El gigantesco árbol español que empeora la sequía al beberse el agua ajena
Está declarado como especie invasora desde 2017.
El eucalipto es uno de los árboles más comunes del paisaje de la península ibérica, especialmente en el norte de España y en zonas como en Galicia, Cantabria y Asturias. Se introdujo a finales del siglo XIX debido a su idoneidad para producir celulosa y su crecimiento rápido.
Sin embargo, con el paso del tiempo se han ido identificando los daños que producen estos árboles al ecosistema. Según la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife), el eucalipto "consume una gran cantidad de agua y reduce notablemente la biodiversidad".
Desde la ONG recuerdan que estos árboles son materia prima para la fabricación de celulosa, "altamente contaminante para los ríos y la atmósfera". Además, destacan la concentración en Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco donde se encuentran 300.000 hectáreas, de las 760.000 de toda España. Ejemplo de ello es el Souto de Retorta, en Viveiro (Lugo), donde se encuentran los ejemplares más altos y antiguos de eucaliptos de toda Europa, donde alcanzan los 80 metros.
Esta superficie, lejos de mantenerse no deja de expandirse, amenazando con ocupar el territorio de antiguos pastos y matorrales de gran importancia para la biodiversidad y el paisaje, y convertir los paisajes cantábricos en un gigantesco cultivo industrial", apuntan desde la ONG, tal y como recogen medios como RTVE.
Un dictamen del Comité científico del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de 2017 calificaba al eucalipto de especie invasora que ponía en riesgo la biodiversidad y las especies autóctonas.
Entre otros riesgos, destacaban el alto consumo de agua por parte de estos ejemplares, impidiendo que crezca cualquier otro tipo de planta en el suelo, así como la alteración química del mismo debido a los componentes que segregan y la dificultad de descomposición de la hojarasca.
Del mismo modo, acaban con la biodiversidad de los paisajes, acabando con especies locales como robles, hayas o pinos, perdiendo además la convivencia con animales, aves y otros árboles.
"Los eucaliptales tienen elevada susceptibilidad a arder, lo que puede explicarse por la acumulación de hojarasca y la presencia de aceites inflamables, que aumentan la carga combustible", destacan desde el comité.
Además, se alerta del alto consumo de agua de estos ejemplares, que secan el resto del territorio para otros árboles. Según indicaron a iAgua Ecologistas en Acción, "si en cada hectárea caben 1.400 eucaliptos, lo que sería un consumo de 42.000 litros de agua/hectárea/día".