Data Brokers, el fin de la privacidad
Ya no es suficiente con seguir nuestro rastro en la red. Ahora, hay empresas que empiezan a rastrear nuestros teléfonos móviles a través de sensores colocados en la calle o en establecimientos para poder monitorizar nuestra actividad: dónde hemos desayunado, cuál es la ruta que hacemos hasta llegar al trabajo, cuánto tiempo estamos dentro de una tienda, o incluso cuánto tiempo esperamos a que llegue nuestro autobús.
Había una época en que la que la libertad se basaba en independizarse uno de casa de sus padres o tener su primer coche, época en la que la palabra libertad significaba hacer lo que quisieras sin que nadie te controlara. En la actualidad, solo el 8% de los jóvenes entre 18 y 24 años tienen carnet de conducir, mientras que un 86% tienen un smartphone. Las cosas han cambiado y ahora la libertad se llama internet.
Blackberry, empresa insignia de la transformación de la telefonía móvil en la primera década de siglo, debe su nombre a la época de la esclavitud en los Estados Unidos. A los nuevos esclavos se les ataba al tobillo una cadena acompañada de una gran bola negra. Esa bola negra se llamaba blackberry, y su función era evitar que los esclavos se escaparan.
El negocio de los data brokers es desconocido para la mayoría de nosotros, pero ellos lo saben todo de nuestras vidas. Ese es su objetivo. En cada clic que hacemos en nuestro ordenador, tablet o smartphone dejamos un rastro sobre quiénes somos, el cual no pasa desapercibido.
Tener bajo vigilancia a más de 500 millones de personas da para mucho. Puedes encontrar el rastro de 11 de los 19 terroristas del 11S o encontrar datos sobre salud, hábitos, gustos, salarios, edad, aficiones de millones de personas. Es decir, de millones de consumidores.
Acxiom, Corelogic,Datalogic, Ebureau, ID Analytics, Intelius, Peekyou, Rapleaf, Recorded Future son los gigantes invisibles que operan en la denominada por el Senado de los Estados Unidos como la industria de la oscuridad. Ellos fueron los primeros en dar la voz de alarma de una industria capaz de vender listados de mil personas que han sido violadas o tienen alguna enfermedad genética por tan solo 79 dólares. Empresas como Kreditech, conocida en España como Kredito24, analiza hasta 15.000 datos en segundos para saber quién solicita el crédito.
Pese a ser un negocio con pocos años de vida, evoluciona muy rápido. Ya no es suficiente con seguir nuestro rastro en la red. Ahora, las empresas empiezan a rastrear nuestros teléfonos móviles a través de sensores colocados en la calle o en establecimientos para poder monitorizar nuestra actividad: dónde hemos desayunado, cuál es la ruta que hacemos hasta llegar al trabajo, cuánto tiempo estamos dentro de una tienda o incluso cuánto tiempo esperamos a que llegue nuestro autobús. Toda la información es buena si hay un comprador que la necesite.
Compañías de seguros como Mapfre están empezando a utilizar esta tecnología para cuantificar el riesgo que tiene cada asegurado. De esta forma saben a dónde va, por qué carretera circula, y la media de velocidad.
Mientras en el Senado de los Estados Unidos se discute cómo destruyen nuestra privacidad los data brokers, en Europa aún no existe una legislación al respecto.
Aunque los tiempos han cambiado, el significado de blackberry sigue siendo el mismo: cuanto más libres pensamos que somos, más controlados estamos.