¿Qué días hay más peligro de toparte con carabelas portuguesas en la playa?
Este pólipo -que no medusa- está aguando la fiesta a los bañistas en el Cantábrico sobre todo, donde hasta han tenido que cerrar playas por su capacidad urticante.
La carabela portuguesa inquieta a los bañistas cada vez más, sobre todo en las playas del norte de España. Son un problema molesto, que incomoda a los veraneantes e impide el desarrollo tranquilo de un día de playa y baños. Se acumulan los casos en Cantabria, Asturias y el País Vasco, sobre todo, hasta el punto de que ha habido que cerrar temporalmente algunos arenales, ya que es un tipo de pólipo -que no medusa- especialmente peligroso por su capacidad urticante.
Las reacciones al contacto con esta especie, son variadas y pueden ser muy simples o hasta mortales, dependiendo del caso. "Es muy peligroso tocarlas porque precisamente dependiendo del sistema inmunológico de cada persona, ocasionará reacciones muy diversas, desde una simple quemadura o reacción alérgica hasta un colapso total del organismo mediante un choque anafiláctico o una parada cardiorespiratoria en casos más extremos", como explica al diario El Comercio el coordinador y fundador de la Red de Varamientos de Mamíferos Marinos de Asturias, Luis Laria.
Conforme pasan los días aprendemos más de este animal. Una de las cosas que es importante saber es que su presencia depende mucho del tiempo que haga y que hay días más o menos peligrosos. Sobre todo, de la temperatura del agua y de las borrascas.
En España, informa Telecinco, una de las regiones que más acostumbrada está a ver la carabela son las Canarias, ya que se mueven en aguas cálidas alrededor del mundo, principalmente en zonas tropicales y subtropicales, y más en los océanos Pacífico e Índico. En las islas afortunadas son habituales entre enero y junio. Sin embargo, puntualmente se nota su presencia en el Océano Atlántico e incluso en el Mar Mediterráneo. Es lo que está pasando en este verano.
El cambio climático, las borrascas y el descenso de las tortugas marinas -una especie amenazada que se alimenta de medusas y de este tipo de pólipos-, podrían estar detrás del aumento de la carabela portuguesa en las costas peninsulares, según explicó a la agencia Efe el biólogo de la Coordinadora para el Estudio de Mamíferos Marinos (CEMMA) Alfredo López.
Este año estamos observando una anomalía de la temperatura del Atlántico, especialmente en su franja norte, que es muy atípica. Estas aguas inusualmente cálidas en latitudes tan altas podría ser una de las explicaciones al aumento de la carabela portuguesa en el Cantábrico. "Normalmente las medusas que llegan son veleiriños (velella velella) y, en el medio, alguna otra especie como la carabela portuguesa”. Pero este año se ve que hubo alteraciones", detallaba ya en enero.
Además, estas medusas dependen enormemente del comportamiento de las borrascas, que generan corrientes marinas. Las masas de aire oceánicas arrastran las medusas hacia la costa.
Por tanto, podríamos decir que en los días en que las aguas cantábricas están más caldeadas, con temperaturas en torno a 24 grados centígrados o más, y que los vientos costeros favorecen la llegada de estas medusas, arrastrándolas desde aguas subtropicales.