Bacterias marinas de turno de mañana y turno de tarde
Todos los seres vivos tienen hábitos y rutina. Se encuentra desde el hombre hasta otros mamíferos e incluso en los insectos. Lo que se desconocía hasta ahora es la existencia de conductas rutinarias en seres con una gran simplicidad, como las bacterias.
Todos los seres vivos tienen hábitos y la rutina forma parte de nuestra existencia. Se encuentra desde el hombre hasta otros mamíferos e incluso en otros seres considerados más primitivos, como los insectos. Pero lo que se desconocía hasta ahora es la existencia de conductas rutinarias en seres con una gran simplicidad, como las bacterias. Hace unos días se publicó en la revista Science que las bacterias del océano siguen unos patrones predecibles de actividad biológica, es decir, que comen, respiran y crecen siguiendo un patrón temporal. Algunas especies son madrugadoras y muestran su actividad durante las horas de la mañana mientras que otras llevan a cabo sus acciones diarias a mediodía.
Los investigadores de este hallazgo, que trabajan en el MIT (Massachussets Institute of Technology), se sorprendieron de que estos microorganismos llevaran a cabo sus actividades con una puntualidad extrema día tras día. Además, comprobaron que esta regularidad se producía entre especies que no eran genéticamente semejantes, como si toda la comunidad de bacterias estuviera en sincronía independientemente de la especie. La mayoría de las muestras de agua que recolectaron estuvieron dominadas por la bacteria Prochlorococcus, el organismo fotosintético más abundante de nuestro planeta. Acuérdense de este nombre, sin su presencia la vida en nuestro planeta sería más complicada ya que es el responsable del 50% del oxígeno atmosférico de la Tierra. Esta bacteria comienza su actividad durante el alba, siendo máxima al mediodía para poder aprovechar la luz solar. Otro grupo de bacterias que consumen carbono comienza su actividad un poco más tarde, después del amanecer; y otras comenzaron a despertarse a media mañana.
Se cree que Prochlorococcus es el resorte para que el resto de bacterias comiencen su actividad, porque convierten la luz solar en carbono, que es necesario para la actividad de estas bacterias y, por esta razón, se le pegan las sábanas. Este descubrimiento va a permitir conocer con más detalle la complejidad de las relaciones entre las bacterias marinas y cómo se coordinan sus actividades a lo largo del día. Sus implicaciones son muy importantes para profundizar en los ciclos de los nutrientes y la dinámica de las redes tróficas oceánicas, porque todos estos procesos están correlacionados entre sí.
Que los seres vivos tengan un hábito en la misma franja horaria durante todos los días de su existencia es una cuestión con un gran componente genético. La mayoría de los organismos muestran un patrón establecido, aunque siempre existan excepciones como en el caso del ser humano, con personas que muestran más actividad durante la tarde o la noche. Sin embargo, la mayoría parece encontrarse en su elemento cuando realizan estas actividades cotidianas, si ya lo decía Mario Benedetti en La Tregua: "Hoy fue un día feliz, solo rutina".