Más de 40 años con el bastón de mando: pueblos que no han tenido otro alcalde en democracia

Más de 40 años con el bastón de mando: pueblos que no han tenido otro alcalde en democracia

Varios regidores llevan en el cargo incluso desde antes de las primeras elecciones. Algunos se presentan a la reelección el 28-M.

Bastón de mando de alcalde.GETTY

El pequeño municipio de Valdarachas se encuentra a unos 14 kilómetros de Guadalajara. Rodeado por la típica estampa de La Alcarria, este pueblo apenas cuenta con una población censada de medio centenar de habitantes, que se dobla en los meses de verano. Su iglesia, con su capilla del siglo XIV, y la plaza mayor, con la típica fuente para refrescarse en los meses más calurosos, son los grandes atractivos de este humilde lugar. 

Cincuenta y cinco kilómetros más al norte, en el valle del río Henares, está Matillas. Más cerca de Sigüenza que de la capital de la provincia, este enclave fue escenario de importantes batallas en las guerras de Sucesión (siglo XVIII) en las Carlistas (siglo XIX) y hasta en la Guerra Civil. Por ella pasa la calzada romana que conducía a Zaragoza y en ella habitan apenas un centenar de personas. 

Mucho más verde es el paisaje que rodea a Beade, al oeste de la provincia de Ourense. Un pequeño pueblo de 372 habitantes situado al borde del río Avia y rodeado de montañas junto a las que descansan numerosos viñedos, que conforman un paisaje muy típico de la comarca del Ribeiro

Estas tres pequeñas localidades tienen algo en común: sus vecinos no han conocido en democracia a otro alcalde que el que tienen actualmente. Porque los tres llevan en el cargo desde antes de las primeras elecciones municipales democráticas, en el año 1979. Los tres son, además, del Partido Popular. 

Regidores en el cargo desde hace más de cuatro décadas, algunos de los cuales pretende repetir en las próximas elecciones municipales, que se celebrarán el próximo 28 de mayo. 

No es el caso de Mauricio Martínez, regidor de Valdarachas, el que más tiempo lleva en el cargo de los tres. 51 años ni más ni menos, desde 1972. A sus 90 años, ya ha anunciado que no se presenta a la reelección

Hace un año fue homenajeado por la Mancomunidad de La Alcarria. Un reconocimiento "cariñoso y emocionado" a un hombre que llegó a alcalde durante los últimos años del franquismo, cuando en el pueblo no había agua corriente, se lavaba la ropa en el río y las casas eran de adobe. 

De aquel Valdarachas poco queda ya. En este medio siglo se han pavimentado las calles, se ha extendido el agua potable y el alumbrado, y hasta se han remodelado el Ayuntamiento y el cementerio. Tras estos comicios tampoco quedará la eterna imagen de Martínez en el cargo, que será sustituido, por primera vez en democracia, por otra persona. 

Cuando accedieron al cargo, en sus pueblos no había ni agua corriente ni alumbrado en las calles

También lleva 50 años de alcalde Ignacio Gordón, regidor de Matillas, también en la provincia de Guadalajara. En una entrevista hace un año, explicaba que la clave de su éxito es estar siempre disponible para los vecinos. "Me he levantado en plena noche para solucionar problemas y he dejado de comer para dar un servicio altruista a los vecinos de mi pueblo”, afirma. 

Como en el caso de Valdarachas, cuando llegó al puesto no había ni agua corriente ni asfalto en las calles. "Ahora tenemos hasta un polideportivo". A sus 82 años, Gordón, ya jubilado, reconocía que se sentía con fuerzas para seguir como regidor una legislatura más porque tenía "más tiempo libre", aunque hace un par de meses, en declaraciones recogidas por La Vanguardia, aseguraba no tener claro si repetir.

Pero el más polémico de los tres regidores es, sin duda, Senén Pousa, regidor de Beade, un nostálgico del franquismo que hasta 2003 celebraba cada 20 de noviembre una misa por Franco. Lo hizo por presión de su propio partido, el PP, que no consiguió que cambiase el tono de su móvil: el Cara al sol

Ni el nombre de la principal calle del pueblo, la del Caudillo. "No es un delito que una calle se llame del Caudillo porque caudillos hay muchos, si fuera General Franco sería otra cosa", dijo en 2019 cuando la Diputación le conminó a modificar esta nomenclatura. "Se llamará así mientras sea alcalde", añadió Pousa, que ya ha dicho que se quiere presentar a la reelección. Lo hará, eso sí, con una formación independiente, ya que el PP no ha contado con él como cabeza de lista, algo que él ha tildado de "traición". De momento, cuenta con gran apoyo entre sus vecinos, ya que en 2019 ganó de forma aplastante al obtener el 54% de los votos. 

Son algunos ejemplos de alcaldes anteriores a la democracia, como el regidor de Villarroya, en La Rioja, un pequeñísimo pueblo de apenas cinco habitantes, según el INE, y que cada cuatro años es noticia por ser el primer pueblo en terminar de votar. En las últimas apenas tardaron 32 segundos en volver a elegir a Salvador Pérez, del PP, que lleva desde 1974 repitiendo como alcalde y que promete presentarse de nuevo porque, dice, su pueblo le "necesita".  

Villanueva de la Cañada, toda la democracia con el mismo alcalde

Menos años que estos cuatro lleva Luis Partida, alcalde de Villanueva de la Cañada, que responde a las preguntas de El HuffPost desde su despacho, al que llegó por primera vez con los primeros comicios municipales en democracia, en el año 1979. 

Unas elecciones que recuerda "con añoranza" y a las que, dice, llegaron "todos, sin excepción, sin ninguna experiencia política y sin conocimiento de las instituciones". "Yo no tenía ni idea de lo que era la administración local ni lo que era un ayuntamiento", afirma. 

Partida, que tras once elecciones repetirá una vez más, reconoce que nunca tuvo pensado "ni ser político ni mucho menos alcalde". "Todo empezó como un juego con un grupo de amigos, que me dijeron que me tenía que presentar por la UCD, porque pensaban que lo podía hacer bien". Esos amigos le trajeron hasta una lista electoral, que el ahora alcalde por el PP rechazó para hacer la suya propia. Con esa venció hace ahora 44 años. Y desde entonces sigue con el bastón de mando. 

"Yo no tenía ni idea de lo que era la administración local ni lo que era un ayuntamiento"

De UCD pasó a Alianza Popular, actualmente el PP, tras pedir una excedencia del Banco Santander, donde trabajaba como técnico informático. Hace seis años se jubiló. En todo este tiempo, Partida, que tiene cinco hijos, también ha sido durante dos décadas diputado de la Asamblea de Madrid y presidente de la Federación de Municipios de Madrid durante dos legislaturas. 

"Hemos cambiado una aldeíta de 1.016 habitantes en un municipio de casi 25.000 habitantes de derecho y unos 50.000 de hecho", explica sobre sus años como alcalde. Esa población "de hecho" es la estudiantil, ya que Villanueva cuenta con dos universidades, la Alfonso X El Sabio y la Camilo José Cela, ambas privadas, que a juicio de Partida le han dado a la localidad "una riqueza económica y social". 

El veterano regidor, uno de los más antiguos de España, recuerda que cuando llegó al cargo apenas había en el Consistorio un funcionario "que lo hacía todo porque estaba acostumbrado a hacerlo todo", como cobrar el agua, que se hacía puerta por puerta. También cuenta cómo era la recogida de basuras, que ahora hacen varios camiones modernos, pero que por aquel entonces se hacía con un carro tirado por una mula o con un tractor con un remolque. "Incluso el municipio peor gestionado no tiene nada que ver con el municipio del año 79", asegura Partida. "Ya si está bien gestionado, es la leche". 

Para avanzar fue importante el entendimiento entre las fuerzas políticas del municipio. "La cosa es menos tensa que a nivel nacional, sin lugar a duda", responde el regidor. "La política local es mucho más de acercamiento, de diálogo. Entonces yo no tuve ningún problema en llegar a acuerdos con el PSOE o con el PCE. Todos pretendíamos lo mismo, avanzar y mejorar", rememora. 

Partida ambiciona seguir con ese entendimiento y lamenta que los partidos introduzcan tensión en la política local "cuando vienen directrices para votar una moción de un tema nacional". "Los partidos son buenos, tienen que existir, pero tienen sus lados no tan buenos", asegura. 

"La política local es mucho más de acercamiento, de diálogo. Entonces yo no tuve ningún problema en llegar a acuerdos con el PSOE o con el PCE. Todos pretendíamos lo mismo, avanzar y mejorar"

¿Y no le sorprende seguir ganando? "No me sorprende porque no es algo malo. Es una excepción, pero no es malo si lo haces pensando en el bien común, en servir, y si compartes con los demás", responde Partida, quien cree que sus distintas mayorías absolutas se deben "al trabajo bien hecho". "Y habré hecho cosas malas. Yo siempre digo, lo bueno me lo apuntáis y lo malo también. Y a la oposición les digo que desde la oposición también se gobierna, porque yo he cogido proyectos de la izquierda y no me han dolido prendas. Quizás tenga una idea de la política fuera de lo común", reflexiona. 

Tampoco se cansa, aunque esta será su última legislatura y ya prepara "un equipo joven y preparado" para su relevo, algo que espera sea dentro de cuatro años. "El que no tenga vocación de servicio, que se quede en casa. Hay que tener vocación de querer hacer algo por los demás. Eso me permite resistir y aguantar, porque un pueblo es algo vivo y tiene que estar en permanente renovación", afirma. 

Por eso se reúne periódicamente, una vez al mes, con diez vecinos que elige al azar un sistema informático. "Se llaman 'Los desayunos del alcalde'. La gente viene y habla y preguntan lo que quieren. Te dan una fiel imagen de cómo está el municipio, qué demandas hay, qué hacemos bien y qué mal", explica. "Cuando haces las cosas con ilusión, con ganas, con voluntad de quererlo hacer y con amor, no te cansas", añade. 

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Jefe de Política de El HuffPost