Abraham Duarte (URJC): "Jamás he visto una interferencia de algún partido político en la Universidad"
El candidato a rector de la Universidad Rey Juan Carlos habla con El HuffPost sobre su intención de mejorar la actual gestión de la institución académica.

El proceso electoral para elegir al nuevo rector de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) tendrá lugar el próximo 2 de abril. Abraham Duarte, director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática y Fernando García Muiña, exvicerrector de Investigación, Innovación y Transferencia son los dos candidatos entre los que se debate el futuro de la institución académica. Este lunes 31 de marzo ha finalizado su campaña electoral y, a menos de 48 horas de saber cuál será el sustituto de Javier Ramos -quien ha ocupado el puesto desde 2017-, El HuffPost ha conversado con Duarte sobre su programa electoral y su experiencia profesional en la universidad pública.
¿Quién es Abraham Duarte y por qué quiere ser rector de la URJC?
Soy Abraham Duarte, catedrático de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial. Desde que me incorporé a la Universidad Rey Juan Carlos en el año 2000 he tenido varios cargos de gestión relacionados fundamentalmente con la Secretaría Académica de mi escuela. Posteriormente fui vicerrector y actualmente soy director de escuela, en mi segundo mandato como director. La razón por la que me presento a las elecciones es que creo que en los últimos cuatro años se han hecho cosas bien y otras no tan bien.
¿Cuáles tiene intención de mejorar de esas que no se han hecho tan bien?
Lo primero es que en estos cuatro años la burocracia ha aumentado enormemente, de tal forma que el día a día del profesorado está siendo muy complicado. El segundo gran problema que veo en la universidad tiene que ver con la falta de planificación. Hay algunas situaciones que se han producido en los últimos meses, como por ejemplo que no haya algún profesor asociado a sus estudiantes. El tercer gran problema que veo tiene que ver con un plan de infraestructuras que aprobamos en el año 2018 y que apenas ha empezado, de tal forma que estamos teniendo problemas para poder impartir clases, para que nuestros alumnos tengan un espacio y los profesores tengan un despacho donde ubicarse. Y por último, la gestión del presupuesto, que hemos entrado en un déficit que debemos corregir lo más rápido posible. Esos son los cuatro problemas que me han llevado a presentarme a las elecciones.
¿Qué crees que se ha hecho mal en la gestión del presupuesto en la URJC?
Se han aumentado los costos, fundamentalmente en plantilla, y no se han aumentado los ingresos en la misma línea. Entonces, claro, la gestión debe mejorar los ingresos para que el presupuesto no esté desbalanceado. Ese es el problema fundamental.
¿Qué crees que diferencia a la URJC de otras universidades públicas? ¿Cuál es su fuerte?
Pues yo creo que tiene una parte importante, que es la de que probablemente seamos la universidad madrileña que forma a más madrileños de toda la comunidad autónoma. Somos una universidad muy dedicada a la docencia, por supuesto también a la investigación, pero estamos en un entorno socioeconómico en el cual hay poblaciones enormes como pueden ser Fuenlabrada, Alcorcón o Móstoles. Naturalmente, tenemos también campus en Madrid, pero estamos en el suroeste de la comunidad de Madrid y hay un número de estudiantes muy grande que, además, en muchos casos son la primera generación de la familia que tiene estudios universitarios. Por lo tanto, esa parte de formar a un número destacado de madrileños y que además sea la primera generación, creo que es una de las cosas que nos hace sentirnos más orgullosos como universidad.
¿Hay algún área en concreto en el que destaque la URJC frente a otras?
Sí, hay datos oficiales que reflejan que los estudiantes de la URJC aparecen en posiciones destacadas como los que más prioridad tienen después de terminar la carrera. Porque nuestros estudiantes tienen una necesidad de incorporarse al mercado laboral en otras zonas de la comunidad de Madrid y eso creo que también de alguna forma visibiliza la calidad de la docencia que tienen los universitarios. Al final, las empresas que son las que tienen que contratar, están considerando que nuestros estudiantes son muy buenos y eso se refleja directamente en la prioridad.
En los últimos años se ha visto como cierta parte de los estudiantes universitarios han radicalizado sus pensamientos políticos y se ha reflejado en mensajes que se han lanzado en los diferentes campus ¿Respeta que exista esa libertad de expresión pese a la radicalización o cree que se deben poner límites a la difusión de ideas tan extremistas?
Yo creo que mientras se respete y se mantenga el decoro dentro de la universidad, por encima de todo está la libertad de expresión. Por supuesto, sin insultar o sin que haya delitos de odio, o sin que haya ningún problema de orden público. Pero en este caso, la universidad es el foro en el que se defienden todas las ideas. Esa es mi postura, siempre y cuando, insisto, esté dentro de la legalidad y del respeto al que está enfrente. Veo bien que se mantenga esa capacidad de diálogo que tiene que haber dentro de la universidad.
Siempre se ha dicho que las universidades públicas están muy controladas políticamente. ¿Qué opina sobre eso? ¿Cuánto de controlada está realmente la universidad pública en nuestro país?
Yo creo que es más un rumor que una certeza final. Las universidades son plurales. Por ejemplo, en el caso de la Rey Juan Carlos, tiene en torno a los 40.000 estudiantes, una plantilla de profesorado que está en torno a los 3.000 y un personal administrativo que está en torno a los 900. Pues ahí hay diversidad de opiniones. Habrá gente con una orientación política y otros que tengan la contraria. Yo creo que la diversidad que de alguna forma conforma las universidades, diría que es más un mito que otra cosa. Porque algunas universidades se asocian a un signo político y otras a otro. Pero yo, como profesor o cuando he ejercido o estoy ejerciendo un cargo de gestión, jamás he visto una interferencia de cualquier partido político, al menos en mi experiencia.
Bueno, por ejemplo, a la Rey Juan Carlos se le ha colgado el sambenito de ser cercana al PP ¿Cree que eso es así?
Yo creo que en este caso los calificativos los ponen desde fuera. Naturalmente, dentro de la universidad conozco un colectivo muy importante de personal que está a favor de un partido y a favor de otro. Intuyo que estos calificativos de alguna forma se estereotipan, no creo que en ese sentido pueda decir que estoy de acuerdo con esa apreciación. Creo que la universidad es una universidad pública que tiene personal de todas las ideologías políticas y que así debe ser. Como nos ven desde fuera es complicado de cambiar. Entonces, en ese sentido, lo que sí me gustaría transmitir es que somos una universidad pública que está pensando en la formación de nuestros estudiantes y la investigación, intentando evitar en la medida de lo posible todas las etiquetas políticas que nos puedan poner desde fuera.
Si en un futuro se tuviese que enfrentar a una polémica como la que ya sufrió la universidad con el tema del máster falso de Cristina Cifuentes ¿Cómo lidiaría con ello? ¿Cómo se gestiona una crisis de imagen tan fuerte en una universidad pública?
Es verdad que un problema de esas características es muy difícil de abordar. Probablemente poco se puede hacer más allá de dar una explicación de lo que ha ocurrido. Creo que lo pertinente antes de tomar cualquier decisión es tener todos los datos sobre el caso en concreto. Y una vez que se tengan todos los datos en concreto, se toman las decisiones oportunas. Pero esperemos que no vuelva a ocurrir algo así.
¿Cómo se pueden prevenir esos casos?
Hace más de 13 años, cuando se produjo el caso de Cristina Cifuentes, la Fundación Madrid Más D, que controla la gestión de los grados y los másteres, incorporó unos mecanismos de control en cuanto al sistema de garantía de calidad del grado y del máster que hacen muy difícil que se puedan producir algo así. Difícil no significa imposible. Mi sensación es que a día de hoy tenemos un sistema documentado que da constancia de quién realiza cada acta, va firmado con certificado digital, toda esa información se queda almacenada... Cada cierto tiempo viene un equipo de la Fundación Madrid Más D para evaluar el desempeño en ese grado o máster en concreto. En este caso, creo que no debería haber mayor problema.
Como experto en inteligencia artificial, algo que está más presente que nunca, ¿Cómo consideras que afectará a la forma de enseñar y aprender en la Universidad?
Creo que se va a producir un cambio de modelo docente. El hecho de incorporar herramientas de inteligencia artificial no solamente en la docencia, sino en cualquier actividad cotidiana, va a ser algo que vamos a encontrarnos durante los próximos años. Tiene que ser algo tan natural como, por ejemplo, cuando una persona escribe en un documento Word un texto y si por algún motivo tiene una falta, se le señala en rojo diciendo que la palabra está mal escrita, o si hay una incoherencia de género, se le señala en verde porque la semántica no es correcta. Creo que de alguna forma no solamente en la docencia, sino prácticamente en todas las actividades, va a incrementar enormemente la productividad que tenemos en prácticamente todos los trabajos.
Está siempre ese dicho de que la inteligencia artificial le va a quitar el trabajo a las personas. Creo que no es así. Lo que sí creo es que las personas que no estén con algo de formación en inteligencia artificial, sí que van a deber tener más precaución, en el sentido de que va a haber otro profesional que va a ser capaz de ser mucho más eficiente en realizar sus trabajos. Hay un dicho por ahí que dice que la inteligencia artificial es una nueva herramienta, es como cambiar una pala por una excavadora. Simplemente lo que vamos a poder hacer es avanzar más rápido.