Los indecisos ¿ya lo tienen claro?
Si algo ha logrado el debate de los cuatro candidatos es que en ninguno de los grupos de whatsapp de nuestro pequeño mundo se haya producido ni un solo comentario. Raro raro. El buscador de Google demuestra que los mensajes principales de cada candidato han ocupado ya numerosos titulares. Seis meses después del 20-D ya no sirve ponerse o quitarse la corbata para convencer a los votantes.
Si algo ha logrado el debate de los cuatro candidatos es que en ninguno de los grupos de whatsapp de nuestro pequeño mundo se haya producido ni un solo comentario. Raro raro. O los amigos y conocidos estaban absortos siguiéndolo o no ha habido nada que les haya impulsado a comentar. Y eso que esta misma mañana en varios de esos grupos había indecisos que trataban de chequear qué papeleta estaban pensando en elegir los suyos el 26-J, buscando argumentos para votar que a ellos no se les hubieran ocurrido.
¿Hemos escuchado algo que no hubiéramos oído ya? Desde los dos millones de trabajos que ha prometido Rajoy al "no habrá líneas rojas en una negociación para un acuerdo de Gobierno" de Iglesias, o al "si no ha habido un gobierno progresista la culpa es de Podemos" de Sánchez y el "hay que acabar con la corrupción en el PP" de Albert Rivera señalando directamente al presidente. El buscador de Google demuestra que los mensajes principales de cada candidato han ocupado ya numerosos titulares.
Seis meses después del 20-D ya no sirve ponerse o quitarse la corbata para convencer a los votantes. Ha habido tiempo de intuir el alcance de las promesas que se hicieron entonces. La voluntad pactista y las buenas maneras que Rivera e Iglesias exhibieron en campaña para poner distancias con los viejos partidos, PP y PSOE, son parte del pasado.
El líder de Ciudadanos ha salido a matar, llevaba la lección aprendida a pesar de que Rajoy hiciera lo imposible por presentarle como un becario que aspira a un puesto para el que no está preparado con su "aquí no se viene a hacer prácticas, se viene aprendido". La corrupción ha sido trending topic y el tanto se lo ha apuntado el aprendiz. Los múltiples post it no le han servido al presidente para plantar cara a quien atrae el voto joven de centro derecha.
"Qué España siga unida de alguna manera". Una frase inconcreta con la que Pablo Iglesias ha despachado el espinoso asunto de la presión de sus socios catalanes para imponer la consulta como una línea roja. El hombre que susurraba a Pedro Sánchez "no soy el rival Pedro, el rival es Rajoy", ha insistido en transmitir la idea a los votantes de que el culpable de que no haya un gobierno PSOE-Podemos ha sido el líder socialista y no él.
El caso de Pedro Sánchez es un misterio por resolver. No logra conectar con el electorado. Da igual que se lo prepare y logre defender sus propuestas con solvencia. Ni la presencia de su mujer Begoña a su lado consigue empatizar.
Por favor, que levante la mano el que antes del debate albergaba dudas y dos horas después tenga claro su voto.