Alerta máxima marítima por el avance del cinturón de sargazo
Este fenómeno, habitual cada año, se ha disparado en 2023, multiplicando sus riesgos.
La última amenaza natural no viene por el aire, sino por el mar. Se trata del fenómeno conocido como "el cinturón de sargazo", que es nada menos que un enorme frente de algas marinas que se extiende por más de 8.000 kilómetros.
No es nada nuevo, porque esta vasta masa de algas que se desplaza anualmente desde las costas de África Occidental hasta el Golfo de México, pero en 2023 ha alcanzado proporciones nunca antes vistas: más de 8.800 kilómetros y de 10 millones de toneladas de peso, según recoge National Geographic.
El sargazo es un tipo de alga fundamental en su papel habitual de hábitat para la vida marina. Pero con su desplazamiento masivo hacia las costas arrecian los peligros, porque tras 48 horas de haber llegado a la costa, estas algas liberan toxinas como el sulfuro de hidrógeno.
Más allá del reconocible olor desagradable, este elemento puede provocar dolores de cabeza, malestar estomacal o irritación ocular entre los habitantes de las zonas alcanzadas, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (los CDC).
Sus efectos ya pueden verse en costas como los de México, como se recoge en este TikTok compartido por el usuario Chacho Rivera:
A nivel natural, también afecta a la flora y fauna marina. La concentración masiva de sargazo puede provocar la disminución del oxígeno en el agua, llevando a la muerte a organismos marinos, con el consiguiente destrozo a los ecosistemas.
Además, como añade el portal Clima, al tocar las costas altera el balance de pH y afecta al flujo de agua a centros de desalinización.
National Geographic plantea que, si bien los científicos siguen intentando descubrir las causas exactas de la expansión de este alga, lo más probable es que se deba a una combinación de factores.
Entre ellos, el aumento de las temperaturas oceánicas debido al cambio climático, cambios en los patrones de corrientes marinas y de vientos y el incremento en la cantidad de nutrientes en el océano, como el nitrógeno y el fósforo.