Las cinco propuestas teatrales que no te puedes perder en mayo
Aunque con menos propuestas que en abril, la cartelera ofrece opciones interesantes.
Con una cartelera algo más calmada que el mes de abril, seguramente porque se le ven las orejas al verano con este calor, se hace un poco más fácil la selección para mayo que en el mes anterior. Y, aunque seleccionar obliga a dejar cosas muy interesantes a un lado (como el restreno de Supernormales en el Teatro Valle-Inclán), aquí van las propuestas:
El paraíso perdido, Andrés Lima nos lee un clásico en términos contemporáneos
Si al clásico y bellísimo poema de Milton, El paraíso perdido que aparece en el título, se le añaden los nombres de Andrés Lima, como director, y Pérez Arquillué, en el papel de Dios, díganme quién no se apunta a esta propuesta.
¿Y que de qué va esta historia? De la pérdida del paraíso terrenal. El destierro de Adán y Eva por pecar. Un pecado consistente en elegir el conocimiento frente a la ignorancia. Y de la caída de un ángel que se convertirá en Satanás. El demonio.
Historia que también se quiere aprovechar para hacer un homenaje a los intérpretes. A su capacidad de transformación y de transformar la realidad.
Del 5 de mayo al 18 de junio en el Teatro Valle-Inclán.
Falsestuff. La muerte de las musas, lo nuevo de Nao Albet y Marcel Borrás
Si hay alguien que rejuvenece la platea de los teatros nacionales es sin duda este dúo. Además de que sus locuras ponen muy cachonda a la crítica que habitualmente los suben a las nubes y los altares. Así que, esta obra hará que el Teatro Valle-Inclán del Centro Dramático Nacional sea parada teatral obligada de este mes.
Obra en la que seguirán haciendo humoradas sobre lo que es auténtico y falso. Como en las dos anteriores. Con una técnica teatral impecable con la que en sus espectáculos anteriores jugaron libremente haciendo reír al personal.
Esta vez la pregunta es ¿se puede falsificar una obra de teatro? Y ¿en esa falsificación se puede superar al original? Preguntas que surgieron de ver varios montajes teatrales que en corto espacio de tiempo usaban los mismos recursos escenográficos ¿Se copiaban unos a otros? ¿Se falsificaban? ¿Tendrán respuestas todas estas preguntas?
Del 12 de mayo al 25 de abril en el Teatro Valle-Inclán.
Festival Madrid en danza, vuelve el clásico de la danza a Madrid
35 ediciones de danza son muchas ediciones para un arte que según dicen tiene pocos seguidores. Aunque en la actualidad, aquellos periodistas y críticos que cubren diferentes disciplinas escénicas coinciden en que es la danza la que está haciendo las propuestas más interesantes, las más arriesgadas y las que más atrapan.
Aquellas personas que quieran comprobarlo pueden hacerlo desde mediados de mayor a mediados de junio. Pueden comenzar acudiendo a ver con la comentadísima pieza Eta orain zer? / ¿Y ahora qué? de Kukai Dantza.
O a ver el estreno absoluto de 1953 de Carmen Werner, una clásica española de la danza contemporánea a la que siempre apetece ver, con su compañía Provisional Danza. O a Francisco Hidalgo con su compañía flamenca y a Daniel Ramos que gustarán a todas aquellos que piensen que hay flamenco más allá de Israel Galván y Rocío Molina.
Y donde no faltarán compañías extranjeras explorando y explotando los límites del arte de bailar. Como la holandesa de Ann van der Broek y sus raves bailadas. La británica Hofesh Shechter Company que acude con dos piezas. O las coreografías de Rachid Ouramdane para la compañía del Teatro Chaillot que enamorará a los que hacen escalada.
Es cierto que en su mayoría están programadas en los Teatros del Canal. A los que se añaden otros de la capital (como Cuarta Pared o Teatro Pradillo). Y, como viene siendo habitual, también tendrá su pequeña presencia en otras ciudades de la Comunidad desde Parla a San Lorenzo de El Escorial.
Del 13 de mayo al 11 de junio en varios espacios.
VIII Edición del Festival Visibles, la diversidad funcional en escena
El Teatro Tarambana lidera este festival que se desarrolla en varias salas teatrales del off madrileño. A los que este año se suman La Mercantil de Lleida y el Teatro de la Sensación de Ciudad Real. Un festival que a la chita callando lleva ocho años reivindicando la incorporación de la diversidad funcional en escena, sin la que no se puede contar lo que pasa y lo que nos pasa.
Un festival en el que predomina la danza, primera disciplina en acoger masivamente toda esa diversidad funcional. En el que no faltan la comedia, como Un 5º sin visitas, o el drama, como Lear! Ni tampoco el circo, como Plaça Sangartana. Y por supuesto, hay títeres, Luci luciérnaga, y teatro familiar, como Diferente, para que la chavalería normalice cuanto antes que somos iguales en nuestras diferencias. Normalizar lo diferente que somos los unos de los otros, pero que como humanos lo que nos (con)mueve es lo mismo.
Del 18 al 28 de mayo en varios espacios.
Cristo está en Tinder, lo nuevo de Rodrigo García
A muchos les extrañará que alguien como Rodrigo García recale en el Teatro de la Abadía de Mayorga. Ahora que dicho teatro vuelve a encaminarse hacia la palabra y al texto. Y es que las imágenes que construye García, son muy potentes. Todavía se recuerda aquel monte Gólgota que cubrió de panecillos de hamburguesas recién horneados en el Teatro María Guerrero.
Esas imágenes son los árboles que no dejan ver el bosque. Porque si por algo destacan las obras de este dramaturgo y director es por sus textos. En apariencia complejos, en el sentido de que la poesía es compleja, aunque no están escritos en verso.
Claro que, a la propuesta de Mayorga, va Rodrigo y con la irreverencia e insurgencia que le caracteriza hace un texto para que los actores lo repitan con sus propias palabras. Evitando las que se usan en el texto original. Potenciando su papel de actuantes al máximo.
Y donde también hay falsarios, como en la Falsestuff comentada anteriormente. Esta vez es un licenciado en Bellas Artes de la rama de escultura que trabaja en una clínica de estética como cirujano. Centro sanitario al que acudirá Marcelo para convertirse en Marcela.
Del 25 de mayo al 11 de junio en el Teatro de la Abadía.
Y, ya se sabe, que si no gustan estas, hay muchas otras. Solo tienen que mirar la cartelera.