El 'caciquiño' en Madrid

El 'caciquiño' en Madrid 

De esperpento en esperpento hasta la traca final de Extremadura con el viraje de María Guardiola.

Feijóo gesticula en una intervenciónEuropa Press via Getty Images

Vivía muy confortablemente en Galicia, al frente de la Xunta, con las rentas de Don Manuel (Fraga, claro) que daban seguridad a un medio rural acostumbrado al caciquismo. Una forma de vida político social que se hereda ajena a veces a las circunstancias. Además, Alberto Núñez Feijóo se beneficiaba de una manera nada sutil, descarada, pero que no causaba ni causa escándalo, de control de los medios de comunicación públicos y privados. Privados, en los dos sentidos: por particulares y porque se privaban y se siguen privando de contentos que están con unas generosas subvenciones, como diría ZP que está ‘desencadenado’ estas semanas, ad hominem.

Y con una televisión pública local absolutamente desprestigiada, algo que no es una anomalía —lo evidente no suele necesitar demostración en esta España desconcertada— en todas las televisiones autonómicas ‘populares’. ¿Que en todas las que hay los gobiernos meten mano o salen más que la oposición? Pues sí. Es cierto. Pero el tamaño importa. Los gobiernos gobiernan y lógicamente producen más noticias; aunque la oposición o los mediopensionistas libres deben tener su papel, o su presencia en las ondas. Sin embargo, no es así en Madrid ni lo fue en la Valencia de Camps y compañía nada limitada, y lo fue y lo sigue siendo en Santiago de Compostela: La Corporación de la radio y televisión gallega está teledirigida desde San Caetano. Sin medias tintas. Depende de la Consellería de Presidencia, y a su través del mismísimo Presidente.

Es tan asfixiante el dirigismo, es tan vergonzoso el sectarismo, es tan descarada y tan autoritaria la represión laboral a los desafectos o contestatarios, que los trabajadores están en huelga casi permanente. Unos profesionales muy competentes, muy trabajadores, pero muy amantes también de que se cumplan las 'reglas del juego' de la democracia. Lo que los ingleses llaman fair play, juego limpio. En fin, de que se aplique un verdadero espíritu 'constitucionalusta', esa palabra que se degrada cada día en boca de tramposos que a lo mejor lo son sin saberlo, porque creen hondamente que son los dueños del cortijo, o del gran pazo, por derecho divino o de herencia.

Busquen en Google 'los viernes negros de la televisión gallega', y verán lo que se encuentran: una enorme relación de las concentraciones de trabajadores vestidos de negro todos los viernes, más de 200 semanas ya. También aparecen las represalias abiertas o encubiertas con disculpas low cost que parecen made in China.

Pues Feijóo vivía muy cómodamente en esa zona de confort; sus preocupaciones las borraba anualmente el botafumeiro de la Catedral, o el ¡esas fotos fuera!, con su mundo periodístico en modo coro de alabanzas. Hablaba poco, miraba fijamente, y no se sabe bien por qué razones de psicología social o por falta de referencias o por ocultamiento de las realidades políticas y económicas (éstas, un absoluto desastre, más que un curriculum un ‘ridiculum vitae’ lleno de vergonzosos chascos) adquirió fama de centrista.

“Manda carallo —dice indignada una abogada coruñesa— este no tiene nada de centrista sino de cacique provinciano e ignorante. Creyó que en Madrid todos eran de la ONCE". Otra gallega, funcionaria de larga trayectoria, apostilla: “Es que en Galicia la relación de la derecha con los medios y viceversa es la de otros tiempos pasados, muy pero que muy pasados”.

No. Madrid, gobierne quien gobierne, es el rompeolas y casi siempre el 'rompe huevos', con perdón, de los políticos hipócritas o poco sólidos. Lo vemos en directo todos los días, a todas horas. Incluso hay medios vinculados a la nostalgia franquista que puentean la realidad y son una magnífica escuela para la resistencia y la supervivencia. A veces esta falta de ética en el combate ideológico de este activismo ultraliberal tiene un efecto adverso para los propios atacantes: convierte a un buen político en un estadista y en un referente internacional de la España moderna, europeísta, y pionera en tantos nuevos horizontes.

Pues bien: el centrista que pronto se ha descentrado, aunque es un experimentado manipulador de la imagen, no se sabe si sopla o aspira o si lo hace a la vez; o si sube o baja de la escalera, o si también lo hace a la vez, no ha aceptado los seis cara a cara ofrecidos por Sánchez a pesar de lo que exigía en 2016: “Tomar parte de un debate electoral no es una cuestión opinable. Es un acto obligatorio”.

Tampoco quiere participar en el debate a dos de TVE porque, asegura, no le merece confianza; y la penúltima es que de debates a cuatro, nada de nada (PSOE, PP, Sumar y VOX) y que tienen que ser a seis o a siete, añadiendo al PNV, Bildu y ERC o lo que se le vaya ocurriendo… lo cual es un agravio para otros partidos como el Bloque Nacionalista Gallego (BNG), Coalición Canaria (CC), Nueva Canarias (NC) o los de la España Vaciada. Pero, claro, ni ‘jarto de ron’, o de orujo, que viene a ser lo mismo, se le ocurriría darle esta oportunidad al Bloque: segunda fuerza en su tierra, que podría explicar pormenorizadamente como lo que de verdad ha dejado Feijóo en Galicia es humo y propaganda, y fracasos monumentales en la estrategia rural, en la industrial, en la sanitaria… les salva el milagro permanente del Camino de Santiago y su capacidad de atracción turística.

Y doce cascabeles tiene su caballo… El problema es de que España es España, y las próximas elecciones son para elegir al presidente del Gobierno de España… y el PNV, Bildu y ERC aunque son parte de España, les guste o no, no son partidos nacionales. O de ‘ámbito estatal’, si les parece mejor el eufemismo. ¡Ah! “pero es que se trata de debatir sobre los indeseables apoyos al sanchismo”, me dicen algunos conservadores a quienes la gran movida que están viviendo ha debido aflojarles algún tornillo sensible, y más con el candidato Sánchez ejerciendo de presidente de turno 'de Europa'.

Viaje va, viaje viene, en Falcon, naturalmente, y que aunque los compró Aznar funcionan a satisfacción, y cumbre va cumbre viene, por muchas capitales de provincia, como es habitual en los demás países…. Con un PP desarretado por esta nueva oportunidad con efectos electorales inevitables, favorables para el ‘sanchismo’ y por la necesidad imperiosa de aparentar lo que ya no está siendo, porque el discurso centrista se les ha ido al carajo por los pactos con la extrema derecha neofranquista de VOX. Que coexiste con otra realidad paralela, con Barrio Sésamo: quien forma un bloque escorado a la derecha radical con VOX declama en un mitin en Toledo que abomina de los ‘bloques de partido’ y dice, en serio, así lo han recogido muchos medios, que quiere unir a los españoles más que ser presidente del Gobierno. Algo así pero en ampuloso como 'la Gotita'.

De esperpento en esperpento hasta la traca final de Extremadura con el viraje de María Guardiola. Ellos mismos se han ido ‘derogando’ como dijo Zapatero con notable retranca. ¿Mintieron?, ¿engañaron?, ¿rectificaron?, ¿qué circunstancia tan singular e imprevista intervino para pasar del nada con VOX a nada sin VOX, pero sin que se note demasiado? Y para contrarrestar este efecto, ¡hala!, a desviar la atención con los trucos habituales de los conejos en la chistera o las sombras chinescas.

Además, ya verán ustedes como en algún momento próximo volverán a sacar en cínica procesión a las víctimas del terrorismo, pues ése es el objetivo de que participen los ‘bilduetarras’ en los debates. Y esa fue también la razón por la que ciertos radio-predicadores o bocazas de la galaxia antiprogresista, o sea, reaccionaria, se pusieron de los nervios cuando José Luis Rodríguez Zapatero recordó que ETA desapareció, RIP, durante su gobierno.

Eso es incontrovertible. Sucedió así. Aunque el mérito de la victoria fuese, y sea, como todos sabemos, de todo el pueblo español, con la Guardia Civil, la Policía Nacional, los Jueces y Fiscales… en primera línea, y de todos los presidentes de la democracia. Pero el the end lo puso ZP, en nombre de todos.

Esto continúa. To be continued. Todo está muy abierto. La campaña y la actualidad son muy dinámicas, y agresivas. No se puede descartar nada. Todo va a depender de si el voto se concentra o se disgrega. Progresistas ‘antisanchistas’ empiezan a llamar a las barricadas electorales. “Es que viene el lobo, de verdad, mi amigo”, me dice un médico andaluz.

Sí, todo indica que los viejos fantasmas cabalgan de nuevo. Como jinetes, o como 'paquetes' disimulados.

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Empezó dirigiendo una revista escolar en la década de los 60 y terminó su carrera profesional como director del periódico La Provincia. Pasó por todos los peldaños de la redacción: colaborador, redactor, jefe de sección, redactor jefe, subdirector, director adjunto, director... En su mochila cuenta con variadas experiencias; también ha colaborado en programas de radio y ha sido un habitual de tertulias radiofónicas y debates de televisión. Conferenciante habitual, especializado en temas de urbanismo y paisaje, defensa y seguridad y relaciones internacionales, ha publicado ocho libros. Tiene la Encomienda de la Orden del Mérito Civil.

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