Así reacciona Sánchez cuando es abucheado en Sevilla: "Tengo cosas que decir"
El presidente del Gobierno se ha tomado con "deportividad" los pitidos recibidos durante su visita a Dos Hermanas
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha acudido este lunes a Sevilla para poner la primera piedra en las obras de la segunda línea de metro de Sevilla (Línea 3). En dicho acto, el líder socialista ha tenido la oportunidad de encontrarse como el presidente de Andalucía, Juanma Moreno, aunque ambos han cruzado pocas palabras más allá del saludo protocolario. El proyecto tiene un presupuesto de 1.366 millones de euros y está cofinanciado por el Estado y por la Junta de Andalucía.
La banda sonora a este acto compartido la pusieron las decenas de vecinos de la barriada de Pino Montano, situados a izquierda y derecha de la carpa, quienes, entre unos y otros, pitaron a quienes comparecían, con especial énfasis en el presidente del Gobierno durante toda su intervención. En el acto tampoco se libró el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz (PP), por una reclamación vecinal de un colectivo que también dedicó silbidos al presidente de la Junta, aunque en menor medida.
Quienes pitaban a unos aplaudían a los otros. Los mismos que silbaron a Sánchez no dudaron en repetir con el ministro de Transporte, Óscar Puente, cuando se marchaba en el coche oficial tras el acto.
Tras dejar la capital de Sevilla, Sánchez ha acudido a visitar una promoción de viviendas sociales en Dos Hermanas, esa ciudad "talismán" para él que le impulsó para recuperar el poder en el PSOE contra Susana Díaz. Sin embargo, también ha recibido abucheos, gritos e insultos por parte de los trabajadores de la obra contigua al edificio que ha visitado.
Los obreros habían parado su trabajo para evitar el ruido de la obra y al final el sonido fue el de algunos silbidos y gritos hacia Sánchez, quien se lo tomó con deportividad y les pidió desde el atril que les escuchara. "Bueno, a ver, escuchadme. Que tengo cosas que decir", ha dicho. Después, ha continuado con su discurso pese a que los abucheos se han prolongado durante casi toda su intervención.