Ya no es suficiente con seguir nuestro rastro en la red. Ahora, hay empresas que empiezan a rastrear nuestros teléfonos móviles a través de sensores colocados en la calle o en establecimientos para poder monitorizar nuestra actividad: dónde hemos desayunado, cuál es la ruta que hacemos hasta llegar al trabajo, cuánto tiempo estamos dentro de una tienda, o incluso cuánto tiempo esperamos a que llegue nuestro autobús.