Hay que topar el uso de "topar"

Hay que topar el uso de "topar"

Con lo que el lenguaje nos ha dado, no se merece que lo tratemos así.

Pedro Sánchez, Nadia Calviño y Yolanda Díaz, en una imagen de archivo en el Congreso.Eduardo Parra/Europa Press via Getty Images

Por favor, topemos el uso de topar. Lo suplico. Al menos durante los informativos de las nueve de la noche, que los escucho mientras ceno. Con lo que el lenguaje nos ha dado, no se merece que lo tratemos así. ¿Qué le ha pasado a “poner un tope”, que ya nadie lo quiere? No decimos “voy a calcetinearme” para señalar que nos vamos a poner los calcetines. Cuando el gobierno regula el horario comercial de los establecimientos no los horea ni los cierrea. Poner gasolina al coche no es gasolinearlo. 

Si no usamos ningún término para indicar la acción de poner un tope inferior a algo, ¿por qué hace falta un término para indicar la acción de poner a ese mismo algo un tope superior? ¿Cómo? ¿Cómo dice usted? ¿“Topar por abajo"? Fuera de clase.

Como el que más, nuestro país ha tenido una historia compleja desde tiempos inmemoriales. Hemos atravesado tormentas y huracanes, hemos protagonizado hechos gloriosos y otros infames, hemos estado al borde de la desaparición. No formamos un bloque monolítico, por eso es tan difícil quebrarnos. Somos una sociedad mestiza, fronteriza y variada. Y siempre, incluso en los momentos más difíciles, hemos conseguido salir adelante sin la necesidad de la palabra “topar” —tampoco hemos necesitado nunca “emplatar”, aunque eso será tema de otra columna—. ¿Por qué ahora? ¿Por qué ahora echar por la borda este legado de siglos diciendo “confío en que el año que viene toparemos ciertos productos esenciales”? Atención, se viene un largo paréntesis.

(¿Alguien me puede explicar por qué todos los verbos nuevos que se forman lo hacen en la primera conjugación? ¿Por qué “topar” y no “toper” o “topir”? ¿Por qué “muy bueno eso que tuiteaste” y no “muy bueno eso que tuiteíste”? “Estaba zapeendo en casa cuando…”. Basta de invisibilizar a la segunda y tercera conjugación. Las conjugaciones que no se nombran no existen. Reivindiquemos el uso de “chateír”, “viralicer” y “googleer”. “Acaba de aparecer un nuevo Messenger. Googleedlo y veréis qué bien chateís. Se va a viralicer”. “La comunicación se ha empobrecido entre los jóvenes desde que están todo el día whatsappeíndo”. Confieso que mi repelús ante “topar” se atenuaría si la frase del político fuera “Confío en que el año que viene topiremos ciertos productos esenciales”. Fin del largo paréntesis).

Sustituiremos las mascarillas por los tapones para los oídos. Esperemos que no suban su precio de golpe

“Poner un tope” es preciso, bello, familiar. “Poner un tope” es un viejo conocido con el que nos cruzamos por la calle y nos hace sentir que estamos en casa. “Topar” es un macarra que pasa con el tubo de escape suelto. “Topar” es ese snob afectado que se acerca demasiado al hablar y nos coge del brazo. No todas las epidemias son de virus, aunque el incremento de casos que estamos sufriendo sugiere que el uso de “topar” se transmite por aerosoles como el covid. 

Los informativos deberían abrir sus titulares señalando el número de casos registrados cada día entre las clases políticas y periodísticas. Sustituiremos las mascarillas por los tapones para los oídos. Esperemos que no suban su precio de golpe. No vaya a ser que al llegar a la farmacia nos topemos con que hay que topar los tapones.

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Licenciado en Filosofía y doctor en Psicología. Es profesor titular de Psicología Clínica de la Universidad de Oviedo desde antes de que nacieran sus alumnos actuales, lo que le causa mucho desasosiego. Durante las últimas décadas ha publicado varias docenas de artículos científicos en revistas nacionales e internacionales sobre psicología, siendo sus temas más trabajados la conformación del yo en la ciudad actual y la dinámica de las emociones desde una perspectiva contextualista. Bajo la firma de Antonio Rico, ha publicado varios miles de columnas de crítica sobre televisión, cine, música y cosas así en los periódicos del grupo Prensa Ibérica, en publicaciones de 'El Terrat' y en la revista 'Mongolia'.