Querido seguidor de Trump que me envía cartas llamándome "estúpido judío maricón"
Volví a trabajar el domingo y me encontré tres sobres tuyos en la mesa. En las cartas, todas idénticas (no sé por qué me enviaste tres iguales), afirmas que fuiste conmigo al instituto. Dices que te encanta Donald Trump porque "es antisemita y antiislam" y que crees que soy un "estúpido maricón judío".
Volví a trabajar el domingo y me encontré tres sobres tuyos en la mesa. Probablemente llegaran la semana pasada, cuando estaba en Wisconsin pasando el Día de Acción de Gracias con mi familia.
En las cartas, todas idénticas (no sé por qué me enviaste tres iguales), afirmas que fuiste conmigo al instituto. Dices que te encanta Donald Trump porque "es antisemita y antiislam" y que crees que soy un "estúpido maricón judío". No puedo asegurar que fuéramos juntos al instituto, pero los sobres tenían el sello de Milwaukee, así que, desgraciadamente, creo que dices la verdad.
Aparentemente, empezaste a recoger firmas para que me despidieran por publicar en Facebook contenido contra Trump y porque a ti no te gustan "los judíos" y porque no te caigo bien. Dices que has enviado la petición a alumnos de nuestro instituto y a "varias personas de todo Estados Unidos". Al parecer, ya has conseguido 500 firmas y, no solo eso, también tienes la intención de llevarme a juicio civil (con faltas de ortografía) a mí y al Huffington Post.
Después de todas estas ridiculeces, ni siquiera tienes las narices de firmar con tu nombre, sino que lo haces como "exalumno de la Prairie School, enorme defensa de Donald Trump y enorme defensor de la Coalición Cristiana".
Supongo que tus palabras no deberían sorprenderme, ya que los crímenes de odio y la incitación al odio han aumentado considerablemente desde que Trump ganó las elecciones. Parece que todos los monstruos racistas, misóginos, homófobos, islamófobos, antisemitas y xenófobos que habían estado esperando su oportunidad para salir de la alcantarilla en la que se escondían se han envalentonado con la victoria de Trump. Tengo la sensación de que va a empeorar, pero eso no significa que tenga que aceptar esta carta y arrodillarme (o levantarme, o tumbarme en un sofá o saltar a la pata coja...). De hecho, sólo hace que tenga ganas de hablar cada vez más alto.
Dicho esto, aquí hay una lista de cosas que me gustaría que supieras:
- Aunque siempre me encante recibir correo ordinario (con su sobre y su sello), viendo cómo escribes me da vergüenza haber ido al mismo instituto (supuestamente muy bueno) que tú. La Prairie School te ha fallado y lo siento mucho.
- Da mucho miedo saber que iba al mismo colegio que un (¿futuro?) neonazi.
- Con respecto a tu objetivo de conseguir que me despidan, creo que no comprendes para quién trabajo o cuál es la postura pública de mi empresa con respecto a Donald Trump. Dicho esto...
- Me fascina que supuestamente 500 personas se preocupen tanto por mí (o que sepan quién soy) como para firmar una petición para echarme a la calle. Mi ego lo agradece y la verdad es que sienta bien. Gracias.
- Por último, y probablemente más importante: ¡Que te jodan! Aunque dé mucho miedo saber que existe gente como tú (con la que encima compartí colegio en el pasado) y que ese odio te hace sentir tan cómodo como para difundirlo públicamente (aunque anónimamente), no me das miedo. Me preocupa muchísimo cómo tú y tus compinches podéis corroer el país durante los próximos cuatro años, pero me niego a tener miedo.
Atentamente,
Noah Michelson, exalumno de la Prairie School y orgulloso (mitad) judío y maricón al que no le da miedo firmar con su nombre.
Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros.