“Nos quedamos de piedra”
La del domingo fue una noche larga y muy decepcionante para el PP, que en privado da por descontado que Feijóo no tiene margen para gobernar salvo una sorpresa mayúscula.
Pedro Sánchez pronosticó la remontada. También la auguró José Luis Rodríguez Zapatero, su principal escudero en la campaña, y que ahora dice que no habrá repetición electoral. Pero pocos más. Políticos, empresarios, prácticamente todo el mundo daba por descontado que la suma de PP y Vox llevaría a Alberto Núñez Feijóo a La Moncloa. Lo creyeron en Génova hasta una vez cerradas las urnas, cuando Cuca Gamarra compareció sonriente e insistían en la posibilidad de rebasar los 150 escaños en el Congreso. Al final, se quedaron en 136, a la espera del voto CERA. “No fue nuestra noche, nos quedamos de piedra”, resumió un atónito líder territorial.
En el PP ya se hacían quinielas sobre los futuros ministros de Feijóo. Tras el cara a cara con Sánchez, el subidón era tal que en Génova aseguraron que podrían superar los 160 representantes en la Cámara Baja, taponando la entrada de Vox en el Ejecutivo. No cabían dudas de que se fuera a gobernar. Incluso en la última semana de campaña, cuando los tropiezos fueron a más, no saltaron “de verdad” las alarmas. Se avisó de un posible bloqueo, sí, pero como efecto movilizador. “La cosa está más ajustada de lo que parece”, sugirieron algunas fuentes, pero los populares acudieron a las urnas convencidos de un éxito rotundo. Y la noche fue larga y muy decepcionante.
Tal era la realidad en el mundo PP que en la misma jornada electoral, en varios grupos de WhatsApp con cargos del partido, se distribuían supuestas encuestas en las que Feijóo incluso podía llegar a los 160 escaños. El sondeo de Narciso Michavila, hecho público a las 20:00 horas por Telecinco, les daba 150. Esas eran las expectativas y por eso el golpe fue tan duro. “Sin duda, no era lo que esperábamos. Los acuerdos con Vox y sus mensajes sobre la violencia de género o el colectivo LGTBI nos han hecho mucho daño”, según el primer análisis de un alto cargo, que reclama autocrítica.
El equipo de Feijóo articuló de urgencia una estrategia para un resultado electoral que no tenía previsto. Lo primero, despejó la duda sobre si su líder se asomaría o no al balcón. Lo haría, como ganador de los comicios. Y a renglón seguido quiso dejar claro también su derecho a presentarse a la investidura, motivo por el que ya ha iniciado una ronda de contactos, aunque con Vox no le dé los números. Con Sánchez se escribió el mismo domingo por la noche y se emplazaron en hablar en los próximos días.
El PP trató de vender alegría pese a que la decepción se atisbaba en los rostros de sus principales cargos. Empezando por el de su líder. “Entiendo que había que salir a reivindicar que hemos ganado. Pero la imagen del balcón, ese discurso tan largo, los gritos en favor de Ayuso. Al final fue contraproducente”, admite en conversación informal con este diario un diputado de la anterior legislatura. El partido para entonces estaba ya en estado de shock, como resume Pilar Portero en su crónica. En todas las estructuras, cargos de distinto escalafón se hacían la misma pregunta: “¿Cómo ha podido pasar esto?”. La mayoría, no daba crédito ante el resultado.
A Feijóo le llegó un primer y sonoro respaldo desde Andalucía la misma noche electoral. Juana Moreno no tardó en situarse de su lado ante un posible ruido de sables. “El PP ha ganado las elecciones generales y ha sido gracias a Feijóo. Hace 15 meses cogió un partido con 89 diputados y hoy lo ha convertido en la opción preferida de los españoles”, escribió un Twitter. Si bien, en varios chats del partido también se rescató una encuesta de julio de 2021, con Pablo Casado aún al frente del PP y antes de la crisis con Isabel Díaz Ayuso, del diario ABC. El pronóstico: 139 escaños para los populares frente a los 101 para los socialistas.
Más allá del relato público, en el PP son conscientes de que hoy por hoy Feijóo no tiene opciones de gobernar. Esto es, o Sánchez pacta hasta con el partido de Carles Puigdemont o el país está abocado a nuevas elecciones. Y la consigna es de prietas filas hasta que se esclarezca qué va a ocurrir. ¿Se hará el líder gallego a un lado en caso de que la legislatura eche a andar? “Si no gano las elecciones generales, lo lógico es que busquemos a otra persona que pueda hacerlo”, afirmó él mismo a lo largo de los últimos meses. Y lo cierto es que el PP ha ganado claramente aunque sin alcanzar los números necesarios para gobernar.
“Entrar ahora en el debate de si Juanma o Ayuso no tiene sentido. Feijóo ha ganado, es el presidente y marcará los tiempos. Lo primero es saber qué va a pasar en España, que no está nada claro. Somos únicos en mover el avispero”, según el diagnóstico de un destacado dirigente. Sí hay más consenso en que hay que “hacer autocrítica” y diseñar claramente “cuál debe ser la estrategia con respecto a Vox”. La Junta Directiva del partido, que es el máximo órgano de congresos, sirvió para ofrecer una imagen de unidad. Ayuso declaró que “no” cree que el liderazgo de Feijóo esté en entredicho, y dijo estar a su lado.
Tanto en la sede del PP como del PSOE se puso música en la noche electoral y hubo abrazos y sonrisas el día posterior, cuando se reunieron sus ejecutivas. Pero la euforia socialista era auténtica. Muchos se creían muertos políticamente y hoy siguen vivos. De nuevo, se viralizó la portada del libro que escribió en su día Sánchez: Manual de resistencia. Ahora bien, el presidente no lo tendrá nada fácil para gobernar. “Sudaremos mucho pero hace una semana nadie daba un duro por nosotros y hoy el PSOE es la única formación política con opciones de conformar gobierno”. Zapatero, en Al Rojo Vivo de La Sexta, sugirió que el diálogo con Puigdemont será fructífero.