Europa se prepara para la guerra y aboga por el "momento de fuerza por la paz" de Ursula von der Leyen
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, defiende desde Estrasburgo movilizar los "recursos masivos" de Europa para lograr una fuerza armamentística capaz de "disuadir", no de "amenazar".

Si fuera posible conocer los razonamientos profundos de una persona repasando las citas a las que acude, no sería imprudente asegurar que Europa ha entrado en modo preguerra. Este martes, en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, Francia, se han recuperado desde la tribuna nombres como los de Winston Churchill, Neville Chamberlain, Henry Kissinger o Dwight D. Eissenhower. Aquí, en la capital de Alsacia, otrora testigo de la Segunda Guerra Mundial – estuvo cuatro años ocupada por los nazis – Europa ha vuelto a hablar de tropas, tanques y escudos antimisiles. Con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a la cabeza, la Unión Europa se plantea el reto de escribir las páginas del Libro Blanco de la Defensa, una obra cuyo primer volumen tiene un precio: 800.000 millones de euros para el plan que von der Leyen ha bautizado como Rearmar Europa y que hoy ha presentado ante los eurodiputados. Estamos, ha defendido esta mañana la líder europea, en un "momento de fuerza por la paz" que exige "movilizar los recursos masivos de Europa" en defensa. Europa se armará, ha reiterado, para "disuadir", no para "amenazar o atacar".
Sobre este "keynesianismo militar", Yanis Varoufakis, en una entrevista con Euronews, ha dicho que, "cuando compras municiones, cuando compras casquillos y los guardas en una estantería", no estás apostando por una inversión "productiva". Si tiene sentido recuperar la opinión de Varoufakis es porque, como exministro de Finanzas griego, asiste con cierta ironía al giro europeo respecto a las políticas de deuda auspiciadas por la Troika, aquel triunvirato de la austeridad que ahogó el tejido social griego por las condiciones que imponían los préstamos. Según ha afirmado Ursula von der Leyen, el rearme europeo será también garantía de "crecimiento" económico, si bien lo esencial es competir en igualdad de condiciones con Rusia, que "invierte en defensa más que toda Europa combinada". Para Varoufakis, el rearme es solo "la próxima gran locura de la UE".
Cuando la firma francesa Architecture Studio diseñó la nueva sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, dibujó una torre catedralicia, por la altura, como si estuviera a medio terminar, acaso como la Sagrada Familia pero con la firme pretensión de que quedara así. Esa forma inacabada del edificio Louise Weiss buscaba simbolizar un proyecto siempre en construcción, el europeo. Esos cimientos sobre los que se construyó la Unión Europea comprueban estas semanas su resistencia a los sismos. A un lado, el principal aliado, Estados Unidos, que ya no lo es tanto. Al otro, Rusia y, un poco más lejos, China. Y en medio, un interrogante llamado Europa.
En los pasillos de la sede política europea en Estrasburgo, la sensación, según fuentes parlamentarias, es que hay países con un temor real a que Rusia "pueda entrar por la ventana". Si Europa no logra afianzar su posición militar, no descartan que después de Ucrania existan nuevos intentos en otras fronteras. No en vano, los países fronterizos con Rusia son los que más avanzan en la carrera armamentística. El presidente polaco, Andrzej Duda, anunció que Polonia invertiría el 4,7% de su PIB en Defensa, muy lejos del 1,28% que gasta España. Al norte, el presidente lituano, Gitanas Nauséda, dijo que a partir de 2026 gastarían entre un 5% y un 6%.
En este contexto, el Parlamento Europeo vota este jueves el llamado Libro Blanco sobre Defensa Europea. Casi como un si fuera un tratado fundacional, la propuesta de Ursula von der Leyen considera que la UE vive "un punto de inflexión en su historia". "El enfoque de ‘seguir como hasta ahora’ ya no es una opción, ya que conduciría al fin de una Europa segura y protegida. La UE debe elegir entre unir fuerzas y trabajar al unísono para superar las amenazas y los ataques a la seguridad de la UE quedarse solos a merced de adversario agresivos y socios impredecibles", señala la Resolución para dar con la supuesta solución: "Ha llegado el momento de una ambición política renovada para actuar y convertir a la UE en un auténtico proveedor de seguridad y aumentar la preparación para la defensa y construir una auténtica Unión de Defensa Europea".
Los cálculos de la Comisión Europea hablan de una movilización de 800.000 millones de euros, de los que 150.000 millones serán mediante un nuevo sistema de préstamos anunciado por von der Leyen, de nombre SAFE (Security Action for Europe). Los 650.000 millones restantes tendrán que correr a cuenta y riesgo de cada país miembro, que deberían aumentar en al menos un 1,5% su inversión del PIB en políticas de defensa. Los países miembros no solo podrán endeudarse sin temer represalias, sino que también, como recordaba esta mañana Ursula von der Leyen, podrán "redirigir" los Fondos de Cohesión europeos todavía no ejecutados a este nuevo plan armamentístico. Los más críticos plantean este aspecto como una muestra de cómo el plan europeo puede acabar llevándose por delante los servicios públicos o, cuanto menos, relegarlos.
La reasignación de los Fondos de Cohesión será a criterio de cada país y, en principio, España no lo hará, tal y como confirma el socialista Javi López, también vicepresidente del Parlamento Europeo. "El Gobierno ha sido muy claro, ha dicho que en ningún caso el gasto social debería entrar en competición con el gasto en defensa", dice. La pregunta, entonces, es: ¿de dónde saldrá el dinero? El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunirá este jueves con los grupos parlamentarios, excepto Vox, para tratar de diseñar una estrategia conjunta que permita elevar al 2% del PIB la inversión en Defensa para 2029. El principal escollo de Sánchez está, en realidad, en su propio Gobierno, ya que en Sumar hay algunos sectores que ya se han posicionado en contra. Con relación al Partido Popular, más allá de la política de declaraciones, lo cierto es que en Europa, PSOE y PP van de la mano. La propuesta de Von der Leyen saldrá adelante gracias al apoyo tanto del grupo socialista, S&D, como del Partido Popular Europeo.
El grupo de la izquierda europea, sin embargo, no es favorable al plan de rearme. Esta mañana, su portavoz, Martin Shirdewan, del Die Linke alemán, preguntaba a Von der Leyen en qué momento había decidido abandonar la diplomacia. "De repente – dijo Shirdewan – hay 800.000 millones para armamento, sin freno de la deuda". Para The Left, “la Comisión Europea está haciéndole el trabajo sucio a la extrema derecha”. La apreciación se descubrió adecuada al escuchar los discursos de los grupos de ultraderecha europea. Tanto Jordan Bardella, portavoz de Patriots (el grupo de Vox) como Nicola Procaccini, portavoz de ECR (el grupo de Giorgia Meloni) celebraron desde Estrasburgo que Ursula von der Leyen haya vuelto al sendero de la "realidad".
En Europa, pese a la oposición de la izquierda, hay consenso, sin embargo, sobre cómo robustecer los cimientos de la unión. La paz europea, como aquella máxima latina, pasa por prepararse para la guerra. "¡Larga vida a Europa!", voceó Ursula von der Leyen al finalizar su discurso esta mañana.