La Policía Nacional jubila al perro Bosco y pide ayuda
El Cuerpo busca un hogar para el pastor alemán tras años de servicio y trabajo
Los perros también se jubilan. Bosco, un pastor belga malinois que nació en 2015 y que ha ayudado en estos últimos años a la Policía Nacional en labores de rastreo y seguridad, dejará de trabajar en los próximos días y el Cuerpo ya está buscando un hogar para él.
Además de su disciplina y obediencia, Bosco es un perro muy cariñoso y agradable, y se ha ganado el afecto de sus compañeros 'humanos'. Los agentes quieren ahora que el perro pase los mejores momentos posibles tras su jubilación y, por este motivo, buscan a alguien que lo adopte.
En la actualidad la Policía Nacional cuenta con perros adiestrados en:
Detección de Explosivos.
Detección de Drogas.
Defensa y ataque.
Rescate y Salvamento.
Detección de Acelerantes del Fuego (D.A.F).
Búsqueda y Localización de Restos Humanos (R.E.H.U).
Detección de Billetes de Curso Legal (B.C.L).
Localización de Personas Ocultas (L.O.P.O).
Búsqueda y localización de armas de fuego
El 1 de enero de 1945 se creó por primera vez la Sección de Guías Caninos, con ubicación en Madrid. Lo formaban, por entonces, ocho perros de raza Pastor Alemán cuya finalidad era luchar contra la delincuencia existente en la época.
Dos años después se crea la Escuela de Adiestramiento Canino de la Policía, con un capitán, un teniente, un sargento, siete cabos y varios policías, en proporción al número de perros. Las misiones de esta escuela eran la formación de los Guías Caninos, y el cuidado, preparación y adiestramiento de los perros para la realización de servicios de custodia de polvorines, persecución de huidos, y reproducción y cría de perros. En un principio se contó con perros de la raza pastor alemán, incorporándose posteriormente otras razas: Airedale terrier, Doberman Pinscher y Boxer.
A raíz de los atentados terroristas con explosivos perpetrados a principios de los años 70, se vio la necesidad de adiestrar también a los perros en la detección de este tipo de sustancias, comenzando la operatividad en este campo en 1976 con un pequeño contingente de funcionarios y perros. A medida que los grupos terroristas aumentaron su actividad, se fue incrementando paulatinamente el número de éstos.
En 1994 se les preparó también para el rescate de personas en escombros y grandes superficies y más adelante en la detección de sustancias acelerantes del fuego, en la búsqueda, localización y recuperación de cadáveres, restos humanos y fluidos biológicos; o en la localización de billetes de curso legal.