Adela, la autora de la viral carta sobre los jóvenes y la vivienda: "Es triste trabajar y no poder permitirme vivir con mi pareja"

Adela, la autora de la viral carta sobre los jóvenes y la vivienda: "Es triste trabajar y no poder permitirme vivir con mi pareja"

Su misiva publicada en El País denunciando que se veía obligada a regresar a casa de sus padres por no poder pagar el alquiler ha provocado un debate social y numerosas reacciones.

La carta que Adela escribió a El País

Este miércoles, el contenido más comentado de la edición impresa de El País no era una noticia ni un artículo de opinión, sino una carta a la directora publicada en la página 8 del diario. La firmaba Adela Domínguez Buján, madrileña de 26 años, que a través de su propia experiencia denunciaba el fracaso del sistema actual con los jóvenes, víctimas de la espiral ascendente de precios de la vivienda y de la falta de oportunidades. Su misiva decía lo siguiente:

"Acabo de cumplir 26 años y debo volver a vivir con mis padres. Tras tres años sobreviviendo al alquiler de un bajo interior de 50 metros cuadrados en Madrid con mi pareja, nos hemos cansado de pedir ayuda para llegar a fin de mes tras la imprudencia de salir a cenar un día. Tenemos que leer que somos unos egoístas, que no queremos formar una familia. El dedo acusatorio siempre apunta a mi generación, pero nadie piensa en por qué no nos casamos, por qué no compramos casas, por qué no tenemos hijos ¿Realmente es mío el fracaso o es de una sociedad donde cada vez es más difícil iniciar un proyecto de vida?"

En muy poco tiempo, la carta comenzó a viralizarse en redes sociales. José Luis Sastre, periodista de la Cadena SER, recogía sus palabras en el editorial de Hoy por Hoy junto a unos datos que sustentaban la queja de Adela. Pocas horas antes, se había conocido que alquilar una habitación en Madrid o Barcelona cuesta ya una media de 500 euros, o que el salario promedio de una persona joven en España es de 1.000 euros, cuando el precio medio del alquiler de una vivienda supera esa cifra.

Muchos jóvenes, en idéntica situación a la de esta madrileña, comenzaron a replicar en redes sociales la carta y hasta la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, aseguró en un tuit que, efectivamente, no se trataba de un caso aislado. "Es toda una generación la que el mercado de la vivienda expulsa y cuyo futuro roba", señalaba.

Horas después del boom mediático, Adela todavía sigue perpleja por la enorme repercusión que han tenido sus palabras. "Cuando la envié a El País ni siquiera esperaba que la fueran a publicar", admite en conversación telefónica con El HuffPost. Abrumada, la joven señala que decidió escribir la carta tras hablar con su amiga sobre esta precaria situación que le ha llevado a volver a casa de sus padres.

"Aunque tomé la decisión hace ya unos días, el tiempo no te quita esa sensación de frustración y de que estás dando pasos hacia atrás en tu vida. De hecho, cada vez que lo pienso me sigo cabreando", cuenta.

Adela trabaja en una agencia de comunicación y durante tres años ha "sobrevivido" con su pareja, como ella misma dice en la carta, "al alquiler de un bajo interior de 50 metros cuadrados en Madrid". Por este piso, ambos pagaban 1000 euros al mes. "Es muy triste saber que, aunque ambos trabajamos y tenemos ingresos, no podemos permitirnos vivir juntos. Es más, pese a no haber estado nunca en el paro y haber encadenado un trabajo tras otro, ni siquiera hemos sido capaces de ahorrar. El mes bueno, como mucho, nos sobraban 50 euros", señala.

En unos días, dejarán la casa en la que han vivido y se irán a la de los padres de Adela, en las afueras de la ciudad. Su propósito es aprovechar ese tiempo - "unos dos o tres años" - para ahorrar e intentar reunir el suficiente dinero para casarse o para dar la entrada de una vivienda. "Yo soy una afortunada porque mis padres siempre han estado ahí si les he necesitado. Otros, por desgracia, no tienen esa misma suerte", lamenta.

Adela compartía en su misiva una pregunta a modo de reflexión: "¿Realmente es tu fracaso o el de una sociedad donde cada vez es más difícil iniciar un proyecto de vida?" Le pedimos que ella misma conteste a su pregunta: "Al principio sí lo veía como mi fracaso. Pero hablando con amigos que están en la misma situación que yo o que ni siquiera se han podido independizar, descubres que es un problema de nuestra sociedad. El precio de la vida sube de tal manera que es muy difícil vivir dignamente. Por mucho que vayas progresando y tengas un sueldo mayor, te das cuenta de que la vida sube tres veces más rápido", señala.

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Adela lamenta, por ello, que el dedo acusatorio señale siempre a los jóvenes como culpables de esta situación. "A mí me hace gracia cuando leo en prensa que la última moda es ahora compartir piso o no comprarse un coche. O que nos gastamos el dinero en viajes. No, comparto una casa o renuncio a tener un vehículo porque no me lo puedo permitir. Y los pocos viajes que he hecho han sido con mi familia. Sin embargo, siempre se pone el foco en una generación dispuesta a trabajar y que ha estudiado bajo la promesa de que, si se esforzaba mucho, iba a tener un futuro mejor. La realidad es que la mayoría hemos ido encandenando contratos precarios o trabajos de becario. Y luego te acabas dando cuenta de que la situación, a la larga, no mejora. Empeora", denuncia.

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Licenciado en periodismo por la Universidad Carlos III. Actualmente, es redactor de política en El Huffington Post, tras nueve años como coordinador en ABC, cuatro como director digital en el grupo COPE y seis meses en Mediaset. Puedes contactar con él en javier.escartin@huffpost.es