Móntate una Nochevieja 'Black'
Si algo ha sido el 2014, es el año de la corrupción. Así que te hemos preparado un fin de año inspirado en las famosas tarjetas black -más de 15 millones de euros en gastos personales- y en las cacerías púnicas. Tú, precisamente tú, no tienes por qué ser menos que esa panda que pasa alegremente las tarjetas opacas por los terminales de VISA en los comercios con más caché.
Si algo ha sido el 2014, es el año de la corrupción. Así que te hemos preparado un fin de año inspirado en las famosas tarjetas black -más de 15 millones de euros en gastos personales- y en las cacerías púnicas. Tú, precisamente tú, no tienes por qué ser menos que esa panda que pasa alegremente las tarjetas opacas por los terminales de VISA en los comercios con más caché, hoteles y restaurantes de lujo, convencidos de que están en su derecho a fundirse el dinero de los millones de personas que confiaron sus ahorros a la que muchos tenían por la mejor caja del país, porque es un privilegio inherente a su estatus. Los Blesa, los Granados, los Arturo, los Rato, los Iranzo, los Ildefonso S.Barcoj o los Spottorno no van a ser más que tú. Y además, no te creas, iban de primorosos por Loewe, Yusty o Hackett o a comer a Horcher y Lucio, pero también acababan en Leroy Merlin (alguno le daba por el bricolaje) o Women´s Secret, lugares no imposibles para tus bolsillos.
Las detalles de las tarjetas demuestran la uniformidad en las compras y un patrón bastante común de gasto. Cualquiera sería más imaginativo, pero son hombres de negocios y no tenían tiempo de ser originales. Por eso coincidían hasta en las tiendas que visitaban. Mención aparte merecen las dos mujeres de la lista. Una, la fallecida diputada del PP, Mercedes de la Merced, que tuvo un toque diferente al darse el capricho de unos manolos -los zapatos del exclusivísimo Manolo Blahnik-, y Carmen Cafranga, la amiga de Ana Botella, Esperanza Aguirre y de la mujer de Granados, que durante tres años se pagó el abono a los toros con la tarjeta opaca.
Para una nochevieja auténticamente black, puedes organizarte una fiesta de ski -como les gustaba a los peces gordos de Bankia o montarte una cacería, para lo que tendrías que pasar por La Armería de Madrid, la preferida de Blesa, y donde puedes vestirte de cazador, escopeta incluida, claro está. Otra opción es perderte un exclusivo destino paradísiaco, eso sí, contratado con Viajes El Corte Inglés, que se ve que les procuraba seguridad. Lo de sacar los billetes por Internet no encaja con tener black.
Si lo de viajar para fin de año no te mola, opta por comenzar el día en un spa para relajarte y luego pasa por a la peluquería para dar el toque festivo a los cuatro pelos que te quedan. Hay que celebrar que por ahora no has entrado en la cárcel, lo cual no es ninguna bobada. En el spa puedes ya meterte entre las burbujas con la copa de champagne en la mano, que se vea que manejas. El champagne, de Lavinia, por favor, que es la bodega preferida de los black, pues en esta selecta tienda de vinos francesa ubicada en la milla de oro madrileña disponen de las mejores botellas.
No hay que olvidar que el alcohol causa estragos en la potencia sexual, y si ya tienes una edad -algo habitual entre los consejeros de Bankia con plástico opaco- conviene que te repongas en la farmacia las cajas de viagra. Al salir de la farmacia, puedes pasarte por alguna de las joyerías preferidas de estos señores como Suárez, Vendrell o Tiffanys. Es que estás que lo tiras. O dirigirte a Loewe o Louis Vuitton, para adjuntar un detallito con las uvas. Naturalmente, todo está a tiro de piedra, en la milla de oro de Madrid, entre Ortega y Gasset y Serrano. Hay que responder en una noche tan especial, donde las compras en lencería fina y joyería están al cabo del día, sobre todo ahora que estamos jugando a que eres beneficiario de una tarjeta opaca. No hace falta recordarte que bragas o calzoncillos rojos resultan imprescindibles si quieres empezar el año con suerte. Y si algo necesitan es suerte en el 2015, aunque seguro que les sonríe más la fortuna que a los que han hurtado un pollo.
A media tarde, prepárate un whisky o un gin-tonic cargado de botánicos, mientras te enfundas en un smoking de Hackett, Carolina Herrera o Yusty -sastrería madrileña en la que se daban cita buena parte de los beneficiarios de las tarjetas- y atas los cordones de tus zapatos Oxford de Carmina Albadalejo, o cálzate unos cómodos mocasines de Tods.
Si eres mujer -esposa, madre, hija o amiga de un black- deberás conformarte con los regalos que te hagan. Los bolsos de Loewe, los pañuelos de Hermés, la ropa interior de Oysho, Woman´s Secret -nivel popular- o La Perla -nivel exclusivo- que adquirieron algunos de los más de 80 titulares no tenían por qué ser elección directa. La predilección por grandes marcas como Gucci o Prada y las joyas a tutiplén contribuyen a dibujar el perfil de quienes consideran que lo valioso de un regalo es su precio. Vestirse al dictado de los recibos de las Black siendo fémina supone mucho adorno y poca tela, con excepción del plumeti y el encaje.
Con plumeti o sin él, no te rindas. Ya ves, echa un poco de imaginación, algo de humor y si quieres, haz una peineta a la hora de disfrazarte de corrupto black, y pide que el 2015 les sitúe donde se merecen.