos que representan, han advertido los investigadores, únicamente puntas de un iceberg.

Espacio Eco
Un proyecto de Espacio Eco

Este símil esconde "graves alteraciones" en la columna de agua y el océano profundo, que se propagan al conjunto de mares y océanos.