¿Y tú qué vas a ser de mayor? Cuando la edad pone ante el espejo a las personas LGTBI

¿Y tú qué vas a ser de mayor? Cuando la edad pone ante el espejo a las personas LGTBI

El 40% de las personas LGTBI de más de 65 años se encuentran en una situación de soledad no deseada y en muchos casos tienen que volver al armario.

La Fundación 26 de Diciembre ofrece una alternativa a la soledad no deseada de las personas LGTBI.

Una de cada cuatro personas mayores de 65 años sufre depresión. Más del 21% sufre de trastornos depresivos, el 13% de trastornos psicóticos, el 6% de trastornos de ansiedad y el 5% de demencias graves. Una realidad a la que no siempre se mira pero que está ahí, en silencio, y que en el caso de las personas LGTBI se agrava.

Tras una vida de dificultades en la que muchos tuvieron que poner el cuerpo para lograr los avances de los que hoy disfrutamos, muchos ven como cambia su vida con la jubilación. En 2019, la Federación Estatal de Lesbianas, gais, trans y bisexuales (FELGTBI) realizó un informe sobre el impacto que tiene en las vidas LGTBI la tercera edad y se pudo constatar que más del 40% de las personas con más de 65 años viven solas.

No haber tenido hijos, que fallezca la pareja con la que llevan toda la vida, la falta de apoyo familiar o el miedo a volver a salir del armario en una residencia o centro de día hacen que muchos se encuentren en una situación de soledad no deseada dando pie a los problemas de salud mental.

Contra ello lucha la Fundación 26 de Diciembre. Qué podemos hacer para ayudar a las personas mayores LGTB. "Lo que queremos con el concepto fundación es crear un sitio donde la gente se encuentre a gusto. Donde la diversidad sea un hecho, donde no te sientas juzgado, donde no te sientas agredido y donde puedas luchar de una forma eficaz por la sociedad no deseada", explica a este medio Eduardo Rey, coordinador del grupo de voluntarios de la Fundación 26 de Diciembre.

Acudimos en su día fuerte: los viernes de maris. En torno a las 14 horas se juntan a comer con varios usuarios de sus servicios y conversan y hablan largo y tendido. Antes, la partida de dominó o el maquillaje express que Juanma Fernández, responsable de comunicación, realiza a una mujer que ronda los setenta. "Si me escuchas gritar es que me he asustado", le dice de broma antes de ir a cambiarse al baño y poder vestirse como realmente le apetece con una blusa.

"Queremos contribuir a mejorar su vida. Son personas que han sido expulsadas de su familia, que han vivido el Franquismo, que han pasado por la época de los años 80 con la crisis del SIDA y queremos que sus últimos años sean felices", expresa mientras se pone la mesa.

Y es que ser mayor no implica dejar de tener vitalidad. Y eso lo tienen muy claro. Así lo indica Sara, técnico de inserción laboral en la fundación. "La gente viene porque quiere crear un espacio seguro. De venir todos los días se crea una familia", explica.

Precisamente este orgullo, el área de Políticas Sociales, Familia e Igualdad del Ayuntamiento de Madrid ha publicado una campaña menos polémica que la cartelería oficial del Orgullo, orientada y consensuada solo con empresarios.

El delegado del área, José Fernández, destacaba la situación de las personas mayores LGTBI, quienes, además de enfrentar el edadismo, sufren marginación por su orientación sexual.

La campaña que versa bajo el lema "Vivimos=Amamos. Madrid diversa, Madrid inclusiva", busca devolver la dignidad y fomentar los encuentros afectivos y relacionales de las personas mayores LGTBI. 

Precisamente desde este área se dan 85.000 euros anuales a la Fundación para poder recibir atención psicológica especializada y la promoción de habilidades emocionales para mejorar la calidad de vida de las personas mayores LGTBI. Una labor fundamental que se puede ver en la Fundación 26 de Diciembre cuando, poco a poco, sus usuarios van a comer y se empiezan a relacionar entre ellos bajo la atenta mirada del equipo que trabaja en las instalaciones.