Que gane el 'Sí' para que ganemos todos
El 27S se ha llamado a las urnas, y el principal motor de cambio tiene un nombre, Junts pel Si. Las elecciones serán un primer paso de la constitución de un nuevo país. ¿Por qué no podemos hacer dos países mejores en lugar de seguir apostando por un sólo país dónde lo único que se quiere mantener son las desigualdades y las prebendas de algunos?
El próximo domingo, los catalanes estamos llamados a las urnas para las elecciones más decisivas que vivirá nuestro país en años. Son muchas las lecturas que se han dado a la cita del próximo domingo 27 de septiembre. Una de las que más habitualmente hacen los poderes del Estado español es que es un ataque contra España y contra sus ciudadanos, una lectura interesada hecha por aquellos que realmente temen perder aquello que realmente les preocupa, su cuota de poder.
La lectura que no quieren hacer es que el próximo 27S puede también ser el principio de algo muy importante para España. Una victoria de Junts pel Sí supondrá agitación en Madrid y en las principales atalayas de poder del Reino de España. Si se quisiera, sería una gran oportunidad para todos los españoles, porque abriremos una brecha de esperanza y cambio. De nuestra revolución democrática puede nacer una que afecte al resto del Estado. Lo hemos dicho siempre, nosotros no la hacemos contra nadie, sino en pro del pueblo de Catalunya, y esperamos que sea también el punto de inflexión que hace tiempo que necesita España. La victoria del 'Sí' obligará a España a replantearse, a mirarse al espejo. Del mismo modo que los catalanes empezaremos un proceso constituyente, esperamos que los españoles decidan hacer lo mismo.
Como es sabido, muchos catalanes vieron que no había otra salida que la independencia tras la sentencia del Estatut dictada por el Tribunal Constitucional. La caída del caballo de muchos, pero no el único. Ni tampoco fue entonces cuando paró lo que muchos vemos como un ataque. Las políticas recentralizadoras que podrían tener el máximo exponente en los ataques contra la inmersión o el continuado menosprecio a las propuestas para hacer una consulta legal y acordada nos han traído a este 27S que supondrá hacer el referéndum que no nos dejaron.
El súmmum de este distanciamiento se ha vivido en los últimos días de campaña con la ristra de amenazas de todos esos poderes vinculados a intereses de los partidos dinásticos españoles han lanzado. Lo han hecho de manera coordinada, a una por día, como si fueran parte de la campaña de algunos partidos.
¿Pero qué queremos los catalanes con la independencia? A partir del lunes próximo, los catalanes queremos empezar a hacer un nuevo país, a ejercer nuestra soberanía sin tutelas. Queremos que la sacudida suponga también mover los cimientos de un Estado que paga submarinos que no flotan o proyectos fallidos como el Castor. Queremos un país donde la amenaza no sea la única respuesta a la democracia.
Queremos empezar un nuevo país, y eso pasa por poner la democracia y la decisión libre de los catalanes en primer lugar, sí. Y España es quien decidirá si lo convierte en una crisis o en una oportunidad. ¿De veras creen que todos los que hasta hoy no han hecho más que amenazar con las plagas bíblicas demuestran algún interés en un país mejor?
El 27S se ha llamado a las urnas, y el principal motor de cambio tiene un nombre, Junts pel Si. Las elecciones serán un primer paso de la constitución de un nuevo país. ¿Por qué no podemos hacer dos países mejores en lugar de seguir apostando por un sólo país dónde lo único que se quiere mantener son las desigualdades y las prebendas de algunos? Se puede crear un Estado que no luche en contra de las propuestas surgidas de Catalunya o seguir con el actual sistema en el que el establishment puede esconderse detrás de varias marcas para que todo cambie y que todo siga igual. La Republica Catalana Sí Se Puede, y será la mejor aliada, si los españoles así lo deciden, de la futura Republica Española.