Barcelona homenajea a Sonia Rescalvo, la transexual asesinada por un grupo de neonazis
El acto se ha hecho en la glorieta del parque que desde 2013 lleva su nombre.
La ciudad de Barcelona ha rendido homenaje a Sonia Rescalvo, la transexual asesinada por un grupo de neonazis el 6 de octubre de 1991 en el parque de la Ciutadella de Barcelona, donde vivía y donde se ha hecho este reconocimiento.
Según ha informado el Ayuntamiento de Barcelona, el acto se ha hecho, concretamente, en la glorieta del parque que desde 2013 lleva su nombre, cuando se conmemora también el 30 aniversario de la sentencia condenatoria de su asesinato, lo que marcó un precedente porque en el momento de los hechos no existía la figura penal de los delitos de odio.
El acto, organizado por el Consell Municipal LGTBI junto con las entidades FAGC, ACATHI, Veus Trans, Stop, GAG y Encara en Acció, ha contado con actuaciones musicales y actividades de visibilidad y sensibilización del colectivo, como lazos de colores y pequeños mensajes trans positivos o un espacio donde la ciudadanía ha podido registrar mensajes de vídeo con palabras dirigidas a Sonia.
El comisionado de Políticas de Infancia, Adolescencia, Juventud y LGTBI, Javier Rodríguez, ha destacado que este acto conmemora a Sonia Rescalvo, pero también al "símbolo de la lucha por la libertad" en el que se ha convertido.
"Sin saberlo, Sonia abrió camino para que hoy las instituciones y los movimientos sociales trabajen juntos para erradicar los delitos de odio", ha dicho durante el homenaje, que ha estado conducido por la actriz y cómica no binaria y activista por los derechos de las personas trans, Vidda Priego.
Su historia
Sonia Rescalvo Zafra nació en Cuenca en 1956 y en su juventud se trasladó a Barcelona, donde se integró en el mundo artístico del Paral.lel en el Teatre Arnau. Trabajó muchos años como vedette, pero cuando llegó la crisis del espectáculo de variedades se quedó sin trabajo y tuvo que trasladarse al parque de la Ciutadella donde vivía y se dedicaba al trabajo sexual.
La madrugada del 6 de octubre de 1991 fue brutalmente asesinada por un grupo de neonazis en la glorieta del parque de la Ciutadella mientras dormía con su amiga Doris, que también fue atacada, así como una personas sin hogar que perdió la visión.
En el momento del crimen no existía la figura penal de los delitos de odio y el hecho de que fuese denunciado por entidades LGTBI y que los asesinos fueran condenados marcó un precedente para acabar con la impunidad de los crímenes contra personas del colectivo LGTBI+.