¿Es posible una salud aumentada?
En la actual situación de decrecimiento sanitario, las redes sociales van a ser cada vez más importantes a la hora de proporcionar respuestas de salud. Sigue llamando la atención la poca presencia que hay en ellas de profesionales sanitarios. La mayoría considera que proporcionar contenidos por esta vía no es de su competencia.
En los últimos años se ha puesto de moda el término paciente empoderado, que viene a definir un tipo de paciente más informado y preparado para tomar las mejores decisiones concernientes a su salud. La irrupción de las tecnologías de la información y comunicación (TICs), los teléfonos móviles con acceso a internet y las redes sociales, están cambiando el panorama de la información sobre salud. Un porcentaje de los pacientes puede acceder a información que antes era solo coto privado de profesionales sanitarios. En esta línea podemos citar el ejemplo de Dave deBronkart@epatientDave que pudo salvar su vida cuando le diagnosticaron una grave enfermedad de pulmón accediendo a investigación clínica cuyos resultados aun no estaban publicados en revistas científicas.
Está claro que a todos nos interesa la salud y que nos gustaría disfrutar de un mayor grado de esta, una salud aumentada, pero ¿es esto posible?
Por lo que sabemos se requiere algo más que información de calidad. La información a secas es poca cosa si no se transforma en conocimiento y este a su vez en habilidades, hábitos y comportamientos que son los que a fin de cuentas determinan en mayor proporción nuestra salud. Para acometer cambios solemos requerir apoyo y ayuda. Muchos sabemos lo complicado que es modificar la forma de alimentarse o deshacerse de un hábito indeseado.
Si los profesionales sanitarios de hospitales y centros de salud están cada vez más sobrecargados y agobiados es comprensible que no den una respuesta suficiente. ¿Dónde encontrarán los pacientes esta ayuda? la respuesta es sencilla: donde puedan. El auje de los seguros privados de salud o de las medicinas alternativas ilustra que los ciudadanos necesitan respuestas a sus problemas de salud.
En mi caso como médico de familia del sistema público, trato de apoyar mis recomendaciones no farmacológicas usando técnicas de comunicación, entrevista motivacional, dibujos o diagramas (visual thinking), imágenes de internet, etc... Al disponer de poco tiempo (6 minutos de media por paciente) a menudo amplío la información en formato escrito, vídeo o página web para que el paciente amplíe en su casa la información que requiere.
En la actual situación de decrecimiento sanitario, las redes sociales van a ser cada vez más importantes a la hora de proporcionar respuestas de salud. Sigue llamando la atención la poca presencia que hay en ellas de profesionales sanitarios. La mayoría considera que proporcionar contenidos por esta vía no es de su competencia.
Hay que repensar muchas cosas. No nos queda más remedio que dejar de hacer cosas para poder hacer otras, modificar las preferencias y tratar de amoldarnos a las necesidades de los pacientes y de la sociedad. Creo que todos comprenderemos fácilmente que esas necesidades se incrementan y cambian a gran velocidad.