“Quién nos lo iba a decir”
Sánchez concluye el año en Moncloa pese a que muchos en el PSOE llegaron a tirar la toalla. Feijóo, tras la frustración por no gobernar, mira ya a gallegas y europeas.
Tras las elecciones autonómicas y municipales del año que ahora concluye, con el PP bañando de azul prácticamente todo el mapa de España, muchos en el PSOE tiraron la toalla. Concluye una etapa, vinieron a augurar, dando por descontado que el siguiente en perder su sillón sería Pedro Sánchez. Pero el presidente arriesgó, adelantó las elecciones generales y ocurrió lo que prácticamente nadie presagió. Alberto Núñez Feijóo ganó en los comicios de julio, sí, pero no le dieron los números. Este miércoles, cuando Sánchez hizo desde la Moncloa su balance anual esbozó una sonrisa de oreja a oreja cuando le preguntaron si aspira a cuatro años de mandato: “Por supuesto”, contestó.
“Quién nos lo iba a decir”, resume un alto cargo socialista. El PSOE ha vivido en la convulsión permanente, cruzando “líneas rojas” marcadas por ellos mismos y afianzando sus alianzas parlamentarias con los independentistas. Históricos del partido como Felipe González o Alfonso Guerra se han revuelto como nunca antes y barones como Emiliano García Page han protestado enérgicamente contra los planes de su líder nacional. El expresidente del Gobierno llegó a pedir la repetición electoral antes de aprobar la ley de amnistía, que ya está en tramitación en las Cortes Generales.
Sánchez no se inmutó. En su entorno creen que esas voces son ruidosas pero también muy minoritarias. Su liderazgo es indiscutible, sostienen. “Y tiene cuatro años”, auguran, aunque vaya a ser una legislatura compleja con momentos de enorme tensión. Así ha quedado demostrado de hecho en sus primeros compases, con el fugado Carles Puigdemont, que previsiblemente retornará a España este 2024, amagando con respaldar una moción de censura del PP. Lo último ha sido entregar a Bildu la alcaldía de Pamplona, en contra de lo prometido por el presidente. Otra vez, su hemeroteca es papel mojado, si bien hasta en esto se han acostumbrado en el PSOE. “Nuestros votantes nos respaldan, el socialismo navarro lo reclamaba y es lo que teníamos que hacer”, afirman las fuentes consultadas.
Ha sido también el año en el que los socialistas han recuperado a José Luis Rodríguez Zapatero como referente. De hecho, hay quienes aseguran que fue decisivo en cambiar la tendencia de la campaña de las generales después de que Sánchez perdiera el cara a cara con Feijóo, e insufló ánimos a las bases. La clave para varios de los cargos consultados por El HuffPost es que “caló el mensaje” de que “con Abascal de vicepresidente del Gobierno se iba a producir un retroceso en derechos”. Los pactos en comunidades y ayuntamientos del PP con Vox, que se formalizaron los días previos a acudir a votar, reforzó esta tesis. En su investidura, Sánchez se erigió como “muro” frente a ambas formaciones.
Feijóo ya se veía en Moncloa haciendo el balance del año. Así se lo decían las encuestas. Hasta 150 escaños le auguraban algunos estudios demoscópicos. El líder del PP tenía a su Consejo de Ministros en la cabeza y los periódicos hacían quinielas sobre ello. De la repetida mayoría absoluta en Galicia a hacerse con la Moncloa. Pero no ocurrió. El gallego salió al balcón de Génova para proclamar su victoria la noche de ese 23 de julio consciente de que no le daba la suma y le tocaba continuar en la oposición. Y la depresión por el resultado duró meses en el PP. El propio Feijóo, que protagonizó una investidura fallida, sufrió un duro golpe del que le ha costado recuperarse, según sus propios interlocutores.
Con el PP en modo oposición, su líder ha reforzado a su equipo para hacer un marcaje total al Ejecutivo, aunque también ha abierto una rendija para los acuerdos con el Gobierno. El registro en el Congreso de la solicitud conjunta con el PSOE para reformar el artículo 49 de la Constitución se hizo este viernes y en las próximas semanas tocará hablar de la renovación del Consejo General del Poder Judicial, con la Comisión Europea como mediadora a propuesta suya. Además, tras verse con Sánchez, también ha solicitado diálogo con el Gobierno en materia económica. Ha pedido reducir el IRPF y rebajar el IVA a carnes y pescados para apoyar en la Cámara Baja los planes anticrisis del Ejecutivo.
Feijóo quiere recuperar su halo de moderación manteniendo una oposición muy firme. La presencia en la calle ha sido permanente y multitudinaria para protestar contra la amnistía. También se manifestó en Pamplona para rechazar el acuerdo del PSOE con Bildu. “Sánchez ha consumado una de las mayores indignidades desde que es presidente. Este pacto con Otegi marca un antes y un después en la política española y en la historia del PSOE, al que aleja a Sánchez de todo consenso”, han enfatizado sus portavoces autorizados. Para el líder popular, la investidura de Sánchez fue legítima, pero basada en una gran farsa. “Ha sacado al PSOE del constitucionalismo, del sentido común y de la dignidad”, dijo en su balance, que en vez de en Moncloa fue en un hotel en la céntrica plaza España de Madrid.
El PP ya tiene la vista puesta en los próximos comicios. Su objetivo es vencer con claridad en las europeas, mantener la mayoría absoluta en Galicia y mejorar los paupérrimos resultados en el País Vasco. Y en esos comicios también aspiran a que Vox se vaya desinflando, como ocurrió con Ciudadanos. El choque público entre Génova y los de Santiago Abascal es total, pese a que la estabilidad se mantiene en los gobiernos municipales y autonómicos que comparten. “Los Presupuestos van a salir adelante y aquí no se va a romper nada”, es la respuesta en estas plazas, donde los barones populares esperan también en las elecciones venideras que sus resultados se aproximen a las mayorías absolutas de Andalucía o la Comunidad de Madrid.
Con un partido que no le rechista, Feijóo saca pecho de buena relación con Isabel Díaz Ayuso, con gran tirón en las bases y mucho foco mediático. La Puerta del Sol rechaza que busque suceder al gallego y no hay previsto un congreso nacional. “Si es de cuatro años, como pretende Sánchez, la legislatura se nos hará larga, pero es Feijóo el que decidirá lo que quiere hacer. No creo que nadie le vaya a negar volver a concurrir a unas elecciones generales. Además, un buen resultado en las europeas y la absoluta en las gallegas, le reforzaran y también servirá para levantar cabeza tras la frustración que supuso el resultado del 27J”, resume uno de los barones del PP, que augura sobre el 2024 de Sánchez: “Sus socios se lo harán pasar regular”.