De "ganador" a "ridículo": lo que decía la prensa de derechas de Feijóo y lo que dice tras el 23J
Así ha cambiado la crítica al líder del PP tras los comicios, en los que el PP no sumó para gobernar.
"Votos a la candidatura de don Alberto Núñez Feijóo: 2.619. Sobre voto válido emitido, un 98,35%. Enhorabuena, presidente". Teófila Martínez, exalcaldesa de Cádiz, leía los resultados de la votación en el Congreso del PP que elegía al nuevo líder del partido.
Era el 2 de abril de 2022. Apenas un mes y medio antes, los populares habían vivido una de sus mayores crisis con la defenestración de Pablo Casado, hasta finales de febrero presidente del partido. El enfrentamiento público que mantuvo con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, le hizo perecer víctima de la falta de apoyos internos.
El partido necesitaba un nuevo líder y, ante la inacción de Ayuso, que prefirió no dar el paso, las miradas se dirigieron a Galicia, donde Feijóo, que rechazó suceder a Mariano Rajoy al frente del PP, esta vez sí se atrevió. No tuvo rivales que le disputaran el puesto. Ganó por aclamación.
Rápidamente, la prensa de derechas, que había sentenciado a Casado con editoriales durísimos, respaldó al nuevo líder popular. Los halagos eran de todos los colores, incluso antes de que el gallego tomase el poder del partido, algo que se daba por sentado semanas antes por la ausencia de contrincantes.
Así, el 3 de marzo, en un editorial, el diario El Mundo aseguraba que Feijóo, en su propuesta para el futuro PP, había presentado un partido "adulto y firme". "Efectivamente, a la victoria no se llega por la dureza en el comentario sino por el crédito de la alternativa. Sus apelaciones a la moderación y a la búsqueda del entendimiento son compatibles con la contundente oposición que exige el periodo que vivimos", afirmaba este diario.
El Mundo consideraba "un acierto de Feijóo" reivindicar al PP "como el partido centrado que puede garantizar la estabilidad en España". "No es Feijóo, como recordó, un político de tuits y tertulia sino un gestor eficiente y sólido", aseveraba con contundencia este rotativo, que destacaba del gallego "este respeto por las formas, que siempre ha exhibido Feijóo, otro de sus valiosos activos".
Este mismo periódico, en otro editorial fechado el 7 de marzo, calificaba a Feijóo como un hombre que ofrecía "una credencial de liderazgo creíble y maduro, alejado de frivolidades y bandazos". "Esta y no otra es la necesidad más urgente de cuantas tenía el PP para recuperar el crédito de los votantes", reclamaba este periódico, desde cuyas páginas se instaba al gallego a clarificar su programa y la política de alianzas. En suma, "ofrecer certidumbre ideológica y ponerse a hacer oposición a Sánchez". "No para insultarle, como bien proclamó, sino para ganarle", añadía.
Hasta el expresidente del Gobierno y del PP José María Aznar, se pronunciaba fechas antes de la designación oficial de Feijóo como líder de los populares. Era un 30 de marzo y en declaraciones a El Mundo. "Feijóo tiene experiencia y talento para sacar al PP de su crisis existencial", afirmaba el ex jefe del Ejecutivo.
Aznar contraponía el perfil de Feijóo al de Sánchez, quien "no gestiona nada y hace una pésima política", a su juicio. "Tienes que hacer política para demostrarle a la gente que eres fiable y seguro. Has de ser muy consciente, entender bien el mundo en el que vives. Necesitamos líderes que sepan interpretar la política y tener al frente a una persona como Feijóo es una tranquilidad", agregaba.
Al día siguiente de la proclamación de Feijóo, el director de OKDiario, Eduardo Inda, se refería al dirigente gallego como "un tío normal" y "un político excepcional". Así lo explicaba: "Alguien que se ha anotado más mayorías absolutas que ningún otro barón vivo, exactamente cuatro, es un fuera de serie (...) Feijóo lo va a hacer bien, estoy seguro, entre otras razones porque es listo como los ratones coloraos".
Aun así, Inda le advertía: "El asalto a Moncloa le resultará imposible si se obsesiona con Vox o si critica acerbamente a los de Abascal. Frases como “dejemos de ser más españoles que nadie”, pronunciada ayer por Feijóo, representan un error que sólo sirve para ensanchar el perímetro del caladero electoral de Vox. (...) No está de más que tenga presente que entre un votante del PP y uno de Vox hay menos diferencias que entre uno del PSOE y otro de Podemos, entre otros motivos porque hasta hace no tanto Abascal y él formaban parte del mismo partido".
"En jerga anglosajona, lo suyo es un one shot, un solo disparo porque no hay más balas en la recámara. A tu suerte nos encomendamos, Alberto. No nos falles", remataba.
En esas mismas páginas, tres días después, Álvaro Delgado se refería a Feijóo como "el hombre tranquilo". "Con la tranquilidad que da saberse un dirigente natural y respetado por su partido (...) Su reciente elección como presidente del Partido Popular ha supuesto la llegada de un adulto a un revuelto patio de adolescentes, que es en lo que se había convertido la política nacional desde la aparición de Iglesias, Casado, Rivera y Sánchez, tipos barbilampiños criados en los aparatos. Y los españoles lo vamos a notar en los próximos meses", afirmaba este columnista.
En su artículo, vaticinaba lo que podía pasarle a Sánchez cuando llegasen las elecciones: "Igual se lleva una manta de leches como las que el ex boxeador Sean Thornton le propinó a su insoportable cuñado Willy Danaher. (...) Acabada la Liga de juveniles, va a enfrentarse a un auténtico peso pesado".
Sobre ese estilo tranquilo también hablaba el diario ABC en un editorial del 9 de abril titulado Sí hay 'efecto Feijóo' publicado tras una encuesta de GAD3 elaborada para este rotativo en la que el PP subía hasta los 124 escaños. "El estilo ‘tranquilo’ de Feijóo, habitual enemigo de los aspavientos políticos, parece ser aceptado por el votante de la derecha", afirmaba el artículo.
Una semana después, también en OKDiario, Graciano Palomo decía que al PP había llegado "un líder con hechuras presidenciables y vitola de ganador". "Feijóo representa la seriedad frente a la frivolidad. El compromiso riguroso en la lucha contra las urgencias", añadía. En Moncloa, proseguía Palomo, "ya son plenamente conscientes de que nada será igual". "Feijóo, en una semana, les ha tomado la medida. (...) Es el paso previo a que ese pueblo te mande a paseo. El siguiente será cuando decida convocar elecciones generales. Ahí le espera Alberto Núñez Feijóo".
Por esas fechas, tras los primeros pasos de Feijóo como líder del PP, algunos columnistas llegaban incluso a comparar su estilo con el de un socialdemócrata. Lo hacía Cristina López Schlichting en La Razón el 23 de abril. El artículo se titulaba Feijóo, hacia la socialdemocracia, y en él indicaba lo siguiente: "Centrarse para ganar votantes. Centrarse en la tradición de la democracia cristiana o, si se quiere, la socialdemocracia".
Duros 'palos' tras las elecciones
Pero llegaron las elecciones y el PP no logró lo que esperaba. Las encuestas pronosticaban una colosal victoria de la derecha con la ultraderecha, y lo que surgió de las urnas fue un chasco del mismo tamaño de la victoria pronosticada.
Ante los 136 diputados del PP, los artículos sobre el líder gallego cambiaron claramente de tono. Los calificativos no han tardado en aparecer. Y duros.
"El PP ha hecho el canelo integrando a Vox con entusiasmo en Valencia, vetándolo en Murcia, infamándolo en Extremadura y tonteando en Aragón. Eso es simplemente ridículo", escribía Teodoro León Gross en ABC dos días después de los comicios. El artículo no dejaba lugar a la duda desde el titular: Derogar el albertismo.
En esas mismas páginas, dos artículos más hacían pitar los oídos al dirigente del PP. "Ahora que Feijoo ha perdido su poder de sugestión convendría recuperar la cordura y empezar a escribir su apellido correctamente. Pues Feijoo logró que todo quisque (menos el menda, por supuesto) escribiera su apellido con tilde. Pero Feijoo es palabra llana y no aguda, como es llano y no agudo el hombre que no consiguió derogar el sanchismo y se conformó con derogar la ortografía", atizaba con fuerza Juan Manuel de Prada el día después de las elecciones.
Ese mismo 24 de julio, un conocido de la política española metido a tertuliano y columnista, Juan Carlos Girauta, quien fuera portavoz de Ciudadanos, escribía lo siguiente en un texto titulado Ha fracasado, señor Feijóo:
"Usted no podrá gobernar ni derogar el sanchismo. He ahí las consecuencias del centrismo, sinónimo de nada. He ahí la eficacia de su obsesión con robar voto al PSOE a base de utilizar su mismo lenguaje, pues había que crecer por la izquierda. He ahí lo que pasa cuando hace ascos a diario a Vox (partido que la derecha social aprecia) mientras prima al PSOE, le acaricia el lomo a lo que solo existe en su cabeza. ¿No iba a movilizar a no sé qué masa de izquierdistas descontentos con el sanchismo? He ahí lo útil que resulta alardear de no hablar en español en la vida pública gallega, una apología de la diglosia".
Y añadía:
"Y, sobre todo, nada de guerra cultural, ¿verdad, señor Feijóo? La construcción del imaginario para la izquierda, y a sus votantes que les den. A conformarse con la hegemonía 'woke' y a tragarse todas sus categorías envenenadas. (...) ha permitido, con catastrófica desidia, que el PSOE creara 'el marco de un Feijóo mentiroso'. Esa jugada implicaba un Sánchez sincero, y ha colado. Es asombroso, incomprensible y triste".
Más comedido, pocas horas después de conocerse los resultados, en la misma noche electoral, Ignacio Camacho resumía así su parecer en ABC:
"No hay excusas, ni políticas ni sociológicas, para este clamoroso gatillazo que deja al Partido Popular, a Vox y a los segmentos sociales que los respaldan con el sabor amargo de un penalti fallado. (...) Su corta victoria frustra el relevo y obliga al PP a otra travesía del desierto, que esta vez promete ser aún más dura y con un horizonte mucho más incierto".
Esa misma noche, Inda publicaba en OKDiario un vídeo a modo de editorial analizando el fracaso del PP, al que acusaba de "hacer el ridículo con campañitas chorra como la de Verano Azul" que, a su juicio, "hicieron que la ciudadanía de centro-derecha se carcajease".
"En el PP tienen que hacérselo pensar, reflexionar, tomar medidas muy drásticas. Tienen que hacerlo muy rápidamente", reclamó.
Dos días después, en ese mismo portal, Teresa Giménez Barbat tildaba de "ridículo" a Feijóo por su estrategia con la ultraderecha. Así lo expresaba: "Si hasta Feijóo acusó a Vox de no «creer» en la violencia de género, como quien piensa en serio que a su adversario le gusta que se mate a las mujeres. Haciendo seguidismo de la demonización grotesca del «bloque progresista». Es ridículo. Y aquí tenemos el resultado de bailar al son de ellos. Feijóo no será presidente y Sánchez nos descubrirá que Puigdemont, en el fondo, pues no es tan malo".