Los resultados de la reforma laboral que el PP quiso tumbar con tránsfugas de UPN, Bildu, ERC y Vox
La norma, que ahora Feijóo califica como "sustancialmente buena", ha disparado la contratación indefinida y dado estabilidad al mercado laboral. El líder de los populares asegura ahora que no la derogará.
Esta semana será recordada por la recogida de cable que el Partido Popular y su líder, Alberto Núñez Feijóo, se han marcado en varios asuntos. De negarse ponerle líneas rojas a la ultraderecha en Extremadura a desplegarles la alfombra roja con una consejería y de tildar la reforma laboral como detonante de miseria, paro y "maquillaje" de los datos de empleo, a abrazarla, afirmar que no la derogará y calificarla como "sustancialmente buena".
El giro con respecto a la legislación laboral no es baladí. El PP la ha criticado por tierra, mar y aire hasta el punto de tratar de torpedearla incluso en el último momento en su trámite parlamentario. Para ello llegó a apoyarse en los votos de Sergio Sayas y Carlos Adanero, diputados de Unión del Pueblo Navarro (UPN) en el Congreso, en una de las jugadas de transfuguismo más sonadas de los últimos años en España, ya que UPN había anunciado que votaría a favor de la reforma.
Además, el no del PP también se vio favorecido con los votos de Bildu y ERC (por discrepancias de estas formaciones con algunos aspectos técnicos como las indemnizaciones por despido, que no se modificaron). Tras todo el guirigay, salió adelante debido al error de Alberto Casero, diputado del PP, que se equivocó y votó a favor de la misma.
Pero, ¿por qué cambia ahora de parecer Feijóo? Lo cierto es que la reforma se diseñó con el diálogo de los sindicatos, la patronal y el Ministerio de Trabajo que lidera Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y candidata de Sumar. Y ese consenso hace que el apoyo a la norma haya sido más sólido que otras anteriores, hasta el punto de que la propia CEOE advirtió al PP hace unos días de que no debe modificarse si ellos ganan las elecciones generales del 23J. Sus efectos han cambiado el mercado laboral por completo.
¿Cuáles han sido los resultados de la reforma laboral?
La reforma laboral buscaba reducir la temporalidad y fomentar la contratación indefinida, restringiendo en buena medida las circunstancias en las que se podían ofrecer contratos temporales. Sus resultados no se hicieron esperar.
La reforma se aplicó desde finales de 2021, y entró en vigor tras la accidentada votación parlamentaria en febrero del 2022. Automáticamente, la contratación indefinida se disparó y alcanzó unas cotas nunca vistas en España, un país que se había caracterizado hasta entonces por unas tasas de temporalidad muy elevadas.
Desde el entorno de la derecha económica y política se clamaba que la ley haría que desaparecieron cientos de miles de puestos de trabajo, augurando una destrucción de empleo catastrófica. Pero nada más lejos de la realidad.
La ocupación no ha dejado de crecer en España y si bien es cierto que se debe en parte a la reactivación económica tras la pandemia, ese factor no sirve para explicar el dinamismo del mercado laboral, que se ha resistido de manera tenaz a la crisis generada por la guerra de Ucrania. El número de parados es el más bajo desde el año 2008 y la ocupación, con el dato adelantado de afiliados a la Seguridad Social de junio de 2023, apunta a que se esta roza los 20,9 millones de afiliados, una cifra nunca vista hasta la actualidad.
Acusaciones de "maquillaje"
Las críticas de los de Feijóo no se limitaron a tratar de sabotear la aprobación en el Parlamento. Sino que también se han lanzado en tromba con cada nuevo dato para tacharlos de irreales y acusar al Ejecutivo de "maquillar" las cifras por los contratos fijos discontinuos.
Las contradicciones, sin embargo, ya se notaban a principios de 2023, después de que se firmaran siete millones de contratos indefinidos en España. Los populares no dudaron entonces en colgarse las medallas de los excelentes datos de empleo en aquellas territorios donde gobiernan, como la Comunidad de Madrid o Andalucía, mientras pasaban por alto que esta última es la que lideraba en enero el ranking de los fijos discontinuos en España.
El argumento principal que han esgrimido desde el Partido Popular con especial profusión fue que los fijos discontinuos no figuran como parados en las estadísticas de empleo cuando no están trabajando. Los trabajadores con este contrato se caracterizan por trabajar unos meses al año y después permanecen en estado de inactividad hasta que la empresa les vuelve a llamar, cosa que está obligada a hacer.
Esa obligación por parte de las empresas de mantener el vínculo con sus trabajadores para los siguientes llamamientos al empleo es lo que hace que su carácter sea indefinido. Por otra parte, esta manera de medir a los fijos discontinuos se hace de esa manera desde 1985 y no es fruto de este Gobierno ni de la reforma laboral.
Una de las críticas que los expertos consultados por El HuffPost hacen a este respecto es que debería especificarse el número de fijos discontinuos que no están en periodo de actividad para poder diseñar mejor las políticas de empleo. Pero ninguno niega que este tipo de contrato supone una mejora con respecto a la temporalidad anterior, ya que ahora los trabajadores se aseguran de que volverán a trabajar o que su antigüedad sigue contando aunque no estén en periodo de llamamiento.
En cualquier caso, y a la luz de los datos, no se puede afirmar con contundencia que la marcha positiva del empleo se deba principalmente a ellos. Desde enero de 2022, el número de personas afiliadas a la Seguridad Social con un contrato indefinido han pasado de ser 9,8 millones a 12,6 en mayo de 2023, 2,8 millones más. De todos esos millones, apenas uno corresponde a los fijos discontinuos, 2,3 a los contratos a tiempo parcial y los otros 9,2 a los de tiempo completo.
Ahora todo apunta a que la reforma laboral no formará parte del proyecto para "derogar el sanchismo" si Feijóo ganan las elecciones. A no ser que, si triunfan, decidan recoger cable otra vez.