Abre una pastelería adaptada para ejercer el talento de su hija autista y resuelve el futuro para muchos jóvenes

Abre una pastelería adaptada para ejercer el talento de su hija autista y resuelve el futuro para muchos jóvenes

Una madre convierte su lucha en un espacio inclusivo en Turín, donde jóvenes con autismo encuentran una oportunidad de empleo y crecimiento.

Escaparate de una pastelería en Turín.Steve Deslich

En el corazón de la capital de la región del Piamonte, Turín, en Italia, Amelia Montedoro ha convertido una antigua ferretería en algo más que en una sencilla pastelería. Después de muchos meses de trabajo y reformas, abrió las puertas de Lolelí, un espacio donde su hija Lorena, de 20 años y diagnosticada con autismo, va a tener la posibilidad de desarrollar su pasión por la repostería. 

"A mi hija le encantan las secuencias: ¿qué mejor que la pastelería, que es precisión, casi matemática?", explica Amelia al Corriere Della Sera, donde esta ingeniera de profesión explica que emprender este proyecto, inspirada en el amor de su hija por la precisión y las secuencias, habilidades que encajan a la perfección con el arte de la pastelería. 

Lorena, que acaba de graduarse con honores en pastelería, necesitaba un lugar en el que poder canalizar su talento y su madre lo tuvo claro: un laboratorio adaptado para ella y otros jóvenes con capacidades diferentes. Con el apoyo de la Asociación de Ideas Onlus, Amelia ha seleccionado a un grupo de chicos y chicas neurotípicos o diagnosticados con autismo, que ahora forman parte del equipo de Lolelí. Sin embargo, el camino de Amelia hasta la apertura el establecimiento no ha sido sencillo.

Un establecimiento que se llama así El nombre de la pastelería une los nombres de su hija, su hijo Manuele y el suyo propio, en un gesto de unidad familiar y compromiso.

A pesar de tener las puertas de las instituciones cerradas, Amelia logró sacar adelante el proyecto prácticamente sola, simultaneando la renovación del local ubicado en el barrio de Borgo Vittoria con su trabajo a tiempo completo. Después de unos meses y gracias a la colaboración de Ideas Onlus, obtuvo una subvención que le permitirá seguir ofreciendo formación a otros jóvenes con autismo en prácticas.

Lolelí no una pastelería más; es un punto de encuentro donde la inclusión es la norma. Con una oferta que va desde croissants frescos cada mañana hasta dulces típicos de la región, el espacio también rinde homenaje a la diversidad de sus visitantes, en su mayoría inmigrantes de regiones del sur de Italia. Amelia ha querido que su tienda represente esa pluralidad, integrando recetas de diferentes regiones del país para que todos se sientan como en casa. Intenciones que quedan claras ya en el nombre de la pastelería, en el que se han fusionado los nombres de la hija de Amelia, el de su hijo Manuele y el suyo propio, en un gesto de unidad familiar y compromiso.

Titania
Titania
Santander

Mientras, Lorena trabaja cada día en el laboratorio de repostería como ayudante y pone su precisión al servicio de la creación de dulces. Para ella, el rigor y la secuencia de la repostería son una oportunidad de expresar su talento. Los clientes pueden disfrutar de desayunos y meriendas, además de opciones de almuerzos y aperitivos, en un entorno acogedor y familiar que invita a quedarse. Amelia, consciente de que no todos los días son fáciles, recalca: "Para Lorena y sus compañeros, esta pastelería es su futuro".