López Miras cede y PP y Vox firman el acuerdo de gobierno en Murcia para evitar nuevas elecciones
Tras meses de negativas a meter a Vox, el presidente y candidato del PP concede a la ultraderecha las carteras de Fomento y una conjunta de Seguridad, Interior y Emergencias, con rango de vicepresidencia.
Al final dijo 'sí' tras meses diciendo que no. Urgido por las prisas y el miedo a la repetición electoral, el candidato del PP y presidente murciano en funciones, Fernando López Miras, ha aceptado meter a Vox en su Gobierno, con dos carteras y cargos representativos.
El objetivo alegado por el barón popular es terminar con la situación actual de "bloqueo" y no "condenar" a los ciudadanos a unas terceras elecciones en menos de seis meses, según ha podido saber Europa Press de fuentes del PP. La medida llega a menos de una semana de que expire el plazo para elegir presidente en la Región y supone un 'trágala' de López Miras en un giro similar al de María Guardiola en Extremadura.
A última hora del viernes, las dos formaciones han emitido un comunicado conjunto en el que expresan su felicidad por un acuerdo en el que "ha prevalecido el diálogo, el entendimiento y la responsabilidad".
Fruto del mismo, Vox asumirá las competencias del futuro ejecutivo de Fomento y una cartera conjunta de Seguridad, Interior y Emergencias, con rango de vicepresidencia. Además, Vox contará con el presidente del Consejo de la Transparencia, oficina que asumirá también las funciones del Defensor del Pueblo murciano.
Todo ello, junto a un "compromiso programático" que las dos partes anuncian que darán a conocer próximamente.
La fecha viene marcada por el fracaso de la primera intentona de López Miras tras el 28-M. Su victoria, al filo de la mayoría absoluta, no fue suficiente para asegurar su mandato, y en julio se encontró con el 'no' de Vox tanto en primera como en segunda vuelta.
Desde entonces han sido recurrentes los encuentros breves, pero sobre todo los desencuentros entre ambas formaciones, dándose el caso de no ponerse de acuerdo ni en acudir a una reunión para intentar acercar posturas.
El enroque de López Miras se rompe
La incompatibilidad murciana entre PP y Vox se manifestó claramente apenas un día después de que se anunciara el pacto de ambas formaciones para gobernar la Comunidad Valenciana, el 14 de junio. Aquella fecha, los de López Miras se hicieron con los puestos de la asamblea autonómica sin ceder ni un asiento a Vox, en un movimiento que sirvió a Abascal para avisar de que Murcia era diferente al resto de comunidades donde sí habían acordado gobiernos o apoyos con el PP.
El rechazo de López Miras era tajante. Y escudaba su posición con el argumento de que los resultados que obtuvo el Partido Popular el 28M, a apenas dos escaños de la mayoría absoluta, legitimaban un Gobierno en solitario de su formación con apoyos externos puntuales de la extrema derecha.
Sin embargo, Vox no ha dado a torcer su brazo ni un solo grado, y aseguran que a pesar de que a López Miras solo le faltan dos diputados para ser presidente, Vox obtuvo un nada desdeñable 17,72% de los votos y nueve diputados, cinco más que en las autonómicas de 2019. Ha sido Abascal quien, finalmente, se ha llevado el gato al agua.
Una relación llena de exabruptos
Murcia ha sido una piedra en el zapato de Feijóo y también el síntoma de una relación que no termina de cuajar del todo o que lo hace a duras penas. A pesar de compartir Gobierno en Castilla y León, Aragón y en la Comunidad Valenciana, las desavenencias entre ambos partidos se han dejado ver en más de una ocasión.
Pasó a principios de año con la polémica sobre las políticas que defendía el vicepresidente de la Junta de castellana y leonesa, Juan García-Gallardo, sobre hacer escuchar el latido fetal a las mujeres que quisieran abortar en la región, una iniciativa que incendió la relación con el presidente autonómico, el popular Ignacio Fernández Mañueco.
Tras el pacto en la Comunidad Valenciana, estalló la indignación social a cuenta de que el futurible vicepresidente de Vox, Carlos Flores, hubiera sido condenado por violencia machista a principios de siglo. Flores, negacionista de la violencia de género, acosó a su expareja acudiendo a la puerta de su domicilio y su lugar de trabajo para decirle que le iba a "joder" la vida. El propio Feijóo tuvo que salir al paso cuando el pacto de Gobierno aún estaba caliente para defender que la violencia de género "sí existe", al contrario de lo que Flroes había afirmado horas antes.
Y el último y no por ello menos sonado ocurrió el pasado 17 de agosto. La candidata de Feijóo, Cuca Gamarra, y su propio líder acudieron atónitos a una votación para la presidencia de la Mesa en la que daban por hechos los votos de Vox, formación que optó por votar a su propio candidato, Ignacio Sánchez Lázaro, ante la negativa de los populares de cederles un asiento. El resultado fue una mayoría absoluta de los 178 diputados que eligieron a la socialista balear Francina Armengol.