Pedro Sánchez, reelegido presidente del Gobierno con 179 votos a favor
Finalmente no hubo sorpresas y Junts votó a favor. El socialista logra el apoyo de Sumar, ERC, Bildu, PNV, BNG y CC. Ya suenan las quinielas del futuro Ejecutivo.
Pedro Sánchez ha sido reelegido presidente del Gobierno tras la primera votación de la sesión de investidura con 179 votos a favor: los de PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria. Sólo PP, Vox y UPN han votado en contra.
Finalmente no hubo sorpresas y todos los apoyos que el PSOE había atado antes de la sesión de investidura se mantuvieron amarrados, pese a las quejas de última hora de Junts este miércoles por la noche, cuando su portavoz, Miriam Nogueras, reprochó la falta de valentía del discurso de investidura de Sánchez y le advirtió de que cualquier avance legislativo estará condicionado al desarrollo del acuerdo firmado entre los socialistas y los posconvergentes.
Tras la tensa sesión del miércoles, el debate ha concluido con la intervención de los dos grupos vascos (Bildu y PNV), que han garantizado su 'sí' a Sánchez aunque, como todos los grupos, con sus reclamaciones, ante las que el candidato socialista se ha comprometido a atenderlas, especialmente la de la formación abertzale. Esteban, de los jetzales, ha valorado como bueno el pacto con el PSOE y, pese a haber comparado la legislatura que se avecina como una jugada trabada de rugby, cree que "el vaso está lleno" y confía en que "no se derrame el agua".
Tras el recuento de los votos, que han sido pronunciados a viva voz por los 350 diputados de la Cámara, Armengol ha proclamado la investidura de Sánchez, que ha sido aclamado con un gran "¡bravo!" por parte de los parlamentarios de izquierdas, especialmente los suyos.
Después, ristra de besos y abrazos. Sánchez con sus vicepresidentas, Nadia Calviño, primero, después con Yolanda Díaz, una de las más contentas y emocionadas. Dos filas más arriba se intuía la emoción contenida de Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE y negociador socialista del acuerdo clave para la investidura con Junts. Entre los saludos protocolarios al ya nuevo presidente, el del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, que deberá abordar su propia organización interna para la nueva etapa política que se abre.
En los pasillos el jolgorio continuó y los aplausos y gritos de alegría se podían escuchar procedentes de la zona del Congreso reservada a los miembros del Gobierno, donde los vítores y las felicitaciones han seguido, ya más en privado, sin la presencia de las cámaras y los periodistas.
Más apoyos, pero también más incertidumbre
Tras semanas de largas y duras negociaciones, especialmente con los independentistas catalanes, Sánchez logra ser investido por tercera vez —la segunda tras unas elecciones— y lo hace con más votos que en las dos anteriores, aunque con una legislatura, a priori, mucho más incierta.
El pacto con Junts y el parto de la ley de amnistía, principal exigencia independentista, ha sido la llave que ha desatascado la investidura de Sánchez, que confía en tener atado, al menos, un par de años de legislatura tras el acuerdo con los de Carles Puigdemont. Pero, no será fácil y cada medida requerirá convencer al expresidente catalán para lograr su apoyo.
De tal modo que se avecina una legislatura compleja, que se examinará semana a semana, pacto a pacto, reunión a reunión. Sánchez arranca su tercer mandato, quizás el más complicado, y ya tiene tarea: definir su futuro gobierno. En las ya clásicas quinielas tras cualquier investidura, suenan los nombres de quienes pueden repetir por parte del PSOE, como María Jesús Montero, Félix Bolaños o Teresa Ribera. También estará Yolanda Díaz, la líder de la otra parte de la coalición, Sumar, como vicepresidenta y ministra de Trabajo. Se espera que le acompañen cuatro ministros de su formación. Según avanzó El Periódico, estos podrían ser Mónica García, Sira Rego, Ernest Urtasun y Pablo Bustinduy. Este enigma se resolverá en unas horas, algunos apuntan que incluso este mismo sábado.
Echa a andar el segundo Ejecutivo de coalición de la historia de la democracia. Su duración es, también, otro enigma.