No se puede vivir bajo las bombas
"Una respuesta humanitaria eficaz se convierte en una mera ilusión cuando persisten los bombardeos, que obstaculizan las entregas, y cuando sólo se permite una ayuda mínima", suscribe una veintena de ONG en esta tribuna de opinión.
Señor Pedro Sánchez, le rogamos que siga tomando medidas inmediatas para alcanzar un alto el fuego en Gaza, el único recurso para defender el derecho internacional humanitario y salvaguardar la vida de las personas.
Las organizaciones que trabajamos con el pueblo palestino nos hemos unido en un llamamiento a la comunidad internacional: es imperativo un alto al fuego urgente y duradero. Es el único recurso para preservar vidas, garantizar el flujo ininterrumpido de ayuda humanitaria y poner fin a las violaciones del Derecho Internacional Humanitario (DIH). Gaza se está transformando rápidamente en un vasto cementerio, y España tiene la responsabilidad, como parte de la comunidad internacional, de exigir a las partes en conflicto salvaguardar a la población civil.
En Gaza, ya no se existen las condiciones más básicas para la supervivencia humana. El sistema sanitario ha colapsado, los pocos centros de salud y hospitales que siguen funcionando están abarrotados. El personal médico, exhausto, atiende a pacientes en el suelo y realiza intervenciones quirúrgicas sin anestesia. Estos lugares, que además acogen a personas desplazadas en sus inmediaciones, enfrentan continuamente ataques.
La población subsiste con una sola comida al día y consume agua salobre. Unos 1,9 millones de personas se han tenido que desplazar, huyendo de los bombardeos sin ningún lugar seguro al que ir. Mujeres y menores duermen en coches, en la calle o en refugios precarios. La amenaza inminente de epidemias se cierne sobre la población, que podría cobrarse todavía más vidas. Los niños, las mujeres embarazadas y lactantes y las personas con discapacidad son las que soportan la carga más pesada en estas terribles circunstancias. Las condiciones actuales en Gaza son sencillamente insostenibles.
Ya advertimos de las graves repercusiones del bloqueo total iniciado por el Gobierno israelí el pasado 9 de octubre, con las consiguientes restricciones a la entrada de ayuda humanitaria. Sin embargo, las consecuencias son mucho más devastadoras de lo que habíamos imaginado. Lo que se está perpetuando ante los ojos de la comunidad mundial es una catástrofe que, además de miles de víctimas inocentes, dejará profundas secuelas en el pueblo gazatí.
A pesar de las claras directrices marcadas por el DIH, que afirma que incluso las guerras tienen reglas, Gaza es un claro ejemplo del desprecio por estos principios. La trágica pérdida de vidas civiles, especialmente de mujeres y menores, pone de manifiesto la innegable incompatibilidad entre la defensa del DIH y la persistencia de las operaciones militares en Gaza.
Las bajas y la destrucción generalizada de barrios residenciales, campos de personas refugiadas, hospitales, escuelas y lugares de culto en este enclave densamente poblado, sometido a un severo bloqueo durante dieciséis años, no pueden considerarse meros daños colaterales.
Un alto el fuego duradero es imperativo para la supervivencia de 2,2 millones de gazatíes. Las órdenes de evacuación del Ejército israelí han obligado a la población del norte de Gaza (1,1 millones) a huir hacia el sur, donde es prácticamente imposible tener condiciones de seguridad y prevalecen las condiciones de hacinamiento e insalubridad. Es crucial subrayar que ningún lugar de Gaza es seguro en la actualidad, incluso las "zonas seguras" designadas por el Ejército israelí siguen siendo susceptibles de sufrir ataques y son incapaces de albergar a los 1,9 millones de personas desplazadas. Aunque la pausa de 7 días de finales de noviembre proporcionó cierto alivio a la población, no permitió a los actores humanitarios atender adecuadamente las inmensas necesidades ni llevar a cabo investigaciones exhaustivas sobre los posibles crímenes de guerra cometidos por ambas partes.
No podemos prestar ayuda bajo las bombas. Una respuesta humanitaria eficaz se convierte en una mera ilusión cuando persisten los bombardeos, que obstaculizan las entregas, y cuando solo se permite una ayuda mínima a través de un único paso restringido, mientras que el amplio asedio israelí obstruye la entrada de suministros esenciales como agua, alimentos, combustible y electricidad. Pedimos urgentemente la apertura de todos los pasos fronterizos, incluido Kerem Shalom, para facilitar la entrada tanto de ayuda humanitaria como de mercancías comerciales. Diariamente se pierden cientos de vidas, cada una de ellas evitable si se hubiera aplicado un alto el fuego.
En ausencia de una intervención diplomática enérgica que obligue a las partes en conflicto a un cese total de las hostilidades, la crisis humanitaria en la Franja de Gaza está a punto de entrar en un punto sin retorno. Instamos al presidente Pedro Sánchez a que siga aprovechando aproveche su papel al frente de la Presidencia del Consejo de la Unión Europea para hacer valer, en los términos más enérgicos, la influencia diplomática del Estado Español y de la UE sobre todas las partes implicadas. Esta presión es vital para defender el derecho internacional humanitario y garantizar un acuerdo de un alto el fuego inmediato y duradero de todas las partes.
FIRMAN:
La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo
Médicos del Mundo
Mundubat Fundazioa
Alianza por la Solidaridad-ActionAid
Amnistía Internacional España
Educo
Asamblea de Cooperación por la Paz
Medicusmundi
Movimiento por la Paz, MPDL
Oxfam Intermon
Escola de Cultura de Pau de la Universitat Autònoma de Barcelona
WILPF España
Asociación Española de Investigación para la Paz (AIPAZ)
Asociación Ayudemos a un Niño
Save the Children
Farmamundi
ONG Rescate
Instituto Novact de Noviolencia
Lafede.cat-Federació d'organitzacions per a la Justícia Global
Centre Delàs d'Estudis per la Pau
Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH)