Defender las ideas con las que no acabaron en Utøya

Defender las ideas con las que no acabaron en Utøya

"El combate ideológico es más importante que nunca, en especial para una generación de jóvenes que no sabe que detrás del uso ultra de la palabra ‘libertad’ se esconde una idea de mundo basada en la 'Ley de Jungla'"

Señales en la isla de Utøyadpa/picture alliance via Getty I

¿Qué lleva a un fanático a intentar matar a sangre fría a más de 650 jóvenes que se formaban en política? Hace 13 años, tal día como hoy, Anders Breivik se llevó por delante la vida de 69 jóvenes laboristas en la isla de Utøya. Un golpe durísimo para miles de jóvenes socialistas que cada verano, durante estas semanas, solemos reunirnos en Escuelas de Verano para inventar nuevos caminos desde la izquierda. Pero, ¿qué hizo ‘click’ esa mañana de julio en la cabeza de Breivik para que la radicalización en las ideas se tradujera en balas?

Fue el odio, un virus con el que juega el populismo y que en su última instancia desemboca en masacre. Pasó en Utøya en 2011 y se cultiva a diario en pleno 2024 a través de espacios físicos o digitales cuyo único objetivo es que nadie participe en política o, si lo hace, trabaje para destruirla por dentro. En eso se basa la ultraderecha, en azuzar el revanchismo contra gente que no hace nada más que ejercer sus derechos. La consecuencia de esa revancha quita los complejos a los matones de extrema derecha que aún ocupan cargos en gobiernos locales y, a su vez, también influye en el marco mental de la ya añorada ‘derecha moderada’ con la que se divorcian parcialmente aunque siguen manteniendo una compartida agenda reaccionaria.

Es una excelente noticia que negacionistas del feminismo o terraplanistas del Estado del Bienestar dejen de condicionar la vida de mujeres o de personas que solo tienen la política para poder ejercer un proyecto de vida digno. Sin embargo, el combate ideológico es más importante que nunca, en especial para una generación de jóvenes que no sabe que detrás del uso ultra de la palabra ‘libertad’ se esconde una idea de mundo basada en la “Ley de Jungla”, en generar una atmósfera que ayuda a las grandes fortunas a comprar y denigrar la decencia de personas vulnerables y, a su vez, mira hacia otro lado cuando a esas mismas personas el sistema las fuerza a venderse.

Por eso, cuando nos piden que abandonemos el argumento de “que viene la ultraderecha” debemos recordarles que ya ha llegado, actualmente campa a sus anchas en demasiados países en el mundo. La infección provocada por la deriva antidemocrática es global, pero las consecuencias se viven en el día a día de jóvenes que tienen que soportar el regreso de argumentos como "con las dictaduras vivíamos mejor” o “nos hemos pasado en ampliar derechos”. Aviso a navegantes: ni son corrientes mayoritarias, ni se traducen en amplios resultados electorales en jóvenes; sin embargo requieren de un análisis profundo porque actúan como “Caballo de Troya” de las termitas democráticas cuyo objetivo es tumbar todas las reglas del bienestar y, una vez eliminadas, poder convertir a los países en un Monopoly o parque de atracciones basado en que el joven se esfuerce, sufra y viva explotado para triunfar, una falsa meritocracia precursora de sociedades desiguales que destrozan la vida a jóvenes de barrio y dopan al hijo del señorito.

Y en esto, como en todo, la actitud es la respuesta. Es hora de un gran pacto intergeneracional que se centre en elevar inmediatamente el poder adquisitivo de la generación Z y que haga de la vivienda un estandarte para que nadie deje de creer en la política. Llegando a donde haga falta, con la valentía de aquellas abuelas o padres que salieron a las calles a defender una nueva etapa en España durante la transición. Nos la jugamos y es un imperativo moral acertar. Tenemos que hacerlo bien por la memoria de los demócratas que una mañana de julio perdieron su vida en Utøya por simplemente querer mejorar la de los demás. 

Espacio Eco
Un proyecto de Espacio Eco

Víctor Camino es diputado socialista en el Congreso por València y Secretario General de Juventudes Socialistas