"No va de farol"
Ministros y altos cargos del PSOE dicen desconocer la “decisión final” de Sánchez tras amagar con irse el miércoles. El PP sopesa distintos escenarios.
Pedro Sánchez lo ha vuelto a hacer. Descuadrar a todos, reventar el tablero político, dejar atónitos a propios y extraños. Todo es insólito. España aguarda a la decisión del presidente, que el lunes podría anunciar que tira la toalla. O no. En Moncloa aseguran que “no va de farol”, que el miércoles tenía la firme decisión de irse tras el movimiento judicial contra su mujer, Begoña Gómez, pero que le convencieron para que se tomara su tiempo. Cinco días.
La estupefacción continúa siendo generalizada. “A esta historia, solo le habría faltado que el Rey se hubiera enterado también por Twitter”, ironiza un veterano dirigente político. Sánchez informó al jefe del Estado poco antes de hacer saltar todo por los aires, haciendo pública su ya famosa misiva a la ciudadanía. La escribió junto a Gómez, sin contar con el consejo de sus asesores.
La maquinaria socialista se puso en marcha de inmediato para arropar a Sánchez y pedirle que se quede. Este sábado es el día grande en este sentido, tras algunas concentraciones en su apoyo en Ferraz y otras sedes. Hay comité federal, máximo órgano en el congreso, el presidente no asistirá. Hasta Emiliano García Page, cuya relación con el presidente está completamente rota, salió en su defensa. “Pedro no te rindas”, han coreado los portavoces más oficiales. Incluso han promovido campañas en las redes sociales.
Sánchez no se ha cerrado ninguna puerta. Puede irse pero que la legislatura prosiga, someterse a una cuestión de confianza o plantear unas nuevas elecciones cuando el calendario lo permita. Incluso podría anunciar que finalmente sigue al frente del Ejecutivo sin tomar ninguna otra decisión. “¿Qué va a hacer? Me parecería frívolo haber montado todo esto para que todo quede igual. No creo que todo siga igual”, según el diagnóstico de un líder territorial habitualmente discrepante con el presidente.
En el equipo de Sánchez aseguran que no pidió consejo, que se lanzó llevado por su enorme cabreo, que “ya no podía más” tras meses de informaciones sobre los vínculos laborales de su cónyuge. Y, tras el bombazo político e informativo, ha optado por bunkerizarse, evitando al máximo el contacto con los suyos. Épica hasta el extremo.
“No sé qué decisión va a adoptar. A mí me gustaría, por supuesto, que continuáramos trabajando por el bien de este país”, en palabras de Félix Bolaños. “Creo que el miércoles pensó en irse de verdad, pero no tengo ni idea de lo que dirá el lunes”, añade ya en privado otro miembro del gabinete.
La sensación de que todo puede desvanecerse ha llevado a otro debate interno en el PSOE, siempre entre bambalinas. La posible sucesión de Sánchez. Esto es, que él se marche, haya una nueva investidura y otro dirigente socialista se ponga al frente del Gobierno. Y en este marco suenan dos mujeres: María Jesús Montero, vicepresidenta primera y número dos de Ferraz, y Pilar Alegría, la actual portavoz de Moncloa y de la máxima confianza del presidente. “No estamos en esa pantalla”, tratan de zafarse oficialmente. Aunque sí, en este marco tan voluble, una mujer podría convertirse en la primera presidenta de España.
En el otro lado del ring de la política, el PP aguarda con enorme expectación. La apuesta pública de Alberto Núñez Feijóo es que todo quedará en nada y Sánchez resistirá, una vez más. Como mucho, se someterá a una cuestión de confianza, para la que tiene los números parlamentarios. “Es falso victimismo, tacticismo, de un absoluto irresponsable”, denunció Cuca Gamarra, la secretaria general.
Si bien, en privado, fuentes de Génova reconocen que trabajan en los distintos escenarios, incluida una nueva investidura. “Seguirían sin darnos los números. Nuestra mejor opción es que haya elecciones generales cuanto antes, pero eso también lo sabe Sánchez”, en opinión de un barón territorial, que añade: “Hay que sopesar todas las vías. Yo he hablado con gente del PSOE que me dice que se va”.