"Vamos a vivir cada partido como si fuera una final"
El Ejecutivo sufre en las negociaciones para salvar la votación del miércoles. "Ya sabíamos que iba a ser complicado". El PP se niega a ser su "salvavidas".
En las negociaciones para lograr la investidura de Pedro Sánchez, el PSOE llegó a hablar de "acuerdo de legislatura" para dar estabilidad a la acción de Gobierno y fuentes próximas al presidente dieron entonces por descontada la aprobación de los primeros Presupuestos Generales del Estado. Pero el nuevo año está poniendo en evidencia la complejidad y fragilidad de los acuerdos. "Me temo que vamos a vivir cada partido como si fuera una final", traduce un destacado dirigente socialista. María Jesús Montero tuvo que reconocer que sus socios "hacen valer sus votos y sus marcas", dejando en el aire las medidas que pretende aprobar en el Parlamento.
Las fuentes consultadas en el Gobierno apuntan a "dosis de teatro" en la negociación, pero reconocen la dificultad de alcanzar los síes necesarios en la primera votación del curso político. De momento, Junts se mantiene en su "no" al decreto ómnibus y las medidas anticrisis anunciadas por Sánchez porque, según sus portavoces, "están poniendo en peligro" la aplicación de la ley de amnistía por los cambios previstos en la Justicia, por invasión de competencias y también por "infrafinanciar" a Cataluña. "Están haciéndose valer", interpreta un líder territorial socialista.
En el equipo de Sánchez llaman a la calma. "Ya sabíamos que iba a ser complicado", afirman. Cuando hace pocas semanas, en su balance navideño ante la prensa, al presidente le preguntaron si su objetivo era una legislatura de cuatro años, respondió con una sonrisa de oreja a oreja que "por supuesto". "Sabíamos desde el principio que iba a ser una legislatura de diálogo. Cada norma que se quiera probar en el Congreso requiere paciencia y capacidad de entendimiento", afirmó la vicepresidenta Montero, que pilota las negociaciones junto a Félix Bolaños.
Para algunas voces socialistas, lo que se está viviendo es "un chantaje" que se repetirá prácticamente en todas las votaciones. En la estructura de Castilla-La Mancha recuerdan que ya lo avisó su líder, Emiliano García-Page: "Han dado el mando a Puigdemont y no lo va a soltar. No van de farol, van a tratar de conseguir el máximo y lo de esta semana es un aviso a navegantes", en palabras de un destacado dirigente. Públicamente, eso sí, el sector crítico del partido por las cesiones a los independentistas no han elevado excesivamente la voz.
El PP, que se enredó la pasada semana por sus contactos precisamente con Junts y su enmienda en la que plantea su ilegalización, se apresuró en dejar claro su "no" a Sánchez, salvo que vire en las próximas horas y se avenga a aprobar algunas de las medidas reclamadas por su líder. A saber, deflactar la tarifa del IRPF a las personas con ingresos inferiores a 40.000 euros, bajar el IVA a la carne, el pescado y las conservas y reconducir la subida del IVA a la luz y el gas, especialmente a la rentas más bajas. "No vamos a arreglar los problemas internos del desgobierno", resumió este lunes Alberto Nuñez Feijóo.
¿Hay margen real para que los populares cambien el "no" por la "abstención"? Según confirmó Génova, ha habido contactos entre Bolaños y Cuca Gamarra, pero "no una negociación". "Simplemente se nos ha pedido que no votemos en contra y eso no es una negociación. Lo que queremos es hablar de nuestras propuestas", enfatizaron las fuentes consultadas, que añadieron que en estos momentos "el no es clarísimo".
"Yo al Gobierno, a este Gobierno y tal y como están haciendo las cosas, no le daba ni agua. No estamos aquí para salvarle la cara cuando no están tomando una sola medida sensata, cuando cualquier ocurrencia y barbaridad, lo pactan con sus llamados socios y luego se recuerde al PP cuando no le salen los números", se apresuró a declarar Isabel Díaz Ayuso, con gran predicamento interno. "No somos su salvavidas. Somos su alternativa", se sumó otro barón autonómico, en conversación informal con El HuffPost.
La reflexión mayoritaria en el PP es que "Sánchez se ha ganado a pulso su debilidad parlamentaria" y "no puede venir ahora pidiendo nuestro apoyo a cambio de nada", en palabras de un miembro de la dirección. "El hecho de estar en manos de los independentistas para todo y la previsible llegada de Puigdemont sin pasar por la justicia es letal para la marca del PSOE en muchos territorios en un año electoral muy importante. Basta analizar la encuesta de El País sobre Galicia que dice que los socialistas quedarían terceros en intención de voto", rematan las fuentes consultadas en Génova.