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La playa española considerada la mejor del mundo decide talar sus árboles

La playa española considerada la mejor del mundo decide talar sus árboles

'Apocaeulypto'.

Imagen de archivo de las Islas Cíes (Galicia).Ian Murray via Getty Images

La temporada de visitas a uno de los mayores parajes naturales no sólo de Galicia, sino de toda España, ya está en marcha con novedades. Se trata de la afluencia de visitantes a la joya del Parque Natural de Illas Atlánticas, las emblemáticas islas Cíes, que conforman dicho terreno protegido junto a las islas Ons y la isla de Sálvora.

Según recoge el diario gallego Atlántico, las Cíes ya acumulan un millar de reservas de cara a Semana Santa, antes del plato fuerte de la temporada, los meses de verano en los que siempre suelen completarse las plazas de visitas diarias -la visita está restringida con aforo para preservar el entorno natural y en el pasado la Xunta ha llegado a sancionar a navieras por sobrepasarlo-.

Con todo, hay una novedad respecto a una zona especialmente concurrida, la del camping, justo en la zona de las tiendas. Donde antes se levantaban grandes eucaliptos, ahora solo quedan los tocones, después de que hayan sido talados. Eso sí, se mantienen los pinos.

Una especie pirófita y que seca el terreno

Cabe recordar que esta iniciativa de retirada de eucaliptos y otro tipo de acacias forma parte de la política natural del parque, que apuesta por sus sustitución por otro tipo de especies autóctonas más adecuadas para el entorno medioambiental. En esa línea, también es necesario destacar que el eucalipto, a pesar de su alto nivel de presencia en la comunidad gallega como recurso rápido de venta para pasta de celulosa, se trata de una especie considerada nociva para el bosque gallego.

El árbol, natural de Australia, destaca por sus propiedades pirófitas -se hace más fuerte y se expande más rápido tras los incendios-, pero también por su alto nivel de consumo de agua que arrebata a otro tipo de variedades autóctonas, desplazándolas. Su presencia también contribuye a secar y desertificar el terreno, impulsada por sus largas raíces que acaban enmarañando el terreno.