Una reputada psicóloga responde sobre la sensación de que la Navidad llega cada vez antes
La percepción de que el tiempo pasa cada vez más rápido, así como la repetición de las mismas actividades cada año tienen que ver con ello.
Una profesora de Psicología Experimental en la Universidad John Moores de Liverpool (Inglaterra), Ruth Ogden explicaba hace un tiempo en un artículo en The Conversation sobre cómo los humanos percibimos que el tiempo pasa cada vez más deprisa conforme envejecemos, en el que conectaba los datos científicos de los que se tiene constancia sobre este fenómeno con el caso concreto de las navidades. La base de su teoría tiene relación con que cuanto más mayores nos hacemos, menos tiempo percibimos que pasa entre una Navidad, no de que, en concreto, llega antes.
Y es que Ogden investigó esta sensación tan habitual en estas fechas realizando una encuesta entre 918 adultos del Reino Unido, con la que concluyó que el 77% de los participantes decía sentir que la Navidad llega antes cada año. “Para una persona de siete años, 12 meses es una proporción importante de su vida; pero para una de 45 años, es una proporción más pequeña. Esta diferencia entre proporciones comprime el tiempo subjetivo entre navidades”, resaltó la experta.
Una segunda hipótesis de Ogden es que los humanos medimos el tiempo subjetivo de memoria, a través de los recuerdos. Y explicaba, así, que “aquellos momentos en los que generamos menos recuerdos, ya sea por estar realizando tareas nadas estimulantes ni emocionantes, son interpretados por nuestros cerebros como más cortos”.
Esto, trasladado a la Navidad supone que cada año hacemos cosas parecidas, por lo que cada vez nos parecen menos novedosos y nuestra memoria es posible que las mezcle, dando lugar a errores en nuestros recuerdos.
La tercera hipótesis que plantea esta experta tiene relación con la pérdida de ilusión a medida que pasan los años, con que lleguen estas fechas, según vamos cumpliendo años. Nada que ver con cuando éramos pequeños, claro.
Otro tema diferente es que realmente, de forma ya objetiva no subjetiva, los anuncios, las decoraciones y las ventas navideñas sí empiecen muchísimo antes que décadas atrás. El objetivo principal ya sabemos que es alimentar el consumo relacionado con estas fechas, lo que hace que, según diversos datos que se publican al final de cada Navidad, el gasto por persona en regalos, etcétera, es más elevado cada año en los países más desarrollados.