Un casting imposible para compartir piso: la travesía por el desierto de los universitarios para encontrar casa

Un casting imposible para compartir piso: la travesía por el desierto de los universitarios para encontrar casa

Los precios se han disparado un 27% en ciudades como Cáceres. En Barcelona y Madrid, la media supera los 500 euros al mes. "Nos va a tocar pagar una cantidad ingente de dinero porque no encontramos ningún lugar", aseguran los estudiantes.

Foto de archivo de estudiantes en la Universidad Complutense de Madrid.Europa Press / Eduardo Parra

Una vuelta al cole cada vez más complicada. Miles de universitarios cuentan las horas que les quedan para el inicio del curso, sin dejar de hacer scroll (deslizamiento de texto e imágenes en móviles y ordenadores) en las principales plataformas de anuncios de alquileres para intentar dar con una habitación que cumpla con unas características difíciles de encontrar.

La primera de ellas, la más complicada, conseguir una que no sea un importante agujero en su cartera. La situación de los pisos compartidos se ha recrudecido en los últimos años. En ciudades como Cáceres, los precios han subido un 27%, y en Palma, han crecido un 25%.

Pero la cosa no queda ahí. Muchos jóvenes tienen que pasar un exhaustivo casting para poder acceder al alquiler de una habitación, con unos requisitos que son casi imposibles para personas que, en el mejor de los casos, compaginan sus estudios con contratos a media jornada.

Algunos de los estudiantes critican la preocupante subida de los precios y aseguran que les piden "1.000 euros por un piso de dos habitaciones sin ventanas ni espacio para una mesa" y cumplir con unas directrices a las que "no llegamos", como presentar un contrato de trabajo estable o el aval económico de los padres. Eso hace que los propietarios aprovechen la larga lista de candidatos para adoptar una decisión.

Una búsqueda desesperada

Hay jóvenes que llevan meses tratando de dar con un alquiler compartido que se puedan permitir y todos los intentos han sido en vano. A pocos días para empezar el curso, siguen buscando desesperadamente en un mercado que no deja de subir.

Mar Ramírez tiene 22 años, es de Palma de Mallorca y vuelve a Madrid para estudiar un máster en comunicación. Lleva desde el mes de mayo buscando un piso en la capital española para ella y para su prima. "Pensábamos que en verano se iría mucha gente y saldrían muchos alquileres, pero es imposible", explica.

"Al ser estudiantes, muchas de las condiciones no las cumplimos. La mayoría de gente que alquila un piso pide un contrato y las tres últimas nóminas y muchos no dejan que nuestros padres nos avalen. Además, los precios están desorbitados", asegura.

Nos piden un contrato y tres nóminas y muchos propietarios no dejan que nuestros padres nos avalen
Mar Ramírez, estudiante de 22 años

Con el paso del tiempo, la desesperación se apodera de ellas y siguen rastreando sin descanso por las diferentes aplicaciones. Pero se cruzan con una piedra más en el camino: a los altos precios y los duros requisitos, se suman los anuncios falsos.

"Hay una gran cantidad de anuncios falsos. Nosotras llegamos a hablar con tres dueños de pisos que eran una estafa, que al final nos dejaron de contestar y resulta que el piso ni existía", explica.

Unos precios "desorbitados"

Aida Couñago, de 22 años, estudiante de un máster en periodismo deportivo en Madrid, explica las situaciones inverosímiles en los últimos años en varios pisos en los que ha vivido en la capital. 

"Antes vivía por la zona de Quevedo. Estuve dos años. El primer año pagaba 360 euros por un piso de unos 70 metros cuadrados con tres habitaciones. El edificio era antiguo y la casa también, pero por ese precio y la zona no podía pedir más. Al año siguiente me lo subieron a 385 euros, siendo el mismo piso que cada día se caía a cachos algo", critica.

Este año decidió mudarse a otra zona, en Madrid Río. "El piso medirá unos 90 metros cuadrados, reformado y con un uso de 3 años apenas. Ahora la subida de precio ha llegado a los 500 euros", denuncia.

La realidad es que los precios no han hecho más que subir y no solo en la capital española. Según un reciente informe publicado por Idealista, la oferta de habitaciones en piso compartido ha aumentado un 29% en el segundo trimestre de 2024.

Los datos reflejan el encarecimiento en ciudades como Barcelona, un 13% más, con una media de 565 euros mensuales de media, o Madrid, que sube un 10%, con 500 euros de media. Pero no son los sitios en los que más crecen. En Cáceres, se ha producido un ascenso del 27%. Badajoz, Ceuta y Palma también registran preocupantes subidas, del 25% en las tres ciudades.

"Imposible pagar un piso completo"

Fernando de los Santos, portavoz del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid, carga contra el "casting de inquilinos" a la hora de "buscar una habitación". "Se piden infinidad de documentos. En ese casting, sólo triunfa el que tiene un aval de sus padres", defiende.

Fernando de los Santos resalta que no es solamente un problema que viven los estudiantes y es algo que también afecta a las familias. "Estamos viendo que cada vez son más las inquilinas y familias que se ven abocadas a buscar una habitación porque es imposible pagar un piso completo", añade.

"El mercado del alquiler es la selva y quien gana es el depredador, el que tiene más poder. Individualmente, te ves obligada a aceptar todas las que proponga. Es inexplicable que el alquiler de las habitaciones no tenga la misma protección que el piso de alquiler", recrimina.

Es inexplicable que el alquiler de las habitaciones no tenga la misma protección que el piso de alquiler
Fernando de los Santos, portavoz del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid

Mar Ramírez razona que ella y su prima "no llegamos a los requisitos que nos piden ni podemos pagar una cantidad ingente de dinero para un piso que no tiene ni ventanas". "Igual te piden 1.000 euros por un piso de dos habitaciones sin ventana ni espacio para una mesa", justifica.

"Me he llegado a plantear el retrasar un año los estudios para ahorrar durante un año y poder conseguir un piso en condiciones", explica, tras haber comprobado que la opción de las residencias universitarias está totalmente descartada: "Es imposible".

La búsqueda está siendo a contrarreloj y el tiempo juega en su contra. "Estamos con angustia de saber que en este mes tenemos que encontrar algo sí o sí. Nos va a tocar pagar mucho porque no encontramos ningún lugar. Si tenemos que pagar 1.000 euros por un zulo, tendremos que hacerlo, porque en algún sitio tenemos que vivir", reconoce.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Sergio Coto es redactor en El HuffPost. Nació en Madrid, en 1995, y estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Antes de llegar a El HuffPost, trabajó como redactor en '20 Minutos', 'El Mundo', 'La Sexta', 'Bankinter' y 'El Plural'. Puedes contactar con él en sergio.coto@huffpost.es