El avispero postelectoral en Cataluña: el cruce de vetos haría irremediable el bloqueo
Aragonès dice que las opciones de pactar con Illa son "mínimas" y tampoco apoyaría una mayoría independentista con Aliança Catalana. Puigdemont advierte de consecuencias si el PSC le impide una posible investidura por mayoría simple.
Casi seis millones de personas votarán este próximo domingo, 12 de mayo, en unas cruciales elecciones catalanas que, según las encuestas, tienen un claro ganador pero no un presumible gobierno.
A tenor de los sondeos publicados este lunes, incluido el barómetro de CIS, el PSC de Salvador Illa ganará de forma holgada los comicios con más del 30% de los votos y superando los 40 escaños. Un importante incremento en sus resultados si se comparan con los de 2021, en los que los socialistas fueron primera fuerza empatando con ERC a 33 parlamentarios.
Además, según el instituto público dirigido por José Félix Tezanos, Salvador Illa es el único de los candidatos a los comicios del 12-M que aprueba con un 5,42. Le siguen Pere Aragonès (4,77), Jèssica Albiach (4,30) y Carles Puigdemont (3,86). Un 25,8% también cree que el socialista es el "mejor preparado" para asumir las responsabilidades de presidente de la Generalitat.
La campaña electoral está sirviendo, sin embargo, para complicar los posibles pactos postelectorales que puedan darse una vez las urnas ya hayan hablado. El PSC se ve ganador, pero necesitará de una alianza de izquierdas para poder gobernar. Y, en esa ecuación, ERC no quiere transmitir la imagen de muleta de los socialistas. El presidente de la Generalitat y candidato de ERC a la reelección, Pere Aragonès, señaló este domingo que las posibilidade de un pacto con un PSC que "no es de izquierdas" son mínimas. Y puso, como ejemplo, que se oponen a regular el alquiler de temporada, a las políticas en favor del catalán y a las medidas feministas impulsadas por su ejecutivo.
Tres días antes, desde Suiza, Marta Rovira aseguraba que Salvador Illa no tiene ninguno "proyecto para Cataluña" y que su partido no serviría de "muleta de un proyecto que no se dirige a incrementar la justicia social". "No podemos asumir un proyecto que no tiene ningún tipo de visión de futuro para la ciudadanía de este país", dijo.
Lo cierto es que, según una encuesta de GESOP para El Periódico, los catalanes prefieren un pacto PSC-ERC a otro Govern independentista. Pero los republicanos no están por la labor o, al menos, no quieren vender la idea de que estarían dispuestos a apoyar la investidura de Salvador Illa para no retroceder más en las encuestas. Cabe recordar que Aragonès obtuvo 33 escaños en 2021 y ahora se habla habla de 26 - 28 representantes, situándose Puigdemont como opción más votada dentro del bloque independentista.
ERC contó con la ayuda del PSC para sacar los Presupuestos de 2023 en Cataluña y tuvo también sus votos para los de 2024, aunque no fueron aprobados por la negativa de los comunes. Además, pactaron en tres de los cuatro diputaciones. Sin embargo, en el ámbito municipal, los de Illa se hicieron con 19 alcaldías pactando con Junts y otras 9 con ERC tras las municipales del 28M; mientras que los republicanos conquistaron 19 alcaldías gracias a acuerdos con el PSC. Es decir, los socialistas pactaron más con Junts que con ERC.
Pero aunque Illa dejó por unas horas la puerta abierta a un pacto con Junts, Puigdemont la cerró de golpe asegurando que es una opción inviable. De hecho, la estrategia del expresident pasa por ser primera fuerza independentista y gobernar con el apoyo del resto de partidos soberanistas o que el PSC se abstenga para alcanzar la mayoría simple en una hipotética investidura. "Ellos sabrán lo que tienen que hacer", dijo sin necesidad de recordar que Pedro Sánchez depende de sus votos en el Congreso de los Diputados.
La portavoz del PSOE, Esther Peña, ha sido cuestionada este lunes sobre los posibles efectos que tendrían en la estabilidad del Gobierno los pactos para formar un nuevo Govern y si tendrían que decidir entre gobernar en Cataluña o tener estabilidad en la Cámara Baja, donde los apoyos tanto de ERC como de Junts son imprescindibles para sumar mayoría. Sin embargo, se ha limitado a decir que Illa será president y se pregunta si el independentismo va a llevar a Cataluña al bloqueo.
En principio, Illa sólo contaría con los votos de los comunes para una posible investidura. Aunque su candidata, Jèssica Albiach, ya ha señalado que si entran al Govern no habrá Hard Rock, el proyecto de PSC y ERC que supuso el fracaso de los presupuestos de 2024. PP y Vox, por su parte, han acusado a Illa de hacer el juego al independentismo y es inviable su apoyo en un contexto de extrema polarización en la política nacional.
Si Illa no consigue el apoyo de ERC, la alternativa para evitar el bloqueo y una posible repetición electoral sería una mayoría independentista. Pero todas las encuestas auguran que esa suma sólo sería viable con la formación de ultraderecha e islamófoba de Aliança Catalana, a la que el CIS ya la sitúa cerca del 5% de estimación de voto. ERC ha asegurado por activa y por pasiva que no pactará con "la extrema derecha con estelada", lo que complica una mayoría independentista que lleva repitiéndose desde 2015. La CUP y los comunes también firmaron un acuerdo comprometiéndose a "no pactar con la ultraderecha" de Orriols sea cual sea el resultado de los comicios.
Ante este cruce de pactos, entre los principales candidatos se acepta en privado que la repetición de los comicios allá por el mes de octubre podría ser una realidad tras una disolución del Parlament en agosto. Una situación de parálisis que presumiblemente también afectaría al gobierno de Pedro Sánchez de cara a negociar sus Presupuestos para 2025. En el avispero catalán todos juegan, pero nadie gana.