Un medio alemán resalta la complicada situación de este colectivo en España
Miles de mujeres trabajar en España como empleadas domésticas. Muchas de ellas, de forma irregular y sin condiciones laborales mínimas.
En 2023, en España había más de 355.000 empleadas como personal doméstico, según datos del Régimen Especial de Empleados del Hogar. El 36% de estas trabajadoras (en femenino, porque la inmensa mayoría de ellas son mujeres) lo hacen sin contrato y sin cotizar en la Seguridad Social. Y con sueldos paupérrimos y sin condiciones laborales establecidas.
La situación de las empledas domésticas en España ha llamado la atención del diario alemán Spiegel, que dedica un amplio reportaje a abordar el tema. Recoge el testimonio, por ejemplo, de Karla Girón, quien estuvo siete años durmiendo en una minúscula habitación en la que sólo cabían un colchón tirado en el suelo, una mesita de noche con una lámpara y un perchero para la ropa. "Pensé que eran las condiciones habituales en España para trabajadoras del hogar como yo", asegura. Su jornada laboral era de 70 horas semanales a cambio de un salario mensual 500 euros. Y sin vacaciones, por supuesto.
“En España, detrás de cada camisa planchada que lleva un hombre, detrás de cada madre que llega a tiempo a la oficina, hay una empleada doméstica ilegal”, dice Girón.
La esperanza mantiene cautivas a estas ayudantes del hogar sin papeles. Saben que al cabo de tres años podrán solicitar un permiso de residencia legal en España, siempre que presenten un contrato de trabajo válido. El único problema es que la mayoría de las mujeres empiezan su trabajo como “sinpapeles”, es decir, sin documentos de residencia válidos y, por tanto, casi siempre sin contrato.
El reportaje del diario alemán cuestiona que España, uno de los países de la UE que más crece actualmente, tenga en condiciones irregulares a muchas de las empleadas domésticas. "En lugar de pedir al Gobierno más guarderías y jardines de infancia gratuitos, exigir una semana laboral de cuatro días o un permiso parental más largo, las familias más ricas, en particular en las grandes ciudades, están colocando la carga del día a día sobre los hombros de los trabajadores domésticos empleados ilegalmente. Ofreciendo salarios bajos para una disponibilidad constante, una explotación de los débiles que ni siquiera el Estado español necesariamente impide", señala.
Eso sí, el diario recuerda qu el Gobierno mejoró las condiciones laborales de las empleadas del hogar en 2022, dándoles mayor protección frente al despido y prestaciones por desempleo. Sin embargo, esa ley no se puede aplicar a quienes trabajar irregularmente.
Ahora, Karla ha dejado atrás la fregona y la escoba y se encarga de dirigir Sedoac, una Asociación de mujeres de diferentes nacionalidades que, "cansadas de pertenecer a un sector invisible, vulnerable y precario decidimos unir nuestras fuerzas y luchar por la igualdad plena de los derechos: laborales, políticos, sociales y civiles de todas las trabajadoras de hogar en España". Para que otras mujeres no pasen por la situación de precariedad y explotación que ella, durante tantos años, tuvo que soportar.
