La mujer de Nick Clegg, sobre Begoña Gómez: "Si lo hubiera hecho yo me habrían quemado en Trafalgar Square"
Miriam González explica cómo fue el proceso en el que su marido se convirtió en viceprimer ministro británico
Miriam González, conocida abogada internacional y mujer del ex-viceprimer ministro británico Nick Clegg ha analizado los motivos que hay detrás de la denuncia a Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno Pedro Sánchez, interpuesta por el pseudosindicato de ultraderecha Manos Limpias.
"No solo en el Reino Unido sino en otros países hay sistemas para gestionar los conflictos de intereses. El día que se acordó la coalición británica y David Cameron al día siguiente me llamaron desde la administración. Nos sentaron a Nick y a mi y nos dijeron que yo tenía que comunicar con qué empresas contactaba y cuáles podrían ser clientes potenciales y así nosotros retiramos a tu marido de cualquier tipo de decisión que puede afectar directa o indirectamente a esas empresas. También nos explicaron claramente que si no hay conflicto pero podría parecerlo: 'te recomendamos muy fuertemente' y cuando te dicen eso los británicos que no son muy emotivos te quedas un poco rígida, te recomendamos que lo dejes", ha explicado Miriam González en Espejo Público.
"En España no existe un sistema efectivo para manejar los conflictos de interés de las familias y cónyuges de los políticos", explicaba reconociendo que es "inevitable que este problema termine siendo juzgado en el ámbito político y judicial".
Ha explicado en Antena 3 que España tiene "una oficina de conflictos que año tras año se critica la falta de autonomía, de independencia y efectividad por parte de la Unión Europea y el Consejo de Europa". "Año tras año lo dicen hasta por escrito. Sabemos que hay que mejorar la independencia de la oficina. Solo se ocupan de los conflictos directos y no se ocupan de la apariencia de esos conflictos. Eso hay que hacerlo de manera preventiva. Entiendo la perplejidad, hay que salir de aquí con mejores reglas y mejores sistemas. Estamos trabajando en mejorar un código de buena conducta y ética ministerial como tienen en otros países", ha agregado.
"El Presidente no sé si no se entera o no se quiere enterar. El problema no es regular el papel de las esposas de los primeros ministros sino el papel de los presidentes y ministros", explicaba al respecto. "Se pide desde el Gobierno que las empresas tengan códigos éticos y de conducta no sé por que no se lo pedimos al Gobierno, al presidente y a los ministros. El problema es de ellos no de sus parejas", denunciaba.