Sánchez defiende la amnistía "por interés general" y presenta su Gobierno como "un muro" frente a la ultraderecha
El presidente en funciones y candidato del PSOE dice que "las circunstancias son las que son y que hay que hacer de la necesidad virtud".
En un ambiente bronco, entre gritos de "sinvergüenza" y "mentiroso" desde la bancada de PP, el presidente del Gobierno en funciones y candidato del PSOE, Pedro Sánchez, ha defendido la amnistía "por interés general" y ha presentado su futuro Ejecutivo como "un muro" frente a la ultraderecha en su discurso de apertura de la sesión de investidura, que concluirá este jueves con su elección como jefe del Gobierno.
"En nombre de España y en defensa del interés de España, vamos a conceder una amnistía a las personas encausadas en el procés", ha dicho Sánchez, levantando la ira de la bancada del PP, y provocando la irónica risa de su líder, Alberto Núñez Feijóo.
Consciente de que no suscita el acuerdo que querría, Sánchez ha dicho respetar las opiniones contrarias a la amnistía, pero ha afirmado que "las circunstancias son las que son y toca hacer de la necesidad virtud", como ya dijo ante el Comité Federal del PSOE cuando le tocó defender esta medida. En este caso, además, ha añadido que esta ley se presenta "por motivos de interés general".
"En la discordia no puede haber prosperidad", ha defendido Sánchez, quien ha reclamado "impulsar la convivencia y el perdón", asegurando que la ley de amnistía no sólo servirá para reforzar su legislatura "sino para apostar por un futuro de reconciliación y concordia".
Frente a "la vía de la imposición y la crispación", Sánchez ha puesto a su Gobierno como ejemplo de apuesta "por la vía del diálogo, el perdón y el entendimiento". "Siendo difícil, con posturas muy distintas, hemos antepuesto la negociación a la imposición, el reencuentro a la venganza. Donde antes hubo quiebra, ahora se cumple la Constitución en todos los territorios del país", ha agregado entre los gritos de la derecha y la ultraderecha que le recordaban que él apoyó la aplicación del 155 en Cataluña.
"Esta vía está funcionando, con dificultades, pero está funcionando", ha proseguido Sánchez, que ha recordado que la amnistía concita el apoyo del 80% de la sociedad catalana y ha afirmado que "puede ayudar a superar la fractura del 2017". "Ingenuo", ha admitido aspirar a "conseguir persuadir a quienes se sienten independentistas de que nuestro país es un buen país".
Después de reforzar sus argumentos morales, ha aludido a la legalidad de la norma. "Es perfectamente legal, acorde con la Constitución", ha aseverado entre largos y furibundos "noes" de la bancada del PP. "Es una medida que se está aplicando en otros países y que el Constitucional ha rubricado anteriormente".
Ante las quejas del PP, Sánchez ha pedido al partido de Feijóo "una mínima responsabilidad". "Que no sigan la agenda marcada por Vox. Si el PP se considera aún un partido de Estado, no puede actuar al dictado de Vox como estamos viendo estas semanas", ha afirmado.
Sánchez ha seguido defendiendo la amnistía afirmando que se aprobará "bajo luz y taquígrafos, con total transparencia" y debatiéndose en el Congreso. "Va a contar con todas las garantías jurídicas. No va a ser un ataque a la Constitución, será una muestra de su fortaleza y de su vigencia", ha agregado.
El candidato socialista ha recordado que, además de a los líderes independentistas —"cuyas ideas no comparto y cuyas acciones rechazo", ha dicho—, también alcanzará "a cientos de ciudadanos que se vieron arrastrados por el procés, incluidos policías y mossos que sufrieron las consecuencias de esta crisis".
En este sentido, Sánchez ha afirmado que la ley de amnistía persigue "mejorar la convivencia del país" y "canalizar una vía más sana y pacífica" en Cataluña.
Un "muro" frente a la ultraderecha
Al arranque de su discurso, de casi dos horas y en el que ha presentado una batería de medidas sociales que pretende abordar su Gobierno durante la legislatura, Sánchez ha dicho que su Ejecutivo ha sido "un muro" frente a la "alternativa reaccionaria" de la ultraderecha y que lo seguirá siendo en los próximos años.
El candidato socialista ha advertido del avance de la extrema derecha tanto en Europa como en otros países como Estados Unidos o Argentina, ha recordado los recortes que están llevando a cabo los gobiernos autonómicos de PP y Vox desde el pasado 28 de mayo —lo que ha provocado los gritos de muchos parlamentarios populares—, y ha culminado afirmando que a España le toca decidir "entre la opción reaccionaria" que apuesta por "un ilusorio regreso a un pasado mitificado y falso"; o la progresista, que él encabeza.
"Este es el dilema al que se enfrenta el mundo: o la democracia proporciona seguridad o la inseguridad acabará con la democracia", ha alertado, afirmando que el combate a la extrema derecha se logra con "transformaciones desde la justicia social". "O España continúa avanzando, o retrocede. Esto va más allá de izquierda y derecha", ha agregado.
En su extensa alocución —"se les va a hacer larga mi intervención", ha ironizado ante los improperios de los diputados de la derecha—, Sánchez ha mostrado su "respeto" a quienes se han manifestado contra la amnistía "de forma pacífica". Pero ha agregado, para reafirmar su legitimidad que "la forma superior del ejercicio democrático es votar". "Es el procedimiento para la formación del Gobierno. Entre hoy y mañana vamos a escuchar a los 25 millones de españoles que votaron en las elecciones, que fueron impecablemente constitucionales y al amparo de las reglas. Vamos a escuchar y acatar la voluntad del pueblo", ha aseverado al poco de arrancar.