Las claves del Gobierno más político de Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno refuerza su Ejecutivo con perfiles afines y de partido, ante una legislatura que, reconoce, requerirá de "diálogo y negociación".
A última hora de este domingo ya se barruntaba la trepidante mañana que se avecinaba para este lunes. El recientemente reelegido presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, iba a desglosar la composición de su nuevo Gabinete, del que ya se habían adelantado algunos nombres, especialmente por la parte del socio de coalición, Sumar, liderado por Yolanda Díaz.
Desde las 8:00 de la mañana comenzaron a conocerse los primeros perfiles e incluso cómo sería la estructura del futuro Gobierno de coalición. 22 ministerios, los mismos que en la pasada legislatura, con doce mujeres y diez hombres. Cuatro vicepresidencias, una más que el anterior Ejecutivo, con la incorporación de María Jesús Montero al trío formado por Calviño, Díaz y Ribera.
Y muchos rostros conocidos para un Gobierno "de alto perfil político", como ha reconocido el propio Pedro Sánchez al presentar su Ejecutivo desde el Palacio de La Moncloa. Un Gabinete "para una legislatura de alto perfil político". El movimiento más llamativo en este sentido, junto al ascenso de Montero a la vicepresidencia —no olvidemos que es vicesecretaria general del PSOE—, es el de Félix Bolaños, que pasa de ocupar la cartera de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, a ser ministro de Justicia, manteniendo las atribuciones de Presidencia.
Esta cartera va a ser clave durante la recién parida legislatura, ya que hay dos temas de calado político que quedan por dirimir. Por un lado, la dichosa renovación del Consejo General del Poder Judicial, cuyo mandato lleva caducado desde diciembre de 2018: la friolera de cinco años.
Este asunto se lo conoce bien Bolaños, que fue el encargado de negociar con el PP la fallida renovación de este órgano, que estuvo a punto de desatascarse en octubre de 2022, pero en la que los de Alberto Núñez Feijóo se echaron para atrás en el último instante por la derogación de la sedición y la reforma de la malversación que preparaba el Ejecutivo.
Tampoco es baladí su elección en un momento en el que el Ejecutivo tendrá que gestionar la tramitación y posible judicialización de la ley de amnistía, registrada hace pocos días en el Congreso por exigencia de los independentistas a cambio de su 'sí' a Sánchez.
Bolaños ha estado en todas las Mesas de Diálogo del Gobierno de Sánchez con la Generalitat de la última legislatura, y ha sido el negociador del pacto de investidura y legislatura del PSOE con ERC. De hecho, fue él mismo quien estrechó la mano de Oriol Junqueras, líder republicano, y quien rubricó el acuerdo en Barcelona.
Además, es un hombre de la total confianza de Pedro Sánchez, que ha estado con él en el Gobierno desde el principio, aunque no siempre con responsabilidad ministerial. Su nombre era uno de los fijos y no ha habido sorpresas. Su papel será fundamental en estos años.
En su alocución en Moncloa, Sánchez también ha explicado que su nuevo Ejecutivo será "continuista" en lo económico y en cuanto a los conocidos como ministerios de Estado. En realidad, la nueva estructura refuerza económicamente al Consejo de Ministros, al darle rango de vicepresidenta a la ministra de Hacienda. A esto se suma la incorporación de Comercio a la cartera de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, cuyo Ministerio pasa a incluir en su denominación la palabra "empresa".
El presidente del Gobierno ha incidido en las políticas sociales durante el repaso a las prioridades de su futuro Ejecutivo, especialmente en vivienda y políticas centradas en la juventud. Sobre el primero de los asuntos, ha asegurado que se trata de "un auténtico problema, sobre todo para la gente joven" y confía en consolidar "este derecho constitucional como el quinto pilar de nuestro Estado del Bienestar". Para esta tarea ha confiado en otro perfil político, muy de partido, como es Isabel Rodríguez, hasta ahora Portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial.
Sus dos atribuciones anteriores se reparten y no al azar. La Portavocía del Gobierno va a parar a quien es, al menos hasta la fecha, portavoz de la Ejecutiva del PSOE, Pilar Alegría que mantiene la cartera de Educación.
La Política Territorial la gestionará a partir de ahora Ángel Víctor Torres, quien fuera presidente de Canarias hasta las elecciones autonómicas del pasado mes de mayo. Un presidente autonómico para los asuntos autonómicos que, además, también se encargará del área de Memoria Democrática, que antes gestionaba Bolaños. Su presencia en el Ejecutivo también puede ayudar a atar el apoyo de Coalición Canaria para las iniciativas legislativas que surjan durante la legislatura.
Otro de los nombres llamativos del nuevo Gabinete es el de Óscar Puente, exalcalde de Valladolid y el hombre que dio la réplica a Feijóo en su investidura fallida en lugar del propio Sánchez. Polémico, exportavoz de la Ejecutiva del PSOE, pero de marcado carácter socialista. Otro perfil de confianza de Sánchez para la mesa del Consejo de Ministros que tendrá la cartera de Transportes.
Como suele ocurrir en los nuevos Gobiernos, siempre hay guiños a los territorios del partido. En el caso del PSOE, es un 'clásico' el guiño al PSC, que en este caso ha recaído en Jordi Hereu, exalcalde de Barcelona, que ocupará la cartera de Industria como ya hicieron otros líderes socialistas catalanes como José Montilla o Joan Clos.
Además, se incorpora Elma Sainz, de la federación navarra, en un gesto hacia Santos Cerdán, secretario de Organización socialista, de la que él forma parte y que fue el encargado de negociar el complicadísimo acuerdo de investidura con Junts. Será ministra de Seguridad Social en sustitución de José Luis Escrivá, que pasa a Transformación Digital.
Aunque sin duda el gran morbo estaba en saber quién ocuparía el Ministerio de Igualdad. Sonaban muchos nombres, que si Andrea Fernández, que si recuperar a Bibiana Aído... Pero ha sido toda una sorpresa cuando el nombre elegido era el de Ana Redondo, hasta ahora concejal en el Ayuntamiento de Valladolid. Un perfil bajo para que el PSOE recupere la gestión de Igualdad, que en la pasada legislatura cayó del lado de Podemos de la mano de Irene Montero.
Esta cartera ha sido el motivo de indignación en Podemos con Sumar y con el propio Sánchez, ya que aspiraban a que Montero mantuviera el Ministerio en la nueva composición, tras no ser incluida en las listas de Sumar en las últimas generales y no tener escaño. Al final, ni una cosa ni la otra. El pasado viernes Díaz ofreció a Podemos la posibilidad de que Nacho Álvarez, 'número dos' de Belarra en Asuntos Sociales, fuera ministro, algo que el partido morado rechazó, insistiendo en Igualdad.
Finalmente la preciada cartera se la 'queda' el PSOE y la gestionará Redondo, mientras que Asuntos Sociales pasa a estar asignado a Pablo Bustinduy, exmiembro precisamente de Podemos, dentro de los cinco ministerios asignados a Sumar. Además de Trabajo, que mantiene Díaz, los otros tres son Cultura (Ernest Urtasun), Infancia y Juventud (Sira Rego) y Sanidad (Mónica García).
Esta última cartera tiene una especial repercusión, porque supone que el PSOE cede el control de la Sanidad a su socio de coalición. Lo deja en manos de una mujer con un marcado perfil político, que se ha breado en la lucha por este derecho social en Madrid contra Isabel Díaz Ayuso, un asunto espinoso para la presidenta madrileña tras la gestión de las residencias durante la pandemia de Covid.
Sánchez ya tiene su equipo y ya tiene su investidura, ahora le queda arrancar el Gobierno confiando en poder sortear la cantidad de baches que se aventuran en el camino. El objetivo: culminar la tarea hasta 2027.