El arte de la divulgación científica en el siglo XXI
Aprender a comunicar es la asignatura pendiente de muchos científicos (y de otros profesionales en otras áreas). Comunicar ya es un arte de por sí, pero cuando tenemos que hablar y comunicar algo relacionado con la ciencia, tenemos que seguir algún consejo que a muchos se les olvidan.
En general, aprender a comunicar es la asignatura pendiente de muchos científicos (y de otros profesionales en otras áreas). No es lo mismo contarle a otro científico lo que haces, pues suele estar familiarizado con los términos técnicos, tema, etc., que contárselo al público de masas. ¿Cómo explicarles de manera sencilla y atractiva lo que haces y que además, y muy importante, lo entiendan? Muchos científicos se olvidan muchas veces de este matiz lo cual perjudica seriamente la forma en que comunican.
Recientemente participé en un seminario sobre comunicación científica organizado por el catedrático de Física Aplicada, Pío González, del IBIV-Vigo (Proyecto BIOCAPS). En este artículo desglosaré conceptos básicos a tener en cuenta para comunicar ciencia (y otros temas no científicos) usando como ejemplos la prensa escrita, radio, TV y también la moderna comunicación digital (internet). Comunicar ya es un arte de por sí, pero cuando tenemos que hablar y comunicar algo relacionado con la ciencia, tenemos que seguir algún que otro consejo que a muchos se les olvidan o simplemente no los conocen.
Prensa escrita: Sandra Rodríguez, responsable de Growcom, Innovación y Comunicación nos explicó cómo entendernos con los periodistas no especializados. El ritmo de redacción del día a día de un periodista está marcado por su Planillo, una contrareloj diaria. En los tiempos que corren y con la crisis del sector, muchos periodistas están sobrecargados de trabajo y tienen que hacer un poco de todo. Para que os hagáis una idea, algunos se encargan de rellenar de contenidos dos a tres páginas de un periódico al día. Imaginad la cantidad de información, noticias, trabajo y stress diario que eso supone. Por lo tanto, debemos lidiar con ellos de manera que se les facilite de alguna forma su trabajo. Así, si no nos contestan un email o nos piden una entrevista a una hora concreta,... es porque su día está organizado muchas veces al minuto. Además debemos confiar en su profesionalidad y saber que la elección del titular no estará en nuestras manos la mayoría de las veces. Recordad que los periódicos a parte de dar noticias son un negocio.
A la hora de redactar algo sobre ciencia para un periódico debemos usar recursos tales como ejemplos, metáforas, comparaciones, referencias cotidianas que ayuden a contextualizar y entender lo que pretendemos comunicar. Un consejo útil es hacer que algún familiar o amigo que no sepa sobre el tema que escribes, lo lea y te de su opinión, si lo ha entendido,... antes de enviarlo al periódico. Además debemos tener en cuenta que los periódicos tienen sus criterios de noticiabilidad, es decir, algo es noticia si es de actualidad, si tiene alguna repercusión social o económica, si es un tema curioso o espectacular, un conflicto o desgracia de interés humano, o si tiene exclusividad. Los periodistas suelen tener sus fuentes autorizadas. Lo ideal sería que en determinados temas un experto revisase los textos, sin embargo, en la actualidad esto es casi imposible. Otra herramienta de gran utilidad es representar nuestros textos de manera gráfica, es decir, utilizar la infografía, otro arte dentro de la comunicación.
No podemos olvidarnos de las agencias de noticias que compilan las noticias que ocurren en todo el mundo y de las cuales se nutren los medios de comunicación. Algunas son generalistas como EFE o EuropaPress y otras especializadas en noticias científicas como ScienceDaily, sinc o gciencia.
Radio: Manuel Vicente, locutor de Efervesciencia (Radio Galega), nos habló de la ciencia en la radio y las particularidades del medio radiofónico. La radio era el medio de comunicación por excelencia antes de la TV. En la actualidad los medios digitales triunfan sobre todos los demás. Aún así, la radio sobrevive y la escuchamos mientras conducimos, cuando nos acostamos,.... En la radio es de vital importancia gestionar la atención del público para que siga ahí, enganchada, escuchando. Esto depende normalmente del contenido del programa de radio y del locutor.
Si te llaman para ir a la radio y hablar de ciencia, uno debe hacer al menos las preguntas ¿para qué? y ¿cuándo? Además debemos preguntar: 1) ¿dónde se juega el partido?, es decir, si el programa es en directo o grabado; 2) ¿cuál va a ser el público?; 3) ¿cuánto tiempo durará el partido? Hay que ajustar los contenidos del mensaje al tiempo del que disponemos y al público al que va dirigido. Normalmente, los locutores de radio prefieren los programas en directo y en el estudio. Sin embargo, mucha gente sean científicos o no, muchas veces prefieren los programas grabados, por lo de no equivocarse y poder repetir en caso de errores, etc. Otro consejo es el de no leer en la radio. No queda bien y se suele notar (y bastante), lo cual hacer perder la atención del público.
La radio hace uso de las nuevas tecnologías y utiliza también los podcast de archivos de audio, algo así como los blogs pero de archivos multimedia. Los programas de ciencia como Efervesciencia suelen tener colaboradores científicos, a los cuales llaman cuando se tratan determinados temas. Está claro que no todo el mundo nació para la divulgación científica, hay científicos que son excelentes en su trabajo pero dejan mucho que desear a la hora de comunicar. A unos se les da mejor y también es verdad que es un proceso de aprendizaje. En Galicia, por ejemplo, hay una iniciativa que trata de juntar gente de todos los ámbitos interesada en la divulgación.
Video y televisión: Paulino Pérez, profesor de comunicación audiovisual y publicidad de la Universidad de Vigo, nos habló sobre el uso del vídeo y cómo hablar en la tele como recursos para la divulgación. Nos comentaba que uno de los sueños de muchos científicos españoles era salir en el telediario de la primera por la gran repercusión que tiene a nivel nacional. Las televisiones buscan las noticias pero se mueven por las audiencias, ¡la pasta es la pasta! Si te llaman de la tele para una entrevista es conveniente hacerte al menos estas preguntas: ¿para qué medio?, ¿para qué programa? y ¿qué es lo que quiere?
Cuando estemos frente a la cámara y tengamos que hablar es bueno tener en mente los siguientes interrogantes a la hora de hablar sobre un tema determinado: ¿contar qué?, ¿quién?, ¿dónde?, ¿cuándo? y ¿por qué? Cuando uno ve unos segundos, un minuto de vídeo en la tele, no se plantea el trabajo que hay detrás. Para elaborar un vídeo sea de un minuto o de una hora, tenemos varias etapas: preproducción, guionización, localización, grabación, montaje y postproducción y difusión. Todo esto se hace más rápido hoy en día que hace 30 años por el avance de las tecnologías. Sin embargo, hasta los pequeños detalles cuentan a la hora de grabar un video para divulgación o ir a la tele, ¿por qué? porque esto nos ahorrará tiempo y dinero después. Por ejemplo, si alguien sale con los ojos rojos en una foto, pues se corrige y punto, pero si sales así en 10 segundos de vídeo, a 24 fotogramas por segundo, tendrías que cambiar esto en 240 fotos. Es decir, prevenir los errores más comunes es importante, de ahí que a veces sean tan pesados con los pequeños detalles.
La imagen visual se puede usar para comunicar de varias maneras: a) una noticia, como salir en el telediario por un descubrimiento científico por ejemplo; b) una entrevista, donde nos recomiendan hacer declaraciones totales, es decir, decir frases pensadas que contengan la información necesaria y con puntos o descansos. Esto facilitará el trabajo a posteriori a la hora de hacer el montaje del vídeo, etc; c) un reportaje sobre un tema determinado. Aquí podríamos encuadrar el programa sobre ciencia Redes, presentado por Eduard Punset y que ha dejado de emitirse tras 18 años, lo cual es una pena; d) los famosos documentales, que suelen ser largos, tratan un tema en profundidad pero también son muy caros. ¿Quién no se acuerda de El hombre y la Tierra de Félix Rodríguez de la Fuente? Otras formas de hacer divulgación científica y que se han puesto más de moda en la actualidad debido al uso de internet y plataformas como la de Youtube son los e) vídeos didácticos, f) vídeos institucionales o los g) vídeoartículos (ej. e-learning).
Internet: Pedro Arenas, responsable de Ingenyus, nos dio una clase magistral sobre el uso de las nuevas tecnologías digitales por parte de los investigadores. Los medios digitales de difusión científica más conocidos y utilizados en la actualidad son las páginas Web, email, blogs y Redes Sociales (RRSS). Imaginad que sois un científico o un instituto de investigación y queréis comunicar ciencia y hacer que por ejemplo una compañía apueste por vuestros descubrimientos, patentes,... es decir, algo así como un lugar en la red donde promover la trasferencia tecnológica. ¿Cómo lo haríais?
Os describiré en breve algunos de los pasos a seguir en una situación como esta o similar. Para comenzar es importante un 1) branding, es decir, una marca, tener algo que nos identifique. 2) Debemos plantearnos una meta/objetivo claros. 3) Es importante diseñar un mensaje que queramos comunicar, es decir, hacer una propuesta de valor: ¿qué tengo yo que no tienen los demás? Hacerse un análisis DAFO de tu perfil profesional es una gran idea: ¿cómo te ves tú y cómo te ven los demás? Analizar tus debilidades/fortalezas y cuales son tus amenazas/oportunidades. ¿Habéis probado a ver qué sale si tecleáis vuestro nombre en Google? Es conveniente hacer esto de vez en cuando. La gente se suele quedar con lo primero que ve y si esto no es bueno, pues ya imagináis lo que pasa. 4) Desarrollar la infraestructura. Para llevar a cabo nuestros objetivos podemos crear y utilizar una página Web y utilizar una cuenta de Email, esto creo está claro. Pero además contamos con herramientas cada vez más en boga como son los blogs y redes sociales. Uno puede crearse un blog de manera gratuita utilizando herramientas como las que proporcionan livejournal, blooger o wordpress. Para ello es recomendable crear un dominio en la red. Nominalia nos puede ayudar en este paso. Puede ser un dominio gratuito, asociado a Wordpress por ejemplo, pero si es algo ya más profesional es quizás conveniente pagar por uno (rondan los 15-20 euros al año).
Y cómo no, no podían faltar las reinas de la fiesta en cuanto a comunicación social se refiere, las redes sociales. Aparte de Facebook, Twitter,... y alguna red profesional como Linkedin, también existen redes sociales para profesionales científicos. Quizás la de más éxito es academia.edu y luego tenemos researchgate y network.nature, donde un perfil actualizado con nuevas publicaciones y demás lleva las de ganar. Además de las redes sociales crear un blog que actualices frecuentemente, 2 o 3 veces por semana mínimo, es otra gran idea.
Aparte de estos puntos conviene también buscar una 5) conexión 360°, es decir bidireccional y utilizando todas las herramientas mencionadas anteriormente. 6) Planificar bien lo que vamos a hacer y al final 7) medir, es decir, analizar si los resultados obtenidos son los que buscamos: ver si la gente visita nuestra web, lee nuestro blog, se interesa por nuestro perfil, etc. Para ello, contamos con herramientas gratuitas y disponibles en la web como la de Google Analytics.
Las claves del éxito, si las hubiese, serían: objetivo, estrategia, regularidad, dedicación, medición y presupuesto. Todo esto debería estar complementado con un plan de marketing que implicaría tener una meta y un posicionamiento definidos a los cuales queremos llegar. Con estos consejos, trabajo duro, y algo de suerte, estaríamos en el camino correcto.
Conclusión: La comunicación no es tarea fácil como podéis ver, al menos la buena comunicación. Es verdad que muchas de las herramientas que necesitamos, al menos para comenzar, son gratuitas y están al alcance de cualquiera. Algo a tener en cuenta y con lo cual creo deberíamos de ser un poco precavidos, sobre todo en el nuevo mundo de la moderna comunicación digital es: ¿cuál es el precio a pagar por todo este libertinaje comunicativo? ¿Es realmente gratis? Por ejemplo, pensad en todo el tiempo que uno invierte (y deja de hacer otras cosas por ello) en actualizar, poner al días sus redes sociales, blogs, etc. ¿Y que pensáis de la privacidad, de la cantidad de información que uno libera a la red y con ello la hace disponible casi a cualquiera? Son preguntas que dejo en el aire y que son seguro motivo de mucha discusión.