Londres: Brunch en Broadway Market
Cinco minutos observando bastan para percatarse de que la gente no sólo viene a hacer su compra semanal, a desayunar o a hacer el 'brunch'. Aquí la gente viene a ver y dejarse ver, de ahí que sea tan común encontrarse con jóvenes y no tan jóvenes modelos acompañados de sus fotógrafos.
Y te sumerges en otro mundo. Uno dominado por aquello que no has visto hasta ahora. La música se hace cada vez más evidente y, sin darte cuenta, estás cruzando el Regent's Canal. Allí, una decena de barcazas se encuentran amarradas a la espera de que sus dueños traigan la leña, lo que les permitirá sobrevivir una noche más. La música proviene de una avenida en la que un gran número de personas han decidido sacar sus puestos a la calle. Es mediodía y es sábado. El ajetreo de gente es cada vez mayor. Sin embargo, hay algo distinto en el ambiente, como si faltara algo en la escena rutinaria londinense. Uno no sabe lo que es hasta que entra de lleno en el mercado. No hay turistas -o no muchos-. Esto es Broadway Market.
Una de las bolsas a la venta cuyos fondos van para el propio mercado. Foto: Bex Walton.
Dos hileras de puestos de comida delicatesen que abren el apetito al más saciado a lo largo de una calle no muy ancha ni larga y algo serpenteante que comunica el canal con el parque London Fields. Meca del hipster londinense. La música procedente del primero de los puestos nos sumerge de lleno en el Broadway Market, discos de vinilo imposibles de encontrar a la venta en otro lugar, guitarras y demás utensilios nos hacen pensar que estamos en un sitio cool -guay-. Vamos, que esto no es Camden Market. Aquí no hay asiáticos gritándote si quieres probar su exquisito pollo al piri-piri. Sin embargo, puedes encontrar una pescadería, Fin & Flounder, con un producto que grita llevártelo a casa (de aquí salieron los ingredientes para una paella de marisco); una carnicería de las de antaño -sí, a este pobre le colocarían el mercado delante de su tiendecita- llamada H. Tidiman Butchers; y un sinfín de tiendas y puestos de repostería.
La mejor hora para acercarse al Broadway Market es a mediodía, sin embargo la mayoría de los tenderos abren sus puestos de 9 a 17 horas, aunque son muchos los que abren algo antes para atender a los vecinos de la zona. Es el lugar perfecto para encontrar esas patatas orgánicas que tanto te gustan, aquellas aceitunas que una compañera de piso trajo a casa en una ocasión y te comentó "Oh, I brought them from the Broadway Market", o esas ostras que acompañadas con un buen blanco saben a gloria. Me atrevería a decir que es incluso uno de los mejores sitios de Londres para hacer el brunch. La calidad de sus productos no defrauda y eso tiene un precio. Y qué mejor sitio para comerse una beigel -rosquita de pan al horno- rellena de queso brie, bacon, lechuga y pepinillos, que una de sus cafeterías aledañas con vistas al mercado.
Vistas al mercado. Foto: RGS.
Cinco minutos observando el Broadway Market bastan para percatarse de que la gente no sólo viene a hacer su compra semanal, a desayunar o a hacer el brunch. Aquí la gente viene a ver y dejarse ver, de ahí que sea tan común encontrarse con jóvenes y no tan jóvenes modelos acompañados de sus fotógrafos dispuestos a inmortalizar su imagen en este enclave. Otros fotógrafos, sin embargo, vendrán sin modelo y encontrarán en la fauna de este mercado lo que venían a buscar: estilo y tendencia. Jóvenes emprendedores, bloggers y demás apasionados de la moda confabulan entre las paredes del Broadway Market; también músicos y artistas -como la genial Brooke Sharkey-; y, por supuesto, una especie en extinción en la city: los londinenses.