El 'sí es sí' y la necesidad de marcar perfil electoral propio
Quedan poco más de tres meses para votar y los partidos tienen que marcar perfil propio para que sus votantes elijan su papeleta.
Ni Irene Montero ni Ione Belarra han presenciado esta mañana cómo el PP, Vox y Ciudadanos cargaban contra la ley 'del sí es sí' en el hemiciclo. Sus sillones azules vacíos escenificaban lo que era previsible que sucediese según se acercan las elecciones de mayo. Quedan poco más de tres meses para votar y los partidos tienen que marcar perfil propio para que sus votantes elijan su papeleta y no les pase como a Ciudadanos, a los que su idílica relación con el PP, con quien gobernaban en ayuntamientos y comunidades, les ha llevado a la desaparición.
“Se nos ha cruzado en el camino, pero lo vamos a resolver pronto”, asegura un ministro con contundencia. “Hay una creciente inquietud territorial, porque aquí —en el Congreso— la derecha señala desde la tribuna también a los presidentes autonómicos como cómplices de la ley 'del sí es sí'. Desde el primer momento, sabíamos que habría que actuar y ahora se han dado las circunstancias que lo han hecho inevitable”, dice un diputado socialista próximo al Gobierno. Hoy ha sido la diputada balear Marga Prohens la encargada de cargar contra ellos: “Es la ley Page, Hernández Vara y Armengol”, ha espetado a la ministra Llop, quien en su respuesta ha dejado claro que no tiene miedo a inmolarse: “Me siento responsable y asumo en primera persona lo que pueda pasar”.
Las excarcelaciones de agresores sexuales se han convertido en tema recurrente en las filas de la derecha para atacar al Gobierno de coalición, buscando el enfrentamiento interno que justo ahora se ha desencadenado. Daba igual si las preguntas hoy planteadas iban en principio sobre la cesta de la compra y la inflación o si la vicepresidenta Calviño insistía en que hay que buscar las ofertas en el supermercado como hace ella. Cualquier asunto derivaba inevitablemente en la ley 'del sí es sí'.
El tono bronco de las diputadas populares en sus intervenciones desde el escaño acusando al Gobierno de dañar a las víctimas no dejaba lugar a dudas de que es objetivo prioritario exprimir el efecto indeseado de la ley, y de paso mostrar una imagen de apoyo a la mujer que enmascare su negativa hasta ahora a toda medida encaminada a lograr la igualdad de género real. También Santiago Abascal ha acabado incluyendo en su pregunta sobre la inmigración ilegal y el atentado de Algeciras,“la desprotección en que quedan las mujeres soltando a los agresores sexuales”.
¿Por qué ahora y no antes cuando la ley lleva en vigor desde octubre de 2022? “Había que esperar a que la ley se asentara, a que se pronunciara la Fiscalía y el Supremo, pero ya vistos los efectos hay que actuar. No se trata de enfrentamientos sino acuerdos, lo importante son las víctimas”, aseguraba Patxi López tras una sesión de control centrada en la rebaja de penas a los violadores.
Tanto la formación morada como el PSOE saben que no se pueden permitir que los socios de Gobierno adelgacen su base electoral. Los votantes a la izquierda del PSOE necesitan un partido como Podemos mientras los socialistas tratan de recuperar a ese 10% de votantes que las encuestas dicen que tienen intención de abandonarles por el PP. La ley 'del sí es sí' se ha revelado como una oportunidad para poner distancia y dirigirse en clave electoral a su caladero.
El tiempo corre en su contra, porque el proceso para tramitar cualquier cambio en la ley en el Congreso no es inmediato. Y mientras tanto continuará la bronca. En el top ten de mensajes de la derecha, la ley 'del sí es sí' se sitúa por encima de ‘la cesta de la compra por las nubes’ o ‘la subida de las hipotecas’, que Inés Arrimadas ha desgranado como si fuese una carrera de relevos en la bancada de los partidos de derechas, después de PP y Vox. Y eso que la inflación ha dejado hoy momentos gloriosos como Espinosa de los Monteros hablando de la inflación subyacente como si fuese un experto. Aunque no hay nada capaz de robar protagonismo a una ley que Podemos ha dejado avanzar demasiado y ahora no lograr dominar.