Andalucía construye la tubería hacia el mayor cataclismo ambiental de su historia
La Junta pretende aprobar el vertido de 80.000 millones de litros de aguas tóxicas procedentes de la mina de Aznalcóllar durante los próximos 18 años.
La Junta de Andalucía pretende aprobar el vertido de 80.000 millones de litros de aguas tóxicas procedentes de la mina de Aznalcóllar durante los próximos 18 años. Este contenido hídrico estaría cargado de altos niveles de metales pesados como cadmio, plomo, arsénico y mercurio, lo que tendría un impacto ambiental inmediato en la fauna, flora y en el propio enclave natural. Ademas, afectaría a la salud y seguridad alimentaria y a todo el radio de acción cercana al río, según ha informadio Espacio Andaluz.
El punto de vertido tóxico se encontrará frente a la altura del estadio de la Cartuja, donde la Junta persigue que finalice una tubería de una extensión cercana a los 30 kilómetros y que tendrá su comienzo en el recinto minero. De esta forma, atravesaría los municipios sevillanos de Sanlúcar la Mayor, Valencina, Olivares, Salteras y Santiponce.
Ya en La Cartuja, esta mansalva de líquido tóxico será arrojado al Guadalquivir, contaminando toda la vida del río desde Sevilla hasta Sanlúcar de Barrameda. Esto, según resalta el mismo medio, podría erigirse como un nuevo cataclismo ambiental con consecuencias directas en la población humana concentrada en este tramo de cauce que comparten las provincias de Sevilla y Cádiz.
El proyecto responde al ímpetu de un plan de reapertura de la mina de Aznalcóllar, que obligaría a reorientar la ingente cantidad de aguas contaminadas que aún permanece en la corta aznalcollera.
Este afán de la Junta de Andalucía y de la empresa a la que se le cedería los derechos de explotación emerge,
Paradójicamente, al mismo tiempo que se estudia la extracción de agua del propio Guadalquivir para consumo humano en épocas de sequía, lo que provocaría que, si se vertiesen estos residuos, la población llegase a ingerir directamente cantidades altamente tóxicas de los citados metales.
Las principales organizaciones ecologistas, Ecologistas en Acción, Greenpeace y WWF, junto con numerosas asociaciones vecinales y organizaciones ciudadanas, ya se están movilizando para denunciar las consecuencias del vertido y la peligrosidad a la que se enfrenta el río Guadalquivir ante semejante proyecto.