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El liderazgo de Feijóo, tres años después: "Hay muchas ansias de un adelanto electoral"

El liderazgo de Feijóo, tres años después: "Hay muchas ansias de un adelanto electoral"

El PP afronta el tercer aniversario de la caída de Casado fuera de la Moncloa y con su actual líder cuestionado. "Hay una percepción de agotamiento", dicen algunas voces internas sobre Feijóo. Sus barones cierran filas: "Tiene garantizada la unidad". 

Alberto Núñez Feijóo y Pablo Casado, en el Congreso de abril de 2022 en el que se produjo el relevo.AFP via Getty Images

El viernes 18 de febrero de 2022, en la planta sótano de la cadena COPE, se presenció un suicidio político en directo. “La cuestión es si es entendible que el 1 de abril, cuando morían en España 700 personas, se puede contratar con tu hermana y recibir 286.000 euros de beneficio por vender mascarillas. Yo creo que no es ejemplar”, dijo Pablo Casado en la entrevista que concedió aquel día a Carlos Herrera. 

Él no lo sabía entonces, pero estas palabras supusieron el final de su etapa al frente del PP al señalar de forma directa a la presidenta de la Comunidad de Madrid por el contrato de mascarillas del que se benefició su hermano a través de una comisión de 234.000 euros. El líder de los populares había hablado previamente con todos los dirigentes territoriales para explicarles la situación y para hacerles ver que su propósito era abordar un posible caso de corrupción en el seno de su formación. Pero de poco sirvió.

Lo cierto es que la maniobra fue el pulso final entre dos dirigentes que habían sido amigos los últimos 17 años, pero que en aquellos días se enfrentaban públicamente por el control orgánico del PP madrileño en un clima de absoluta desconfianza. “Para mirar a la cara a mis hijos quiero garantizar que ninguna administración del PP ha cometido alguna práctica corrupta o no ejemplar”, añadió ante los micrófonos de COPE.

  Pablo Casado saluda a Isabel Díaz Ayuso durante el Congreso que designó a Feijóo como su sucesor al frente del PP.Europa Press via Getty Images

Como si se tratara de un efecto dominó, Casado comenzó a perder tras la entrevista todos sus apoyos y, cinco días después, en su última sesión de control al Gobierno, se despidió: "Entiendo la política desde la defensa de los más nobles principios y valores, desde el respeto a los adversarios y la entrega a los compañeros. Todo para servir a España y a la causa de la libertad". Tras estas palabras, abandonó el hemiciclo bajo el tímido aplauso de su bancada. Sólo tres de sus diputados; entre ellos, Pablo Montesinos, le acompañaron en su salida mientras barones, diputados, alcaldes y hasta la dirección del grupo parlamentario llevaban horas clamando por una dimisión que no tardó en materializarse.

Alberto Núñez Feijóo fue el elegido para sustituirle con el 98,35% de los votos en un congreso extraordinario celebrado en Sevilla y con el cual el PP buscaba cerrar sus heridas. "Lo importante ahora es seguir juntos", dijo el nuevo líder. El abrazo entre el relevo y el relevado en aquel 'cónclave' ha sido una de las últimas imágenes públicas de Casado, que desde entonces ha permanecido oculto para la realidad mediática. No ha concedido entrevistas y no ha ocupado ningún cargo público. Volvió de forma discreta al sector privado y sólo se dejó ver en abril del año pasado en el lanzamiento del digital Artículo 14. Según diferentes fuentes, la interlocución en privado con Feijóo tampoco es habitual.

El líder del PP, por su parte, no ha conseguido devolver al partido a la Moncloa. El hombre de las cuatro mayorías absolutas en Galicia ganó también las elecciones generales del 23 de julio de 2023, pero no logró reunir los apoyos necesarios para alcanzar la investidura. El shock en Génova fue total, dado que las encuestas les garantizaban el Gobierno con o sin Vox.

  Alberto Núñez Feijóo celebra la victoria del PP el 23-J desde el balcón de GénovaAFP via Getty Images

Tras el batacazo, llegaron las dudas. En su entorno más próximo existía la convicción de que si Feijóo se quedaba sin la Moncloa no iba a pasarse la siguiente legislatura como jefe de la oposición. Pero él optó por quedarse, frente al ruido de sables que situaban a Isabel Díaz Ayuso o Juanma Moreno Bonilla como alternativas. Desde entonces, en el partido se instaló una sensación de tregua que brindó al gallego una segunda oportunidad para asaltar el poder ante los visos de una legislatura corta. 

Las encuestas, hoy, vuelven a ser favorables para Feijóo. Salvo el CIS, todos los pronósticos auguran que lograría gobernar junto a Vox si hoy se celebraran elecciones. Sin embargo, no se le percibe como un líder rotundo e incuestionable. En el barómetro político del CIS de febrero, el último publicado, el porcentaje de los propios votantes del PP que reconocen preferir a Alberto Núñez Feijóo como presidente del Gobierno (39%) es menor que el de los simpatizantes populares (43,8%) que contestaron a esta misma pregunta sobre Casado en los días previos a su salida. Casado cosechó entonces 4,8 puntos más que ahora Feijóo entre los electores del PP. Además, en el conjunto de los encuestados, sólo el 9,7% se decanta por él como presidente del Gobierno.

Fuentes consultadas por El HuffPost indican que dentro del PP hay dirigentes que observan con preocupación cómo a Feijóo se le está haciendo muy larga la legislatura. Y, de ahí, sus "ansias" de un adelanto electoral. "Hay una percepción de agotamiento", sugieren estas voces.

Su núcleo más cercano, por el contrario, se aferra a las encuestas y asegura que Feijóo se está preparando para resistir a "una larga travesía" hasta las siguientes generales. Y lo primero es reforzarse internamente. A diferencia de Casado, el dirigente gallego parece tener de su lado a los barones autonómicos. "Le apoyan, aunque no siempre opinen lo  mismo", dicen. De hecho, uno de estos líderes regionales sostiene que Feijóo "tiene asegurada la unidad en el partido" hasta las próximas elecciones "pase lo que pase".

  Alberto Núñez Feijóo, izquierda, con Santiago Abascal.GTRES

El principal debate interno ahora es cómo responder al auge de Vox en estas mismas encuestas, después de que haya fallado la estrategia de absorberles. Feijóo ha entrado en el juego de la confrontación directa con los de Abascal para marcar territorio, aunque la disputada competencia por el electorado más escolado a la derecha ha llevado al líder del PP a salirse de la teórica centralidad y moderación de la que hacía gala antes de erigirse como líder de la formación.

En eso también ha influido la estrategia subversiva de Isabel Díaz Ayuso, que no tiene reparos en demostrar sus diferencias cuando la cúpula del partido toma decisiones contrarias a sus planteamientos. Una pelea ideológica que ha hecho caer a Feijóo en contradicciones, ambigüedades y falta de coherencia de su discurso, como en lo relativo al reparto de menores migrantes o al último decreto ómnibus del Gobierno que incluía la subida de las pensiones o las ayudas al transporte público, medidas sociales a las que el PP se opuso para, dos semanas después, votar a favor.

"A Feijóo le está perjudicando tener en su partido personajes que defienden ideas más extremas y cambian el discurso oficial del partido", asegura a El HuffPost Luis Barroso, consultor de comunicación política y estrategia. Una situación que ha hecho que el líder del PP se acabe alejando de su prometida "serenidad y templaza". "Un día lanza mensajes más sosegados y al otro lo vemos más estridente y rozando esa línea limitante que tiene el PP a su derecha", señala. 

Ignacio Jurado, profesor de Ciencia Política de la Universidad Carlos III de Madrid, comparte la opinión de su compañero y cree que a Feijóo le perjudica no armar un "discurso sustantivo" que vender a la ciudadanía por estar centrado en la mera crispación. "Está en una estrategia de mínimos donde lo único que hace es posicionarse en contra del Gobierno. Su intención es hablar siempre del 'cómo' y no del 'qué', porque es ahí donde Feijóo se muestra más errático", asegura. 

Un planteamiento que resultaría eficaz para desgastar a Sánchez, pero no para impulsar al PP en las encuestas. "Feijóo podría ser ambicioso y elaborar un discurso propio en cuestiones sensibles como la inmigración o los derechos sociales. Pero él percibe que, con Vox adelantándole por la derecha, podría no salirle bien la jugada. De ahí que sea más prudente y confíe todo sus esfuerzos en debilitar al Gobierno a través de una estrategia de confrontación que no creo que vaya a abandonar en los próximos meses", señala Jurado.

Ambos expertos coinciden también en señalar que, pese a su aparente vulnerabilidad, Feijóo logrará mantenerse como presidente del PP hasta las próximas generales. "El partido no podría aguantar un cambio de líder. Sería un grave error, aunque la persona que le sustituya goce de cierta popularidad. Además, es muy difícil que alguien pueda construir un proyecto de país en una sola legislatura", señala Barroso. "Aunque su tendencia no es positiva, está en una situación de relativa estabilidad con las encuestas a su favor y eso le beneficia internamente", explica Jurado. 

Ambos, por último, alertan del peligro que supondría para el PP seguir abrazando posiciones más extremistas para confrontar con Vox. "Creo que Feijóo se ha dado cuenta de que es más fácil acabar con los de Abascal desde el Gobierno. Es decir, alcanzar la Moncloa y neutralizar a tu socio pequeño desde dentro del Ejecutivo. Como hizo Sánchez con Podemos. Pero intentar acabar con Vox desde la oposición requiere radicalizarte más y eso puede generar problemas con el votante moderado", señala Jurado. Mientras, Barroso sentencia: "El PP tiene que establecer una estrategia clara para cada tema y saber transmitírselo a su militancia. Y que nada ni nadie les haga salirse de este camino".

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Licenciado en periodismo por la Universidad Carlos III. Actualmente, es jefe de política en El Huffington Post, tras nueve años como coordinador en ABC, cuatro como director digital en el grupo COPE y seis meses en Mediaset. Puedes contactar con él en javier.escartin@huffpost.es