El ministro de Asuntos Europeos de Finlandia se pone a hablar ¡en catalán! en Bruselas para decir esto
Anders Adlercreutz dice que aún es muy pronto para decidir sobre el uso del catalán, el euskera y el gallego en las instituciones europeas
El ministro de Asuntos Europeos de Finlandia, Anders Adlercreutz, ha sorprendido este martes al pronunciar unas palabras en catalán en las que asegura que es muy precipitado tomar hoy una decisión sobre si permitir o no el uso del catalán, el gallego o el euskera en las instituciones europeas.
En un vídeo difundido por la corresponsal de La Vanguardia en la ciudad belga, Beatriz Navarro, Haavisto señala: "Soy un gran amigo de las lenguas de España y de la cultura catalana. Juntos debemos defender la diversidad lingüística de la Unión Europea. Pero también debemos conocer las consecuencias de nuestras decisiones. Es más arriesgado tomar una decisión hoy".
Al menos catorce Estados miembros de la UE, entre ellos Suecia y Finlandia de manera pública, han expresado sus dudas sobre cómo se financiaría la propuesta y han pedido un informe de los servicios jurídicos para analizar la legalidad de la solicitud española, señalaron a EFE fuentes diplomáticas.
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, quien defiende este martes la propuesta, ha justificado la necesidad de dar carácter oficial al catalán, el euskera y el gallego porque no son lenguas minoritarias y porque se trata de una demanda que España defiende desde 2005. "No estamos hablando de lenguas minoritarias. Son idiomas que hablan millones de personas, en concreto, les trasladaré (al resto de ministros de la UE), que el catalán es hablado por más de 10 millones de personas, lo cual le sitúa por encima de muchas de las lenguas que en estos momentos son oficiales".
En un comunicado, el Gobierno de Helsinki señaló sus "reservas" ante una decisión que "aumentaría la carga financiera y administrativa" y probablemente también ralentizaría las decisiones y entradas en vigor de regulaciones europeas".
Y, aunque Finlandia ve importante "asegurar la diversidad cultural y lingüística en la UE", cree que "los derechos de los hablantes de lenguas regionales se pueden promover de maneras más ligeras".
Estocolmo, por su parte, considera que se necesita un análisis de las consecuencias en lo que se refiere a la influencia de la propuesta en la efectividad del trabajo de la UE, así como los efectos presupuestarios y prácticos, antes de tomar una postura final.
Comparten una postura similar otros Estados miembros, cuyas fuentes diplomáticas consultadas por EFE recogen una "voluntad de trabajar en la materia" pero advierten de que "una decisión así podría tener consecuencias que deben identificarse antes de decidir".
"Queremos escuchar al ministro español el martes pero también queremos escuchar a los que muestran preocupación sobre los cada vez más elevados costes de traducción e interpretación. Queremos que la discusión continúe para examinar en profundidad todos los aspectos de la cuestión", dijo otra fuente de un país del sur de Europa.
Además, otra fuente diplomática apuntó a que se trata de una decisión demasiado importante a nivel europeo como para cerrarse tras únicamente una reunión a nivel de embajadores -la celebrada este viernes- y el encuentro de los ministros del próximo martes.